Todos somos nuestro propio start-up

En el siglo 21, todos somos un start-up. Se acabaron los trabajos en una misma empresa toda la vida. Hasta no hace mucho, el acuerdo tácito entre un empresa y un individuo comprendía una entrega leal del empleado, a cambio de capacitación, promociones, estabilidad laboral y una pensión de parte de la empresa
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En el siglo 21, todos somos un start-up. Se acabaron los trabajos en una misma empresa toda la vida. Hasta no hace mucho, el acuerdo tácito entre un empresa y un individuo comprendía una entrega leal del empleado, a cambio de capacitación, promociones, estabilidad laboral y una pensión de parte de la empresa. Las carreras tradicionales ya no se ven en las empresas, solo basta preguntar alrededor suyo y lo podrá comprobar.

Un plan de carrera para toda la vida no pareciera existir mas. Así como ningún start-up o emprendedor tiene un plan de negocios fijo para los siguientes 50 años, tampoco puede ser esa la realidad para un profesional. En el cambio constante de la economía del conocimiento, eso ya no es posible.

Se acabó la estabilidad laboral para toda la vida. Inclusive en los sectores más sindicalizados de la economía el empleo se basa en performance, en mostrar que se genera valor, en poder solucionar algún problema que la empresa tenga, y no solamente estar presente. Las razones de estos profundos cambios en el mercado laboral tienen que ver con la globalización de la economía, la mayor competencia entre países, ciudades y corporaciones, y la introducción de las tecnologías, que si bien contribuye a enormes aumentos de la productividad, nos hace a todos menos indispensables.

En este siglo, comience Ud. o no su empresa, trabaje solo o en relación de dependencia, sea empleado o jefe, Ud. tiene que ser un emprendedor. Para mantenerse vigentes en sus carreras, los profesionales tienen que moverse como lo hace una nueva empresa, un start-up. Tienen que estar siempre atentos a nuevas oportunidades, ser flexibles, trabajar en desarrollar y consolidar sus activos personales, generar relaciones inteligentemente. No es suficiente buscar empleo cuando uno sabe que saldrá de su empresa, sino que se requiere evaluar el mercado laboral, saber de nuevas habilidades, posiciones y oportunidades es una actividad permanente de un profesional del siglo 21.

"Usted tiene que ser siempre un start-up, un emprendedor de Ud mismo", dice Reid Hoffman, el fundador de LinkedIn. La carrera personal tiene que ser manejada con las mismas características que se gestiona un nuevo emprendimiento. Las empresas está buscando no solo personal que tenga pensamiento crítico que puedan hacer trabajos de valor agregado, pero a su vez, personas que tengan iniciativa, que puedan crear, y tengan la capacidad de reinventar su trabajo todos los días, en un mercado que cambia rápido, todos los días.

Esta realidad es más actual que nunca en América Latina, donde la competencia por buenas posiciones se ha intensificado debido a la apertura de las economías, pero también porque las nuevas clases emergentes generan competencia laboral que antes no existía. Un profesional exitoso tiene que conocer bien sus activos, aquellas cualidades personales que le permiten agregar valor en una empresa. Pero a su vez, tiene que buscar consolidarlas y expandirlas, entendiendo las realidades del mercado donde se encuentra.

A su vez, como dice Rafael Anta, un emprendedor español actualmente coordinando iniciativas de tecnología y emprendimiento para el BID, "Creo que además de las cualidades, hay dos temas igualmente importantes que forman a la persona: sus valores y sus habilidades. Todos tenemos que invertir diariamente en cultivar nuestras habilidades, tanto para estar vigentes (y no ser redundantes) como para movernos en la dirección que nos gustaría."

Abundan las ideas excelentes que nunca se llevaron a la práctica, o que no generaron interés en potenciales clientes. Lo mismo pasa con la carrera de uno. Lo que a uno le apasiona, los sueños que un profesional busca no son suficientes para progresar en la carrera. Son necesarios, pero aplicados a un contexto de mercado, de oportunidades donde a una empresa le puedan interesar contratarlos.

En el siglo 21, "todo profesional debería aplicar las cualidades de un emprendedor a cualquier cosa que haga", sostiene Reid en su libro "The Start Up of You". "El mundo moderno lo demanda. Vivimos en una economía hiperconectadaa, de rápida velocidad y extremadamente competitiva. El cambio constante y la incertidumbre hace que cualquier carrera tradicional sea inefectiva. El ascensor profesional esta siempre completo. El pacto empleado-empleador se ha disuelto. La competencia por oportunidades es feroz."

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