De Mujeres: ¿En dónde están los caballeros?

Están los que se dicen caballeros, mas son los eternos solterones porque ni son capaces de comprometerse con ellos mismos; o los traumatizados por un divorcio que no quieren volver a intentarlo y aunque llegue la mejor de las mujeres a sus vidas, ya no tienen ojos más que para apabullarse en el pasado y en el miedo.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

caballero

Hace poco regresé de un lugar que marcó mi vida: Mogarraz, una villa detenida en el tiempo en la Sierra de Francia, en Salamanca, España. Por muchas razones el pueblo, de apenas dos calles principales, quedó en mi alma. Sus rincones, su historia, pero sobre todo su gente.

Descubrí a personas que viven en genuinas expresiones humildes de vida y con el verdadero sentido del amor, sobre todo del compromiso, ese que solo se desprende del corazón.

Uno de esos días en que hacía un paseo matutino por las laberínticas calles de Mogarraz, una señora me contó una verdadera muestra de amor: la de un hombre que quería demostrarle al padre de la mujer que amaba, que él era trabajador, luchador y que viviría para "darle todo" a quien añoraba como esposa.

Frente a la casa de la joven, el mozo plantó su mesa de trabajo y pasaron muchos meses, hasta que el padre de la chica comprendió que no había mejor pretendiente que aquel hombre, que a fuerza de empeño y paciencia, puso piedra a piedra los cimientos de un matrimonio que ahora tiene más de 60 años.

SI TIENES ALGO QUE DECIR, DILO AQUÍ: NOS INTERESA TU COMENTARIO

Aquella historia me conmovió y generó en mí una añoranza de una especie en extinción: la de los caballeros. Cada vez existen menos, pero también son menos las mujeres que ni siquiera saben lo que es gozar de los privilegios y bendiciones de conocer a eso: un caballero, en toda la extensión de la palabra.

Hace poco, me encontré con un hombre. Ya en sus 50, intelectual, soltero, sin hijos, heterosexual, digamos que ni siquiera guapo... aunque en estos momentos de poca oferta, ya eso no figura en punto número uno... Me pregunté: ¿Cómo puede ser que un hombre así esté solo cuando las mujeres son quienes parecen estar en demanda? Me fue difícil encontrar la respuesta.

Tardé un mes en encontrar las razones. En ese lapso identifiqué su egoísmo, percibí los pequeños detalles que hacen de un hombre un caballero. Esos que ya se olvidaron lo que es abrir la puerta de un coche a una mujer, que se hacen los locos a la hora de pagar una cena y tú terminas pagando tu comida y la de él, o aquellos que te invitan al cine y ni si quiera tienen la delicadeza de preguntarte: "¿quieres unas palomitas de maíz?" Aunque sepas que eres la mujer más sana de este mundo y que no tolerarías la mantequilla reciclada que le colocan.

Son esas grandes tonterías las que hacen a un caballero.

Están los caballeros que parecen serlo pero te dejan arrancada en un divorcio y son capaces de llevarse de la casa de sus hijos hasta un martillo. Están quienes lo pretenden ser, pero permanentemente no tienen dinero para un deber que en Estados Unidos se llama "child support" (manutención) y ni siquiera hacen el esfuerzo de ganarse 20 dólares a la semana para pagar el autobús escolar de sus hijos.

Están los que se dicen caballeros, mas son los eternos solterones porque ni son capaces de comprometerse con ellos mismos; o los traumatizados por un divorcio que no quieren volver a intentarlo y aunque llegue la mejor de las mujeres a sus vidas, ya no tienen ojos más que para apabullarse en el pasado y en el miedo.

Faltan caballeros. Ahora entendí por qué a los 50 años estás soltero, sin hijos y probablemente seguirás así hasta que te despojes del egoísmo y entiendas, como dice el buen Pedro Domínguez desde Mogarraz, España, que querer es recibir, pero amar es dar.

Invita unas simples palomitas de maíz y verás que las princesas no se alejan. Aprende a ser príncipe.

Esperanzador: los caballeros sí existen y es divino cuando los conoces. Por experiencia les digo: ahora sí no hay vuelta atrás. No perdamos la fe. Demos la espalda, aunque duela en ese momento, cuando identifiques a lo que tanto abunda: los no caballeros.

Duele irse, pero vale la pena hacerlo.

Popular in the Community

Close

What's Hot