La mafia mató a este niño: ¿Qué pide el papa Francisco?

Le faltarán años de vida a Mario Bergoglio para resolver el problema de raíz que arrastra la institución católica desde siglos.
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Undated picture made available Sunday, June 22, 2014, of Nicola Campolongo, the 3-year-old boy who was killed in Cassano allo Jonio, in the Calabria region of Italy on Jan. 16, 2014. Pope Francis comforted the imprisoned father of the toddler slained in the region's drug war, during a visit Saturday to Calabria, infested by one of the world's most powerful crime syndicates. (AP Photo)
Undated picture made available Sunday, June 22, 2014, of Nicola Campolongo, the 3-year-old boy who was killed in Cassano allo Jonio, in the Calabria region of Italy on Jan. 16, 2014. Pope Francis comforted the imprisoned father of the toddler slained in the region's drug war, during a visit Saturday to Calabria, infested by one of the world's most powerful crime syndicates. (AP Photo)

Todos le conocían como Coco. Su cuerpecito fue encontrado baleado, carbonizado dentro de un auto, junto al de su abuelo, en las afueras de Cassano Allo Jonio, en la región de Calabria, al sur de Italia a principios de este año.

¿La razón? Un ajuste de cuenta de la mafia italiana. Sin escrúpulos, sin compasión.

Simplemente los mafiosos, dominados por el ánimo de venganza, le propinaron "el castigo" a quien no les cumplió. En este caso Giuseppe Lannicelli, el abuelo del pequeño.

Lannicelli, de 57 años, iba con su pareja sentimental, una marroquí de 27 años, y con el nieto. Todo apunta a que el hombre tenía una deuda con los mafiosos. Creía que al llevar a una mujer y a un inocente de tres años en su sillita, en la parte posterior del vehículo, lo iba a salvar de los balazos, lo iba a librar de la muerte. No fue así, ni nunca lo será. Así opera la mafia a pesar de que digan que la vida de un niño es sagrada.

No tuvieron reparos en matar. Los mafiosos apretaron los gatillos hasta que las balas se agotaron. Quemaron el vehículo y dejaron sobre el techo una moneda de 50 céntimos como prueba de que habían sido ellos. Esa moneda es su lenguaje para que los identifiquen como los autores de los crímenes.

Y ahora el papa Francisco ha entrado en ese terreno delicado. Parcelas de poder que la propia Iglesia Católica como institución le ha temido por siglos.

Tal vez quiero encontrar una incómoda y absurda explicación a por qué otros religiosos [a cualquier nivel eclesiástico] deciden callar y "perdonar pecados" en nombre de Dios. ¿Callan por miedo? ¿Callan porque ellos pueden ser los otros baleados y calcinados? Creo que ni siquiera debía preguntar de forma tan inocente.

Y ésta es la Iglesia Católica que no podemos justificar, ni tolerar más, en nombre de muchos otros católicos que sí queremos un cambio desde adentro.

Y una vez más, el papa Francisco abre la puerta a otro terreno espinoso que muchos no quieren pisar. El Papa puede estar exponiendo su propia vida. El Papa ha mandado el mensaje directo a la mafia y a los jóvenes que caen en sus redes.

Le faltarán años de vida a Mario Bergoglio para resolver el problema de raíz que arrastra la institución católica desde siglos. La única esperanza que nos queda es que quien venga detrás no deje marchitar lo que apenas está comenzando con su pontificado.

La visita del Papa a Calabria no fue un simple paseo. Fue más allá de una simple misión pastoral. Llevó un mensaje profundo.

No sólo para los familiares desconsolados del niño Coco, sino también para los jóvenes que en regiones dominadas por la mafia o las pandillas no encuentran otra salida que unirse a los delincuentes o morir en el acto de decir NO.

Donde vivía Coco casi todo se mueve bajo el control de la mafia calabresa conocida como 'Ndrangueta y considerada una de las más fuertes organizaciones mafiosos en Italia. Ellos mataron a Coco.

El papa Francisco lo dejo claro: "Luchen contra la poderosa mafia de Calabria [...] La 'Ndrangheta es la adoración del mal, el desprecio del bien común [...] Es un mal que hay que combatir y alejar. Los mafiosos no están en comunión con Dios. Están excomulgados".

Ante crímenes así, la única palabra es condena.

Y sin embargo, todavía queda un mensaje de luz en medio de la tragedia:

"Vuestra vida actual no os dará satisfacción, no nos dará alegría, no os dará felicidad. El poder y el dinero de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos es dinero ensangrentado. No podréis llevarlo a la otra vida. Convertíos: tenéis todavía tiempo para no terminar en el infierno, que os espera si seguís por ese camino", destacó el diario español ABC.

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