Ésta es la que Iglesia Católica que me avergüenza

A pesar de los "traumas católicos" en nuestra familia, nosotros nos mantuvimos fieles a nuestra creencia y a nuestra práctica. El pasado no lo olvidamos, pero no nos venció.
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This picture shows a shrine in Tuam, County Galway on June 9, 2014, erected in memory of up to 800 children who were allegedly buried at the site of the former home for unmarried mothers run by nuns. Up to 800 babies and children were buried in a mass grave in Ireland near a home for unmarried mothers run by nuns, new research showed, throwing more light on the Irish Catholic Church's troubled past. Death records suggest 796 children, from newborns to eight-year-olds, were deposited in a grave near a Catholic-run home for unmarried mothers during the 35 years it operated from 1925 to 1961. AFP PHOTO/PAUL FAITH (Photo credit should read PAUL FAITH/AFP/Getty Images)
This picture shows a shrine in Tuam, County Galway on June 9, 2014, erected in memory of up to 800 children who were allegedly buried at the site of the former home for unmarried mothers run by nuns. Up to 800 babies and children were buried in a mass grave in Ireland near a home for unmarried mothers run by nuns, new research showed, throwing more light on the Irish Catholic Church's troubled past. Death records suggest 796 children, from newborns to eight-year-olds, were deposited in a grave near a Catholic-run home for unmarried mothers during the 35 years it operated from 1925 to 1961. AFP PHOTO/PAUL FAITH (Photo credit should read PAUL FAITH/AFP/Getty Images)

Cuando a veces escucho a mi madre siento compasión, diría que hasta lástima. No tengo otra palabra como definirlo.

Estudió en un colegio de monjas casi toda su niñez en un país donde el catolicismo parecía en extinción por el poder que ejercían las creencias afrocubanas. Una vez, las monjas la castigaron (no recuerdo que hizo mal) de rodillas, sobre granos de arroz, en un cuarto oscuro, por casi media hora, hasta que la piel le sangró.

Ella cuenta que apenas veía una rendija de sol a través de una ventana rota mientras soportaba el dolor sin protestar, y escuchaba los murciélagos en el techo que tenían invadido el internado católico en un pequeño pueblo en la parte central de Cuba.

Hasta los días de hoy, a sus 70 años, mi mamá no olvida el hecho. Y lo repite cuando menos lo esperas. Quedó marcada.

Otro día, con las mismas monjas, mi madre tuvo pena de pedir permiso para ir al baño y llegó con las pantaletas sucias a casa para enfrentar el también "dominio" católico de mi abuelo. Éste regresó a mi madre a las religiosas para que les pidiera perdón por estar todo el día con menudo exponente de heces fecales en sus calzones.

A pesar de esas cicatrices, mi madre no dejó de ser católica. Y mi madre es católica de las de verdad, de las que practica con el ejemplo y no dice lo que hace.

A pesar de los "traumas católicos" en nuestra familia, nos mantuvimos fieles a nuestras creencias y a nuestra práctica. El trauma no nos hizo claudicar.

El pasado no lo olvidamos, pero no nos venció.

La mala decisión de una monja o de un cura no acabó con nuestra fe, ni cortó nuestra relación con la Iglesia Católica. Yo no desistí de ser católica a pesar de haber nacido en un gobierno comunista y ateo.

Soy católica de acción aunque no necesariamente vaya a misa todos los domingos. Creo en mi fe, en lo que mueve mi espiritualidad y creo en muchos curas, laicos, monjas dedicadas y entregadas en fe a la labor comunitaria de la iglesia.

Soy orgullosamente católica, pero no soy ciega. No tapo el sol con un dedo.

No entiendo por qué seguimos hablando del celibato cuando hay otros problemas más serios dentro de la institución. Cuando hay otras crisis más serias si un cura se casa o no.

Cuando el equipo de producción de Mercedes Soler, de "Realidades en Contexto", de CNN en Español, me invitó a opinar del tema de los casi 800 niños tirados a una fosa de heces fecales en Tuam, en el oeste de Irlanda, confieso que sentí un nudo en la garganta. Recordé los granos de arroz de mi madre que en esa época de adolescente apenas pesaría 70 libras.

Esa iglesia católica de los "abusos", esa es la que me "avergüenza", pero esa es la iglesia católica que me niego abandonar porque creo que necesitamos luchar por un presente y dejar un camino para el futuro de nuestros hijos, aunque ellos después decidan su propia práctica religiosa o no práctica. Ya ellos sabrán cuál será su propio camino.

Me es difícil mirar con justificación hechos que simplemente son inhumanos y que fueron cometidos bajo la supuesta sombrilla del "catolicismo". A fin de cuentas, lo que determina un acto es la calidad humana de quienes están al frente de una institución.

¿Cómo explicar y dar una respuesta al mundo ante el triste suceso, que ha hecho noticia a nivel mundial, de que casi 800 niños fueron enterrados sin ataúdes ni tumbas y tirados en una fosa residual? ¿Cómo encontrar explicación para un suceso tan oscuro, bajo y miserable? ¿Cómo encontrar un argumento que traiga paz a un niño que fue violado por un hombre con sotana y predicando en nombre de Jesús?

Los católicos, los que nos negamos a irnos, pedimos y queremos otra iglesia.

Una fosa séptica contenía los restos de 796 niños, quienes murieron entre las dos semanas de nacidos y los ocho años de edad. Allí estaba la horrible prueba, descubierta cuando han pasado más de 50 años.

De acuerdo con los registros del convento o lo que se ha ido transmitiendo de generación en generación en ese pueblo, los pequeños murieron de hambre, de enfermedades, que aunque fuera así, tampoco, tiene justificación.

Lo más lamentable es que estos niños y sus madres eran los que la sociedad no aceptaba. Eran los hijos bastardos, eran las "madres perdidas", como las calificaban. Las monjas tenían que esconderlas en el ostracismo religioso y detrás de las paredes del convento porque socialmente no eran aceptadas.

Eran madres solteras, desamparadas, prostitutas, inmigrantes, no importa lo que fueran, eran mujeres cuyo único delito era que estaban embarazadas y la sociedad irlandesa no las quería.

Amnistía Internacional pidió una "investigación minuciosa" y advirtió que Tuam podría no ser un caso aislado.

Esa es la iglesia que no puede seguir definiendo nuestro presente. Tenemos que buscar acción gubernamental y clerical. La queremos.

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