ELECCIONES: Ahora, todo depende del entusiasmo, pese a las encuestas

¿Cómo saber cuál es el sondeo correcto? ¿Cómo no perderse en este laberinto, esta inundación informática? La respuesta: buscando las opiniones y cálculos de aquellos de quienes los otros encuestadores aprenden y en quienes ellos mismos confían.
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WATERLOO, IA - SEPTEMBER 27: Voting booths are set up for early voting at the Black Hawk County Courthouse on September 27, 2012 in Waterloo, Iowa. Early voting starts today in Iowa where in the 2008 election 36 percent of voters cast an early ballot. (Photo by Scott Olson/Getty Images)
WATERLOO, IA - SEPTEMBER 27: Voting booths are set up for early voting at the Black Hawk County Courthouse on September 27, 2012 in Waterloo, Iowa. Early voting starts today in Iowa where in the 2008 election 36 percent of voters cast an early ballot. (Photo by Scott Olson/Getty Images)

Las encuestas de opinión pública no ganan elecciones. Ni siquiera predicen su resultado, sino que reflejan las opiniones del electorado en el momento de ser generadas.

En los comicios nacionales de Estados Unidos que culminan este martes 6 de noviembre, los sondeos de opinión pública han tenido más importancia de lo común. Nombres como Rassmussen Reports , Washington Post/ ABC News o Reuters Ipsos son ahora ampliamente reconocidos y populares. Como si fuesen guía de perplejos, la atención de la gente se vuelve hacia ellos. En el imaginario público, los números y porcentajes reinan.

La razón es conocida: la paridad entre demócratas y republicanos, nacionalmente, en estos comicios, es pasmosa y casi matemática. Ambos reciben, según el caso, entre 46 y 48 por ciento del caudal electoral. Las diferencias están dentro del error estadístico.

Ahora bien: no todos los sondeos son iguales. Algunos son independientes; otros, contratados por las partes interesadas. Usan metodologías diferentes - por ejemplo, unos deducen que habrá más blancos y personas mayores que irán a votar que minorías y obran acorde a esa presunción. Usan distintas maneras de consultar - por ejemplo, con o sin teléfonos celulares, con llamadas personales o automatizadas. Las preguntas pueden condicionar las respuestas, y el público censado varía entre votantes probables, votantes registrados, o ciudadanos comunes.


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¿Cómo entonces saber cuál es el sondeo correcto? ¿Cómo no perderse en este laberinto, esta inundación informática?

La respuesta: buscando las opiniones y cálculos de aquellos de quienes los otros encuestadores aprenden y en quienes ellos mismos confían.

Elegimos tres: el informe del analista político Charlie Cook, el preparado por el profesor de Política de la Universidad de Virginia Larry Sabato, y el informe bisemanal del analista Stuart Rothenberg. Los tres son pagos, pero parte importante de su contenido - las observaciones generales - son públicas.

Además, existen varias publicaciones que promedian los sondeos existentes: como el Huffington Post Pollster, y en Real Clear Politics.

Para recapitular: las elecciones presidenciales en Estados Unidos se definen estado por estado. El ganador del 50 por ciento más uno de los votos en cada uno de ellos se lleva la victoria y con ello una cantidad de votos de electores - se pueden llamar puntos - proporcional a la población. Para ganar las elecciones, se necesita 270 electores (o puntos).

He aquí, tal como se halló en la mañana del 4 de noviembre, lo que dicen estas fuentes respecto al resultado de la contienda presidencial y legislativa. El lector puede seguir los enlaces y actualizarse.

1.El análisis de Rothenberg, indica que Obama tendría en su haber 237 votos electorales (191 seguros, 46 con ventaja), Romney 206 (191 seguros, 15 con ventaja), y 95 estarían en disputa. Lidera Obama, pero por haber tantos votos indecisos, el analista caracteriza la contienda como "too close to call" - la paridad impide predecir el resultado.

2.Según Larry Sabato, Romney tendría en su haber 235 votos electorales, entre seguros, probables y tendientes, pero Obama habría acumulado 261. Ventaja Obama. Indecisos: 45 votos, los de los estados de Colorado, Iowa, New Hampshire, Virginia y Wisconsin.

3.Según Cook, Obama tiene en su haber, nuevamente, 237 votos electorales de 19 estados más el distrito de Columbia (que contiene la capital, Washington). Romney: 191, de 23 estados. Quedan 110 votos electorales en pugna. Para ganar, Obama necesita 33 de ellos, el 30 por ciento, y Romney 79 - el 72 por ciento.

El mismo Cook explica cuál es el camino de Romney a la victoria y cuán probable es: se supone que Romney se llevará los mismos 23 estados republicanos que ganó John McCain en 2008, lo que le daría 180 votos electorales. A eso le puede agregar, con confianza, el estado de Indiana, con 11.

Para llegar al número mágico de 270, su primera línea de ataque incluye ganar North Carolina, con 15, Florida con 29 y Virginia con 13 votos electorales, llegando así a 248. Ya con menos probabilidades, necesita también una victoria en Colorado, con 9 votos electorales - llegando a 257, en New Hampshire, con 4 (para totalizar 261) y en Iowa, con 6, arañando la victoria con 267 votos de los 270 necesarios.

Pero para ser presidente, Romney necesita ganar Nevada - con 6 votos electorales, u Ohio, con 18, una combinación que es en su totalidad, dice Cook, altamente improbable.

Finalmente, otra predicción curiosa es la del mercado de apuestas, a través de InTrade, que refleja lo que piensa el dinero. Un estudio de estas inversiones arroja una probabilidad del 66 por ciento de que Obama sea reelecto presidente, contra 34 por ciento para Romney.

En teoría, todo esto muestra, entonces, a Obama como gran favorito.

Pero si es así, ¿por qué tanta duda e incertidumbre? El editor Josh Kraushaar lo explica en el National Journal:

En estas elecciones, dice, los estadounidenses están divididos por grupos raciales y étnicos. Y en su gran mayoría, los blancos votarán contra Obama. Distintas encuestas le dan al mandatario solamente entre 36 y 39 por ciento del voto de este sector. Y podría generarse, entre ahora y el día de las elecciones, un movimiento de solidaridad y repetición que englobe a los blancos a derrotar al primer presidente afroamericano del país. Para evitarlo, Obama necesita que los otros grupos - latinos, especialmente - voten en masa, en proporciones históricas.

Entonces: todo depende del entusiasmo de los votantes. Quien lleve más de su gente a votar ganará estos comicios.

Sabremos cuando llegue el resultado de la encuesta final, la de las urnas.

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