Mitt Romney ha decidido suavizar sus rígidas ideas anti-inmigrantes a unas semanas de las elecciones, dice que respetará el programa Dream Act y hasta se va a comer al Chipotle Mexican Grill.
Por su lado, Obama se lanza de lleno con su programa de acción diferida, reconoce en una entrevista a nivel nacional haberle fallado a los hispanos en el tema de la reforma migratoria y hasta se lleva de "piquete de ombligo' con el grupo Maná.
A nadie sorprende esta "latinización" de los dos candidatos: doce millones de hispanos emitirán su voto y son presencia vital en cuatro estados clave: California, Nuevo México, Nevada y Florida.
Entonces la pregunta de los sesenta y cuatro millones: ¿Cuál es el candidato que más conviene a los hispanos?
Depende qué clase de hispano sea usted, diría yo. Si usted es un hispano indocumentado en vías de obtener papeles, me parece sin duda que Obama es la mejor opción. Con todo y sus deportaciones récord, el actual Presidente al menos se ha mostrado a favor de una regularización de la situación de los inmigrantes ilegales que se encuentran actualmente en el país.
Romney no se ha pronunciado de manera definitiva sobre cambios favorables a este grupo. Ahora que si usted es un hispano en situación legal, algunas de las propuestas económicas de Romney podrían favorecerle y usted le apostaría a una oportunidad de crecimiento en el empleo que Obama simple y sencillamente no ha sabido cumplir.
Difícil decisión, sin duda alguna. Hágase con toda honestidad la pregunta ¿Qué candidato me está hablando a mí? ¿Cuál de los dos es más sensible a mi situación?
Pero relájese hombre, que aún faltan varias semanas para las elecciones. Mientras tanto, vaya por un burrito a Chiplotle o escuche el nuevo disco de Maná. Tal vez le inspiren a tomar la mejor decisión.
Primer debate presidencial: Obama vs. Romney
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