¿Quién protege a los campesinos abandonados bajo el calor?

Cada año, en los campos agrícolas de California se repite una tragedia que fácilmente puede y debe prevenirse. Los casos de hombres, mujeres e incluso niños campesinos que pierden la vida a consecuencia del calor mientras realizan la labor por poner comida en nuestras mesas.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

A sus 16 años Nicholas Chávez consiguió su primer trabajo de verano, pero a diferencia de otros jóvenes de su edad, a él lo contrataron para trabajar largas jornadas, agachado y cosechando chiles en los campos ardientes de Bakersfield, California.

Nicholas recuerda bien ese época, era Julio del 2011, el verano en el que se unió a sus padres para trabajar marchas de nueve horas en el campo, donde las labores iniciaban a la 6:00 de la tarde bajo temperaturas que, aún a esas horas, superaban los 106 grados.

Entre las memorias más amargas de este joven, se encuentra el día en que habiendo trabajado tres horas sin descanso se sintió enfermo. El calor, la ardua tarea y la falta de agua lo hicieron vomitar - uno de los signos principales de un padecimiento por exceso de calor.

Esa tarde, molestos por la interrupción de las labores, el capataz y el contratista que empleó a Nicholas, lo dejaron tendido a un lado de la carretera, no sin antes advertirle que no volviera al trabajo el día siguiente.

"Nunca se ofrecieron a llevarme al hospital o darme agua fresca, solamente se rieron de mí. Tenía miedo de quedarme dormido y no despertar, pero tampoco quería preocupar a mi madre porque si ella dejaba la labor, iba a perder su trabajo," narró Chávez a miembros de la Unión de Campesinos (United Farm Workers).

Los temores de Nicholas se hicieron realidad. Sus padres fueron despedidos al día siguiente, y el capataz se negó a pagarles gran parte de su trabajo. Sin embargo, Nicholas es uno de los pocos afortunados.

Cada año, en los campos agrícolas de California se repite una tragedia que fácilmente puede y debe prevenirse. Los casos de hombres, mujeres e incluso niños campesinos que pierden la vida a consecuencia del calor mientras realizan la labor por poner comida en nuestras mesas.

Muchos más, son innecesariamente expuestos a graves peligros como el edema (hinchazón en las piernas), síncope (pérdida repentina de la conciencia), agotamiento o un golpe de calor, todos, provocados por una drástica elevación de la temperatura del cuerpo.

Desafortunadamente este año no es diferente. En junio, bajo un calor que superaba los 100 grados, un trabajador agrícola se desplomó en un campo agrícola ubicado en las afueras de Fresno. Tristemente, el campesino murió poco después.

En 2005, la muerte de cinco trabajadores agrícolas que perdieron la vida a consecuencia del exceso del calor provocó que los campesinos de California lograran que se aprobara la primera regulación, en el país, dirigida a prevenir más tragedias en los campos como resultado de las altas temperaturas.

El reglamento presuntamente garantiza agua, sombra, y el descanso para todos los trabajadores que laboran al aire libre, entre ellos, los 650 mil trabajadores agrícolas que operan en California.

Sin embargo muchos se preguntan ¿por qué la gente sigue enfermando y muriendo debido al exceso de calor? Para responder a esta incógnita, es necesario observar de cerca cómo funciona la agricultura en California.

A lo largo y ancho de esta importante industria, las grandes empresas agrícolas emplean a compañías menores que les proveen trabajadores bajo contrato para que cultiven los campos, sin embargo, un número alarmante de estos contratistas no están siguiendo las reglas. Este sistema deficiente permite que las empresas agrícolas y los contratistas se echen la culpa unos a otros cuando sucede un incidente trágico.

Los elementos de la regulación son bastantes sencillos: un litro de agua por hora, educación para que los trabajadores sepan que tienen derecho a solicitar una sombra que los cubra o un descanso cuando sientan que están atravesando un episodio provocado por el exceso de calor. La medida también establece el derecho a por lo menos cinco minutos bajo la sombra para aquellos que: "sufren de una enfermedad relacionada a las altas temperaturas o creen necesitar un período de recuperación preventiva."

No es mucho pedir. Aun así, casi el 40 por ciento de las fincas inspeccionadas en 2008 por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de California (Cal/OSHA) mostraron algún tipo de violación relacionada al reglamento para prevenir enfermedades provocadas por el calor.

Este es un ejemplo de lo que algunos empleadores catalogan como "sombra" en los campos:

Por desgracia, lo que Cal/OSHA hace -- o deja de hacer -- cuando encuentra a trabajadores sin agua, sombra o el derecho a un descanso, es el otro problema. Aunque la agencia está obligada a investigar las quejas dentro de tres días, rara vez lo hace.

De hecho, en un reportaje publicado por Los Angeles Times, la agencia admitió que, en los últimos años, 89 de las 185 quejas relacionadas al calor no dieron lugar a una inspección a fondo (Los Angeles Times, "Change Slow for Farmworkers." 14 de Septiembre, 2011).

Cuando una empresa agrícola ha sido inspeccionada y citada por encontrársele alguna violación, los señalamientos son a menudo insuficientes, incluso, las empresas reincidentes - aquellas que tienen 5, 6, 7 o más reclamos - no se les cataloga como incumplimientos "voluntarios" o "repetitivos" en virtud de la ley actual.

Para colmo de males, la agencia estatal reduce un gran número de infracciones cuando los contratistas disputan o apelan las acusaciones.

Un frente contra la inacción de Cal/OSHA, la encabeza la organización Public Counsel y la firma de abogados Munger, Tolles & Olson quienes actualmente son los representantes legales de la Unión de Campesinos (UFW) y trabajadores agrícolas independientes en una demanda que busca obligar a Cal/OSHA a que aplique las regulaciones establecidas para salvar vidas.

Los padecimientos que sufren los campesinos a consecuencia del exceso de calor también está llamando la atención en la Legislatura de California.

La asambleísta Betsy Butler, presentó El Acta para la Seguridad de los Trabajadores del Campo, la cual aborda tanto la debilidad de la regulación actual, como la incapacidad del Estado para hacer cumplir la ley.

Visite su sitio web "sed de justicia" (Thirst for Justice): http://asmdc.org/members/a53/thirst-for-justice?layout=item

Esta acta obligará tanto a contratistas, como a productores a rendir cuentas cuando dejen a trabajadores sin agua, sombra o de descanso. También permitirá a los campesinos emprender acciones legales en contra de un contratista o productor cuando Cal/OSHA falle en su función de investigar los hechos o no responda a las denuncias.

El objetivo no es castigar a los productores que cumplen con las normas, ni mucho menos generar más demandas, sino para prevenir enfermedades o decesos ocasionados por el calor.

Hace unos días el Presidente de UFW, Arturo Rodríguez, me comentó: "Es necesario entender realmente cómo funciona la industria agrícola para saber por qué el Estado no está haciendo lo necesario, y por qué necesitamos esta ley."

"Los padecimientos provocados por el calor pueden ocurrir en cuestión de minutos, y para cuando los inspectores llegan al campo es demasiado tarde. Cada día que pasa sin que se resuelva este problema, el riesgo de que la gente muera o resulte gravemente lesionada va en aumento. El Acta para la Seguridad de los Trabajadores del Campo logrará enmiendas que los campesinos han necesitado desesperadamente durante décadas," afirma Rodríguez.

"Los trabajadores agrícolas saben mejor que nadie cuando existen condiciones laborales peligrosas como la carencia de agua, sombra o descanso, factores que los ponen en riesgo. Entonces, ¿tiene o no lógica darles una voz más fuerte?" concluye el líder campesino.

La Asamblea de California ya aprobó el proyecto de ley. Ahora le corresponde al Senado ratificar el acuerdo y al Gobernador firmar la regulación. Mantengamos el calor de nuestra lucha sobre ellos hasta que eso ocurra. Si este proyecto de ley se convierte en una norma, California puede volver a ser un líder nacional en la protección de los derechos y la vida de sus residentes que realizan las labores más arduas. Los campesinos de California no merecen menos.

***

Hernán Vera es abogado y presidente de la organización Public Counsel en Los Angeles, California.

Popular in the Community

Close

What's Hot