¿Se me olvidó decirte que mi papá es gay?

Muchas personas que me conocen piensan que fui acosada por tener un padre gay; esto lo piensan porque crecí en el Sur Centro de Los Ángeles y fui a escuelas públicas.
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Por Xesenia Maurice

Muchas personas que me conocen piensan que fui acosada por tener un padre gay; esto lo piensan porque crecí en el Sur Centro de Los Ángeles y fui a escuelas públicas.

La verdad es que nunca me rechazó ni un amigo o amiga porque mi papá es gay y yo soy muy dichosa por eso. Afortunadamente, el Los Ángeles en el que yo crecí, fue comprensivo.

También les cuento que nunca he tenido vergüenza de mi padre. Desde que él me contó, cuando yo tenía siete años, yo siempre les compartía a mis amiguitos que él era gay. En ese tiempo la gente pensaba que si eras gay tenías una apariencia específica. Yo les preguntaba a mis amigos: ¿"Oye, tú piensas que mi papá es gay? Porque lo es". Me miraban con sorpresa y luego me decían: "¿Verdad? ¡Cool!"

La única pregunta seria que me hacían -bueno, sería para ellos pero chistoso para mí-, era cuando me miraban confundidos y me preguntaban: "Espera, ¿cómo naciste si los papás no pueden parir?" Tuve que explicarles, entre otras cosas, que él no era mi padre biológico, pero él fue quien me crío y yo lo veía como mi padre verdadero. Después de eso mis amigos corrían a conocerlo. Y mi papá, siendo el padre amoroso y juguetón que es, les hablaba y después se iba a conocer a los padres de ellos.

Por ser gay, en su generación, muchos fueron asesinados o rechazados por sus familias. Pero como mi papá fue el mayor de sus hermanos, el patriarca, su familia lo respetó y apoyó. Él me crió valorando la compasión y la comprensión. Yo nunca juzgué a otros por sus apariencias, género, raza u orientación sexual. Mi papá fue y todavía es mi maestro en cuanto a cómo luchar por los derechos humanos y la igualdad. No lo considero un "papá gay." Yo lo veo como un hombre que tuvo la fuerza necesaria para vencer muchos obstáculos, incluyendo la adicción, para poder cuidar a sus hermanos y hermanas. Un hombre con tanto amor que pudo criarme a mí como una hija propia aunque solo es mi tutor legal.

Tal vez pudiera haber crecido odiándome a mí misma, o a mi papá porque él es gay, pero a la edad de siete él me enseño que no hay nada malo en que "los chicos les gusten a los chicos," y eso cambió mi vida para siempre. Hay gente que piensa que si un padre gay cría a un hijo, el hijo será gay también; pero mi papá siempre me ha enseñado que nunca debo dejar que la orientación sexual me defina. "Haz tu propio cuento", me decía. Por eso puedo decir que aunque sí soy aliada, no soy gay.

Si creciste "odiando", tú también puedes cambiar y aprender a amar. Yo estoy bien agradecida de que tengo amistades, vecinos y familia que entienden el amor y saben que el verdadero amor no tiene fronteras; que simplemente, el amor es amor.

¿Qué digo cuando me preguntan cómo fue crecer con un papá como el mío? Lo que puedo decir es que fue maravilloso. ¿Y sí te conté que es gay? Bueno eso de veras no importa, pero a la vez pienso que es chévere.

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