Los Angeles y sus demonios: Instrucciones para sobrevivir en Los Angeles

Estimado paisano mexicano, si usted decidió venir a Los Angeles, California, ya sea de vacaciones o con la firme intención de radicar por estos lares, permítanos darle la más cordial bienvenida y ofrecerle esta serie de instrucciones prácticas que, estamos seguros, harán más agradable sus días en la capital de los sueños.
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FILE - Traffic jams up on eastbound 91 freeway near Corona, Calif. Wednesday, Dec. 29, 2010. California is poised to vote on new rules that would require automakers to build cars and trucks by 2025 that emit about three-quarters less smog producing pollutants and also mandate that one of every seven new cars sold in the state be a zero emission or plug-in hybrid vehicle. The California Air Resources Board will begin hearing testimony Thursday, Jan. 26. 2012 in Los Angeles on its Advanced Clean Car program, and is expected to continue on Friday. (AP Photo/Orange County Register, Bruce Chambers) MAGS OUT; LOS ANGELES TIMES OUT
FILE - Traffic jams up on eastbound 91 freeway near Corona, Calif. Wednesday, Dec. 29, 2010. California is poised to vote on new rules that would require automakers to build cars and trucks by 2025 that emit about three-quarters less smog producing pollutants and also mandate that one of every seven new cars sold in the state be a zero emission or plug-in hybrid vehicle. The California Air Resources Board will begin hearing testimony Thursday, Jan. 26. 2012 in Los Angeles on its Advanced Clean Car program, and is expected to continue on Friday. (AP Photo/Orange County Register, Bruce Chambers) MAGS OUT; LOS ANGELES TIMES OUT

los angeles city

A Jorge Ibargüengoitia

Estimado paisano mexicano, si usted decidió venir a Los Angeles, California, ya sea de vacaciones o con la firme intención de radicar por estos lares, permítanos darle la más cordial bienvenida y ofrecerle esta serie de instrucciones prácticas que, estamos seguros, harán más agradable sus días en la llamada capital de los sueños.

La llegada

Si usted llega por avión, seguramente aterrizará en el Aeropuerto internacional de Los Angeles. No piense usted que por tratarse de los Estados Unidos encontrará una terminal de primer mundo. LAX, como se le conoce popularmente, es un aeródromo por demás obsoleto e incómodo. Como diría Juan Villoro: haga de cuenta la Central Camionera del Norte (en la Ciudad de México) pero diez veces más grande. Cuando descienda de la aeronave, procure no traer consigo ninguno de los siguientes alimentos: tamales, queso oaxaca, guajolote en mole, cecina de Yecapixtla, chicharrón en salsa verde, ni cualquiera otro que le parezca "típicamente mexicano".

Le tenemos noticias: ha llegado usted a la segunda ciudad con más connacionales en el mundo después del D.F, por lo que muy es factible que estas viandas, que tan amorosamente ha traído desde su tierra, se encuentren en abundancia en los refrigeradores de sus amigos y familiares angelinos. Sobra decir lo desatinado de cargar esas latas de chiles jalapeños que asemejan botes de pintura.

Con profundo pesar, hemos observado una y otra vez bajar de la aeronave a paisanos arrastrando cajas de cartón que se desparraman cual barrigas de pulquero. Además de formar a su paso una estela de mole que provoca las molestias en el personal de limpieza aeroportuario, dejará manchas imborrables en su pasaporte y visa. Esto impide al oficial de migración leer su nombre o distinguir su rostro en dichos documentos, sin mencionar la rabia que le causará cuando coloque usted sus cuatro dedos sobre el lector digital, dejando restos de pipián en tan sofisticado aparato.

Por cierto, le advertimos que el oficial de migración le hará muchas preguntas relacionadas al motivo de su viaje. Procure siempre decir la verdad. Estos sujetos fueron entrenados por el gobierno norteamericano para leer la mente y saben perfectamente su propósito, ya sea conocer en persona a Mickey Mouse o quedarse a trabajar en el restaurante de su tío. Trate siempre de responder en inglés, en especial si el oficial ostenta en su placa los apellidos Gómez, Martínez o García; por medio de un complejo procedimiento, el gobierno norteamericano logró que estos elementos olvidarán por completo el idioma español, cosa que no consiguieron con los oficiales de apellido Smith, Jackson o Jones.

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Si ha logrado usted pasar satisfactoriamente el control migratorio, arrastre las cajas de cartón hasta la zona de aduana. Sin ánimo de alarmar, es nuestro deber anunciarle que lo peor está apenas por venir. He aquí unos sencillos consejos que harán más fácil este amargo trance.

  1. No diga que el queso oaxaca es una bufanda, ni que el trozo de chicharrón es una artesanía. Estos individuos fueron entrenados por el gobierno norteamericano para detectar hasta los mínimos olores. No sólo sabrán que esa cubeta contiene mole de olla, sino que incluso serán capaces de hacerle saber si le falta sal o epazote.
  2. Si los oficiales le niegan el paso con dichos alimentos, no insista demasiado. El gobierno norteamericano los ha entrenado para no sucumbir ante ningún tipo de soborno, incluyendo un taquito de cecina o un vaso de agua de chía.

Una vez que pase usted la zona de riesgo, le esperan momentos mucho más felices. A diferencia de lo que ocurre tan comúnmente en nuestro amado país, aquí sus maletas llegarán completas al carrusel de equipaje. Siga pues las indicaciones hacia la salida. No se sobresalte si se topa de pronto con nutrido grupo de personas gritando su nombre y cargando globos y flores multicolores. ¡Son sus familiares que han llegado a recibirle! Entréguese sin pena a los besos y apapachos.

Ahora que si usted llega por carretera, es nuestro deber advertirle que las cosas tampoco le serán color de rosa. Si ha tomado el freeway como vía de llegada, no habrá indicación alguna que le diga que ha llegado a su destino. Ni se esfuerce en buscar letreros de "Welcome to The Angels".

Le tenemos noticias: Los Angeles no es una ciudad, sino un enjambre de ciudades, pueblos y vecindarios que no tiene principio ni fin. Lea esto con atención: cuando el tráfico en la autopista comience a hacerse lento, muy lento, mucho más lento, es un claro indicador de que ha llegado al final de su viaje. Si viaja solo, NO INTENTE BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA TOMAR EL CARRIL DE LA EXTREMA IZQUIERDA. Se le denomina el Carpool y si normalmente luce más fluido, es porque está destinado sólo a los vehículos donde viajan dos o más pasajeros. ¡Esto no incluye mascotas ni bebés en el vientre materno!

Guarde sus monedas: acá las casetas de cobro no existen. Llegados a este punto esperamos de todo corazón cuente usted con un GPS, de lo contrario, le esperan vueltas y vueltas sin cesar al complejo sistema de autopistas angelino. Tómelo como si fuese un divertido tour por la ciudad; preocúpese solamente si de pronto surgieran ante sus ojos los letreros: "Welcome to San Francisco" o peor aún: "Bienvenido a Tijuana".

En futuras ediciones le daremos valiosísimos consejos para disfrutar las mejores vacaciones o, en el caso de que decida quedarse, utilísimas herramientas para triunfar en esta vibrante megalópolis. Siga usted pendiente. Mientras tanto, sólo nos resta decirle con toda efusividad:

"¡Bienvenido a Los Angeles, paisano!".

Un recorrido a la ciudad de Los Angeles en vídeo:

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