¿Qué cuenta, el amor o los 'niños sintéticos'?

¿Hasta qué punto podemos atacar un hogar, en el que los niños son criados con todo el amor y la integridad, por el solo hecho de que sus padres son una pareja gay?
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Hands of a homosexual couple and a child are pictured in Berlin, Germany, 11 April 2013. Photo: Jens Kalaene- MODEL RELEASED
Hands of a homosexual couple and a child are pictured in Berlin, Germany, 11 April 2013. Photo: Jens Kalaene- MODEL RELEASED

Resulta que después de tanta polémica, los diseñadores italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce tildan de intolerantes a quienes manifestaron su desacuerdo con las opiniones de ambos en relación a las parejas gays que quieren tener hijos a través del uso de vientres de alquiler.

Tanto Gabbana como Dolce atacaron a las parejas que recurren a la fecundación artificial y defendieron que "la única familia es la tradicional".

"Nosotros siendo parejas gay, decimos no a las adopciones gays. Basta de hijos de la química y úteros en alquiler. Los hijos deben tener un padre y una madre", expresaron los famosos diseñadores al semanario italiano Panorama.

Elton John, quien tiene dos hijos que nacieron gracias a vientres de alquiler, respondió con vehemente indignación a través de Instagram:

"¿Cómo se atreven a llamar sintéticos a mis preciosos hijos? Tendría que darles vergüenza haber apuntado con sus dedos prejuiciosos a la fecundación in vitro, que ha permitido a legiones de personas que aman, heterosexuales o gays, cumplir el sueño de ser padres".

Este enfrentamiento resultó en un llamado del cantante británico a boicotear los productos de la prestigiosa marca bajo el hashtag #BoycottDolceGabbana.

Y aquí estamos frente al dilema.

Lo ideal es la familia compuesta por la unión de un hombre y una mujer, en un ambiente de verdadera armonía y valores para transmitir a los hijos, pero el mundo ha cambiado.

Las familias han cambiado. Los hogares donde estamos criando a nuestros hijos pueden ser de una mamá soltera, dos papás, dos mamás, abuelos, una madre y un padre en permanente disfuncionalidad, una madre y padre en la más bella de las relaciones. El mundo en el que criamos a nuestros hijos es totalmente diferente a la época en la que Gabbana y Dolce nacieron y donde casi todos nuestros padres aseguraban que nos casaríamos y viviríamos felices para siempre.

¿Hasta qué punto podemos atacar un hogar, en el que los niños son criados con todo el amor y la integridad, por el solo hecho de que sus padres son una pareja gay?

Hay más de un estudio que ha tratado de probar científicamente que la adopción por parte de parejas del mismo sexo no tiene consecuencias negativas para los menores de edad. Hasta el momento, científicamente el tema no se ha desarrollado para darlo como una afirmación, pero el sentido común nos hace tener varios ejemplos en nuestras vidas personales que nos demuestran que hay parejas del mismo sexo haciendo una hermosa labor como padres y educadores.

La propia iglesia católica, a través del papa Francisco y en una forma muy discreta a nivel jerárquico, ha sorprendido con ciertas posturas hacia las parejas gays. En el Sínodo Mundial de las Familias se habló de la "realidad de las familias", de los escenarios que enfrenta el mundo moderno. Hay parejas viviendo en concubinato, parejas gays, divorciados, y todos, como ha reconocido el Sumo Pontífice, tienen algo bonito que ofrecer.

El documento del Sínodo de la Familia indicó que las parejas gays tienen dones que dar a la iglesia, y que sus relaciones de pareja, aunque moralmente problemáticas, ofrecen a las parejas gays un apoyo precioso.

En la iglesia católica aún está vigente la encíclica papal "Humane Vitae", de Pablo VI de 1968, que rechaza el aborto y el uso de pastillas antinconceptivas y de preservativos. Seguimos guiados por asumir una paternidad responsable bajo la actual práctica católica del control de la natalidad y el uso de anticonceptivos.

La realidad es que esto que suena perfecto desde la prédica y el púlpito, pero no es tan fácil ni tan efectivo de aplicar en los tiempos modernos.

La temática de los anticonceptivos sigue siendo polémica. El papa Francisco habla de maneras "lícitas" para el control de la natalidad, básicamente sobre la fundación de entenderlo como la planificación natural, basada en evitar las relaciones sexuales cuando la mujer está ovulando.

Todo esto lo ponemos sobre el tapete, para pensar y reflexionar: ¿Quién debe cambiar? ¿La institución en la que fueron criados los padres de Gabbana y Dolce? ¿O nosotros para tratar de obviar los tiempos actuales que vienen a paso apabullante y nos exigen una reflexión?

Para la iglesia católica el acto conyugal tiene dos significados: la unión en amor de dos personas y la procreación. Entonces aquí entra el debate del problema moral de lo que significa la fecundación artificial, interpretado como el acto de dar vida resultado de una ayuda técnica y no del fruto de la unión carnal.

El origen de la persona humana, el hecho ya de la concepción, no puede ser derivado de una intervención a través de opciones médicas y biológicas, según la iglesia.

En pocas palabras, no basta con la buena intención de dos personas para acceder a la fecundación "in vitro", que ya de por sí es ilícita y contraria al verdadero significado de la unión conyugal.

¿Qué les queda a parejas que son estériles? ¿Qué pueden esperar las parejas gays que quieren tener hijos porque se consideran una familia y tienen amor para ofrecer?

La iglesia dice que el "hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, es más bien un don, el más gratuito del matrimonio y el testimonio vivo de la donación recíproca de sus padres". La solución es que hay que aceptar la esterilidad, aunque sea una dura prueba y que es una ocasión especial para "participar particularmente en la cruz del Señor, fuente de la fecundidad espiritual".

"Cuando la procreación no es posible, no por ello la vida conyugal pierde su valor. La esterilidad física puede ser ocasión para los esposos de hacer otros importantes servicios a la vida de las personas humanas, como son la adopción, las labores educativas, la ayuda a otras familias, a niños pobres, minusválidos", afirma un análisis de ACIPrensa.

La pregunta queda abierta a las opiniones: ¿Queremos "hijos sintéticos" en hogares de amor o "hijos naturales" en familias disfuncionales?

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