De Mujeres: aborto, respeto y una con pantalones

Decir lo que pensamos como mujeres, sin importar cuál es la tendencia política que dicte nuestros corazones y actos, tiene un valor único. Lo que hizo Sandra Fluke en la Convención Nacional Demócrata, este miércoles, alienta a las mujeres a no callarse aunque le lluevan los opositores.
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sandra fluke

Decir lo que pensamos como mujeres, sin importar cuál es la tendencia política que dicte nuestros corazones y actos, tiene un valor único. Lo que hizo Sandra Fluke en la Convención Nacional Demócrata, este miércoles, alienta a las mujeres a no callarse aunque le lluevan los opositores.

Sandra Fluke, abogada y activista de derechos de la mujer de 31 años de edad, saltó al conocimiento público en febrero de este año, cuando fue invitada por miembros demócratas del Congreso a participar en un debate parlamentario sobre las excepciones y permisos especiales convenidos a instituciones religiosas en el campo del cuidado médico, específicamente en lo relativo a la anticoncepción. Los republicanos se negaron a dejarle participar en el debate, en el que finalmente no tomó parte ni una sola mujer.

Las reacciones resultantes de este evento llevan a cuestionarse: ¿hasta qué punto un partido político puede definir y determinar cuáles son las bases para que una mujer califique si es candidata a un aborto?

¿Por qué dejamos que definan la violación sexual en términos políticos? ¿Acaso nos encaminamos a que identifiquen las víctimas de una violación sexual dependiendo de la violencia física o verbal de sus parejas?

¿Cómo un hombre como Todd Akin, todo un candidato republicano a senador, puede intentar establecer el término "violación legítima" y, encima, asegurar que las mujeres víctimas de estas circunstancias difícilmente puedan embarazarse?

Sandra Fluke llegó hasta la Convención Demócrata para exponer varios derechos, que en nuestras condiciones de mujeres podemos ejercer, y que se resume en sencillas palabras, en que somos nosotras las que podemos decidir sobre nuestros cuerpos. Así de simple.

Pero por sus convicciones, ha tenido que soportar que uno de los periodistas con más influencia en el ala conservadora de la política estadounidense: Rush Limbaugh, le diga prostituta en su cara. Limbaugh transmite su programa radial "The Rush Limbaugh Show", diariamente desde 1988.

Este hombre fue capaz de decirle que ella practicaba tanto sexo que no tenía dinero para comprarse anticonceptivos, y que si la cuestión era que los contribuyentes tendrían que pagar impuestos para que ella los pudiera comprar, entonces mejor era que publicara algunos de sus videos sexuales en Internet.

¿Cómo se le puede llamar a esta postura?: ¿machismo? ¿imbecilidad? ¿ausencia total de caballerosidad? ¿carencia del más mínimo respeto a una mujer?

Para lo que sí sirvió la desacertada actitud de este hombre quien tiene un micrófono en la mano y lo usa de forma muy irresponsible, fue para que republicanos y demócratas censuraran su postura tan deplorable en la forma de tratar a una mujer, que en este caso se llama Sandra Fluke pero que puede ser cualquier otra.

A Limbaugh no le quedó más remedio que pedir disculpas a Fluke y decir que se arrepentía de haberle llamado prostituta, sin embargo es tanto su arrogancia que todavía tendría que pedir más disculpas.

"Pienso que es absolutamente absurdo que en estos tiempos de seriedad política nosotros estemos discutiendo las actividades recreacionales sexuales de una persona frente a los miembros del congreso", dijo Limbaugh en su discurso de arrepentimiento en su página de Internet y en clara referencia a Fluke.

Creo que desde la postura de mujer, Fluke dio este miércoles en la convención demócrata un discurso con puntos muy equilibrados, especialmente para su juventud, y enfatizó los riesgos del futuro, si la plataforma republicana en torno al aborto se hace una realidad de ganar Romney las elecciones del 6 de noviembre.

"Una América en que el acceso al control de los métodos de natalidad estará controlado por personas que nunca la usarán y en la que los politicos redefinirán lo que es violación y las sobrevivientes de éstas serán victimizadas una y otra vez", dijo Fluke ante una audiencia que vitoreó sus palabras.

Flake le puso nombre y apellido a su crítica: Paul Ryan, compañero de formula de Mitt Romney.

"Será una América en que el nuevo vicepresidente apoyará un proyecto de ley que permita que mujeres embarazadas puedan morir en salas de emergencias por causas que son totalmente prevenibles".

Más que demócratas o republicanos, como mujeres, nosotras tenemos la responsabilidad de planear nuestros hijos y son muchas las circunstancias, físicas, emocionales, por las que muchas optan por la responsabilidad de enfrentar el difícil momento de interrumpir un embarazo.

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