Las víctimas silenciosas de las estafas migratorias

Bajo un escenario en el cual los Estados Unidos persiste en debatir la necesidad de una reforma migratoria, el fraude desenfrenado contra los inmigrantes es una vergüenza oculta que afecta a millones de personas.
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Con una población de 11 millones de inmigrantes indocumentados en este país, la necesidad de una reforma migratoria integral no va a desaparecer.

Sin embargo, en tanto surja una solución a la crisis migratoria, innumerables víctimas sufren en secreto y muy pocos revelan sus penurias. La oposición que existe en nuestro país de hacer de la reforma migratoria una prioridad, ha generado las condiciones perfectas para que se propague una tormenta de problemas silenciosos: las estafas migratorias. Cada año, los inmigrantes indocumentados que buscan saber cómo conseguir la ciudadanía o la tarjeta verde de residencia, se convierten en el blanco perfecto de estafadores sin escrúpulos que los engañan y los explotan bajo la promesa del sueño americano, generando solo desesperación y la ruina financiera de los migrantes.

La situación se ha convertido en un problema de tal magnitud que el gobierno federal cuenta con una base de datos con más de 6 millones de denuncias relacionadas con fraudes de inmigración, y por primera vez, estableció un operativo para combatir el flagelo de "notarios fraudulentos". Dicha iniciativa surgió el año pasado y es una colaboración entre el Departamentos de Seguridad Nacional y la Comisión Federal de Comercio.

Sin embargo, pese a los esfuerzos estatales y federales para erradicar los fraudes migratorios, el operativo apenas roza la punta del iceberg.

La historia de María Gutiérrez Aragón muestra la cruda realidad de lo que sucede cada día. María es una mujer indígena mexicana del estado de Oaxaca quien desde hace más de 20 años reside en los Estados Unidos, donde se gana la vida trabajando en una tintorería y lavando platos en un restaurante. Tras años de abuso físico por parte de su marido, María optó por denunciar a las autoridades la violencia y el calvario que vivía.

Como víctima de violencia doméstica, María es elegible para una visa U, programa que tiene como objetivo proteger a víctimas de maltrato físico. Un amigo de la familia se enteró de la situación por la que atravesaba María y aprovechándose de su estado vulnerable se ofreció a prestarle ayuda. Este "amigo" le dijo que iba a actuar como su representante personal ante un bufete de abogados de inmigración quienes se encargarían de solicitar una visa para ella.

Todo resultó ser una estafa. No hubo ningún caso de inmigración, lo que sí sucedió fue que a lo largo de una década, el hombre logró adjudicarse $80,000 dólares.

¿Cómo subsistió el engaño durante todo ese tiempo? El presunto estafador falsificó numerosas cartas así como documentos de varias agencias gubernamentales y bufetes de abogados en las que amenaza a María con la deportación si ella denunciaba lo que estaba sucediendo.

Además de las cartas, el supuesto representante legal orquestó una serie de llamadas telefónicas en las que, con la ayuda de otros cómplices, intimidaba a su víctima diciéndole que seria encarcelada y deportada si no cumplía con los pagos.

María trabajaba 14 horas diarias y se vio en la necesidad de pedir prestado grandes sumas de dinero a varios miembros de su familia para satisfacer las exigencias, cada vez mayores, de su abusador.

A diferencia de la gran mayoría de víctimas, la historia de María tuvo un final feliz. Gracias a la organización Public Counsel en Los Ángeles, con la que María se puso en contacto, hoy esta mujer inmigrante cuenta con un caso de inmigración pendiente, y el Fiscal de Distrito de Los Ángeles ha presentado cargos criminales por robo contra el presunto responsable. María habló de su experiencia a Univisión aqui:

Desafortunadamente, los arrestos son muy raros en este tipo de casos, una realidad que el operativo federal contra los notarios fraudulentos está tratando de cambiar.

Mientras eso ocurre, aquí le presentamos algunas medidas preventivas que puede tomar para evitar convertirse en la próxima víctima de una estafa migratoria:

  • Asegúrese de consultar a un abogado, no un notario: Si usted es indocumentado y necesita asesoramiento legal con respecto a su situación, evite acudir a un notario, a un asesor de inmigración o cualquiera de los llamados "profesional" que no cuente con una licencia que lo acredite como un abogado autorizado para ejercer en su estado. Exija recibos de todos sus pagos, solicite copias de todos los documento presentados en su nombre, y asegúrese de que tiene un acuerdo de representación por escrito. Si algo le parece extraño, busque una segunda opinión.
  • Existe ayuda legal gratuita o de bajo costo disponibles para las personas que sospechan que han sido defraudadas: La Junta de Apelaciones de Inmigración tiene una página web que incluye un listado de abogados locales de inmigración o sin fines de lucro que puedan prestar servicios a bajo costo o de forma gratuita.

Bajo un escenario en el cual los Estados Unidos persiste en debatir la necesidad de una reforma migratoria, el fraude desenfrenado contra los inmigrantes es una vergüenza oculta que afecta a millones de personas. La historia de María demuestra que hay cosas que podamos hacer para cumplir con nuestra promesa de una nación justa- no solo como ciudadanos, residentes legales o indocumentados, sino en conjunto, como país.

La mejor medida, y la más directa, para eliminar el caldo de cultivo en el que se han convertido las estafas de inmigración es aprobar una reforma migratoria integral que ponga a nuestros hermanos y hermanas en el camino a la ciudadanía.

Es el momento de que nuestra nación tenga la valentía de María y diga ya basta.

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Hernán Vera es abogado y presidente de la organización Public Counsel en Los Angeles, CA.

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