De mujeres: esa sexy y provocadora dama llamada autoestima

Cuando te divorcias de la autoestima eres la mujer más poco atractiva de este mundo. Los amigos se alejan, los amantes no te valoran, las maridos se aburren y los novios te cambian. La autoestima es tan sexy y provocadora, que es irresistible, es contagiosa.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

autoestma

Cuando te divorcias de la autoestima eres la mujer menos atractiva de este mundo. Los amigos se alejan, los amantes no te valoran, las maridos se aburren y los novios te cambian. La autoestima es tan sexy y provocadora, que es irresistible, es contagiosa.

Hay mujeres afortunadas que nacieron con la espada de la autoestima siempre empuñada, pero una mayoría -alguna que otra vez- la ha tenido por ahí perdida.

Hay casos como el mío, y orgullosamente lo reconozco, porque ahora soy quien soy gracias a que mi autoestima ha estado por el piso. Mi autoestima se ha tomado un año sabatico por los subsuelos. Reencontrarme con ella me ha costado lágrimas, pudor y nada de sexo.

Sí, porque no hay nada más mortificante para el buen sexo, nada más desconcertante, que la protagonista sea una mujer sin autoestima. Cuando la autoestima anda sin rumbo, el sexo anda aún más perdido. Las mujeres sin autoestima puede pasar de la euforia a la depresión, de la alegría al llanto.

Esas mujeres lo mismo pueden ser sumisas, apaleadas emocionalmente o portadoras de una imaginaria coraza que llevan por el temor a que les lastimen. Lo mismo pueden ser abusadas que abusadoras.

Si alguna vez has estado en manos de un psicólogo o psiquiatra seguro te habrás percatado de que todo lo solucionan con que tenemos problema de autoestima.

Si nos va mal con las parejas, nos dicen que es por la autoestima; que nos divorciamos por falta de autoestima, no somos buenos padres porque no enseñamos a nuestros hijos la entereza de la autoestima, no nos promueven o nos aumentan el salario porque nuestros jefes no percibe en nosotros una dosis adecuada de autoestima.

En un momento de mi vida, en que toqué fondo con cambios personales, leí tanto de la autoestima que ya no sabía ni de qué se trataba.

Llegó un momento en que quería conciliarme con mi autoestima, que tanta intriga consumió mi mente.

Un día me di por vencida con los análisis. No podía analizar más.

Entendí que podía iniciar el camino de la recuperación con otros métodos como corriendo en la playa, hacienda yoga al amanecer, bebiendo una copa de vino con amigos o tomando clases de baile. Dejé de filosofar tanto con mi autoestima. Llegó un punto en que ninguna de las dos nos soportabamos.

Creo que todavía no sé definir la autoestima, pero también creo que lo que vivo ahora es algo muy cercano a una buena dosis de ella.

Soy feliz, me siento más linda que nunca, proyecto sensualidad, los hombres ya no llegan a cuentagotas y se enganchan de un sentimiento de goce que viene desde mi interior.

Pasé de una mujer opaca, sin brillo, insegura, temerosa de cada paso que emprendía en la vida sentimental, a un a mujer que acepta sus errores, que se ríe, que ha aprendido a valorarse, a perdonarse y a no ser tan dura consigo misma.

Me he vuelto más comprensiva, indulgente, conmigo y con los demás. Con esta "nueva vida" soy capaz de vivir intensamente el confort de una suite llena de rosas rojas, en un lujoso hotel, o una cobija echada en un parque disfrutando de un vino de 10 dólares. Lo mismo gozo una joya carísima que un pastel de zanahoria.

Mi autoestima me proporciona una felicidad con los pies en la tierra. Esa es mi vida.

El mejor ejemplo de que he comenzado a recorrer un buen camino lo tuve hace unas horas cuando un gran amigo, quien está decidido a una nueva vida después de haber terminado 27 años de matrimonio, me preguntó si le podía ayudar a escribir algo para hablar en la boda de su hija.

Mi primera reacción fue: ¿cómo hacerlo? ¿No es algo muy personal? Además yo ni siquiera puedo escribir en inglés como lo hago en español, porque de más está aclarar que lo único que él sabe decir en español es 'hola'. Pero mi amigo me dijo: de ti emana una luz, y solo tú me puedes ayudar.

Aunque las palabras no me salían cuando intentaba escribir, al concluir tres simples y escuetos párrafos comprobé cuánto he crecido.

Entre las muchas palabras que un padre le puede decir a su hija en el día de su casamiento, elegí algo que, hasta me hizo orgullosa. "El matrimonio no se trata de encontrar el alma gemela, sino de rehusar a perderla, no se trata de encontrar a la persona correcta, se trata de que esa persona se convierta en la correcta en tu vida".

He aprendido de mis errores y aciertos, y puedo decir que ahora mi autoestima comienza a subir los peldaños de luz.

En unas horas mi amigo entregará su discurso desde el fondo de su corazón a su hija. Yo entregaré otro pedacito de confianza porque soy una gran mujer, porque antes que otra persona crea en mí, yo misma creo en mí.

Popular in the Community

Close

What's Hot