'Ni Una Menos': Contra el femicidio

Por suerte ya se habla. Y bastante. Por suerte hay un batallón de hombres sensibles y valientes que nos acompañan a llevar esta bandera manchada de sangre e injusticia, que se llama femicidio.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.
A child takes part in the demonstration 'Ni una menos' (Not One Less) against feminicide (a sort of genre violence consisting in the murder of women) in Buenos Aires, on June 3, 2015. AFP PHOTO / Eitan ABRAMOVICH (Photo credit should read EITAN ABRAMOVICH/AFP/Getty Images)
A child takes part in the demonstration 'Ni una menos' (Not One Less) against feminicide (a sort of genre violence consisting in the murder of women) in Buenos Aires, on June 3, 2015. AFP PHOTO / Eitan ABRAMOVICH (Photo credit should read EITAN ABRAMOVICH/AFP/Getty Images)

Por suerte ya se habla. Y bastante. Por suerte hay un batallón de hombres sensibles y valientes que nos acompañan a llevar esta bandera relativamente nueva, manchada de sangre e injusticia, que se llama femicidio. Un término que es un híbrido, que viene de una traducción del inglés, que no tiene edad, clase social, estado civil, religión, raza o etnia.

Infinitas mujeres en el mundo, desde los siglos de los siglos, se topan frente a diversas formas de violencia por su condición de género, que adquiere diferentes matices, como la violencia psicológica, física, sexual, económica, patrimonial y femicida. Esta última, como dice la palabra, termina con la vida. Así de simple. Así de cruel y de común.

En Argentina, como sucede en tantos países --mucho más en los del Tercer Mundo-- hay sexismo y misoginia. Hay hombres de aparentes modales suaves --trabajadores humildes o exitosos empresarios, da igual-- que acostumbran a sus "amores" a vivir en el imperio del desprecio. Las entrenan al silencio y al terror continuo, a la humillación, el maltrato físico y emocional, a la violencia sexual, al abandono como modalidad de vida. Y luego hay asombro cuando las matan.

Por suerte, como decía, ya se habla. Se habla y se mueve el esqueleto. Las mujeres y el batallón de hombres sensibles de Argentina impresiona y emociona. El aluvión del #NiUnaMenos, que floreció en las calles de todo el país hace tan sólo unos meses, fue una muestra concreta, una especie de "Nunca Más" que ya no tiene vuelta atrás. Primero porque el tema --que fue iniciado por un grupo de feministas, luego dado a luz por una red de periodistas militantes y finalmente adoptado por las víctimas y mujeres comunes de toda la Argentina--, fue un canto desesperado que abrió conciencia. Y a partir de ahí el debate, la exigencia, las manos a la obra.

La convocatoria, que se realizó a través de las redes sociales superó lo imaginado y ahora se exigen gestos y leyes. Hubo más de 300 mil personas frente al Congreso de la Nación, en Buenos Aires, entre ellos hombres y niños, todos en silencio, luchando pasivamente contra la violencia de género.

Por supuesto que, aunque el tema está instalado, la lucha recién comienza. Cada caso como el que escuchamos estos días son una nueva puñalada. Un empresario famoso que coqueteaba con celebrities apuñaló por la espalda a su esposa, madre de sus tres hijos, sólo porque quería separarse.

Se supo que este señor, despedido de su trabajo, la había agredido físicamente en los últimos tiempos. Trascendió que hubo denuncia, que existe una empleada que observaba el infierno con resignación y miedo. Se supo también que, como hacen tantos monstruos con disfraz angelical, amenazó con lo más sagrado: quedarse con los hijos.

Habló de contactos en las altas esferas del poder y, por supuesto, aterrorizó y ganó. ¿Ganó? Bueno... Hay tres niños más en el mundo que quedaron huérfanos. Madre desangrada por las mismas manos que unas semanas antes acomodaban los esquís de sus amadas criaturas, en supuesto idílico plan familiar. Y lo peor. Hay un ser humano en este mundo, el abogado, que intenta hablar de emoción violenta. Supongo, y suponemos todas y todos (acá sí va el cliché de la presidenta), no llegará a buen puerto.

Ni ellos ni los que intenten, de ahora en más, vomitar sobre nuestro género. Porque en este país lejano e imperfecto, un día nació un grito que se está haciendo universal: #NIUNAMENOS .

Popular in the Community

Close

What's Hot