Sobreviviendo en bits

El caos digital en línea nos sacude. Y mi trabajo por ejemplo, sea como escritor o como gerente de una empresa, es esencialmente digital.
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Cuando se habla de productividad en las organizaciones (o en la propia vida), se piensa en sistemas costosos o engorrosos o ambos. Vienen a la mente métodos y sistemas que requieren trabajo y dedicación.

Pero de poco vale el equipo más moderno o el software más poderoso, si no se puede guardar un archivo en un pen drive.

A veces subestimamos la "tecnología blanda" o la llamada "tecnología apropiada" a su contexto. Los apps y servicios gratuitos o de bajo costo, de uso diario, que solemos soslayar o subutilizar. Esos.

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Lo llamo supervivencia "bital", relativa al bit. Ello es, "vivir y prosperar" hasta en la intemperie digital con las mínimas herramientas, en línea o incluso fuera, sosteniéndonos a cualquier cosa que tenga bits. Si sobrevivimos en tales condiciones, triunfamos ante cualquier mejora de esa precariedad. Y vaya que el universo digital nos ofrece plataformas de información y comunicación para crecernos a bajo costo. A veces gratuitamente.

¿Cuántos no manejan mecánicamente programas complejos, pero no encuentran el archivo de Word creado esta mañana? ¿O mandan, sin querer, correos confidenciales con los destinatarios a la vista (Cc), o...?

En mayor o menor medida, nos pasa a todos. Hay mucho que no sabemos, que no hemos probado, ni escuchado. El caos digital en línea nos sacude. Y mi trabajo por ejemplo, sea como escritor o como gerente de una empresa, es esencialmente digital. Supongo que el suyo también, si maneja sus datos y sus comunicaciones con estas tecnologías.

Sobrevivir en la selva de bits

Hay una serie de TV en Discovery Channel llamada "Man vs Wild", con el experto en supervivencia Bear Grylls. Un exsoldado que tiene la particularidad de devorarse (casi siempre crudo) todo animal que se encuentre en el camino (ranas, culebras, larvas), atravesar ríos congelados y cosas por el estilo.

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Sus propuestas de supervivencia son sencillas: orientarse por el cielo, construir un refugio cuando aún hay luz, comer proteínas (usualmente cazando animales) y hacer fuego con piedras, madera y vegetación.

Otro tanto hace el de Survivorman, en este caso en completa soledad humana y ejecutando sus propias grabaciones alrededor de su concentrado ajuste a los ambientes más extremos.

No importa si están en un glacial de Canadá o los Andes, en la selva lluviosa de Costa Rica o las tierras de nadie del Sahara, gracias a un equipamiento básico (una navaja, un pedernal y la ropa, por supuesto) sobreviven los días y las noches y se dirigen a la civilización. El de Grylls es una simulación, por cierto, pero generosa en información interesante que uno probablemente ya habrá olvidado si se ve en la necesidad...

Siempre he pensado que en los múltiples ambientes "salvajes" del trabajo, la gestión informacional y la cibersociedad, hay que ser un exitoso navegante de los ecosistemas diversos y muchas veces extremos. Un experto en supervivencia "bital". Poder defendernos en cualquier ambiente, con lo que tengamos a mano e incluso cuando casi nada tenemos a mano.

Digamos, acceder a los archivos personales cuando no tenemos a mano nuestros laptops o tablets; ser capaces de crear un "wifi hotspot" con un smartphone si falla la conexión principal a internet... y así sucesivamente.

Fácil si ya se sabe, que es lo difícil...

Hay otros arquetipos de eficiencia: McGyver en la mitología televisiva estadounidense o Tintín en una más europea, héroes que se salen con la suya, como Ulises.

Por ejemplo, un periodista presencia un evento noticioso. Con su móvil toma la foto, un corto video y captura un audio. Entra a un blog, genera un post, escribe un artículo e inserta las fotos, los audios y los videos. Voilá.

¿Puede hacerlo desde un móvil? Claro que sí. Si se puede dedicar y tiene suficiente batería o corriente, digamos que gasta entre media hora y una completa. Suena fácil si y solo si se tiene la habilidad de hacerlo. Y eso es lo difícil.

No obstante, un periodista tiene más habilidades de Bear Grylls que el usuario promedio. Algunos ejecutivos todavía requieren el auxilio de asistentes asalariados para manejar sus herramientas digitales. Mucha gente común y corriente sufre tan solo al publicar una foto en Twitter.

Sin alfabeto digital no hay cibersociedad

Parece que todo se reduce a llegar a la llamada "alfabetización digital", el mínimo conocimiento y práctica necesarios para sobrevivir en los ecosistemas darwinianos de la tecnología popular actual.

En general se entiende como un conjunto de "conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos en el uso de la infraestructura digital en línea y amplia gama de dispositivos".

El Knight Foundation, en su informe sobre Necesidades de Información de las Comunidades en una Democracia, deja claro que la cibersociedad navega "información más fragmentada. Sistemas de comunicación que ya no se ejecutan a la par del gobierno local." Los cambios en la forma de comunicarse invaden todos los ámbitos y nos sumen en caos, interesante caos pero complejo y vertiginoso al fin.

La alfabetización en bits es, al final, una cuestión de software y contenidos, si somos afortunados de contar con una infraestructura que provea conexión y variedad de servicios. Pero ¿y si no?

Es la metáfora de la isla desierta, de qué hacer con cada reto equivalente a preparar un refugio, hacer fuego, buscar alimento.

Les ofrezco un compendio, motu proprio, de atributos del sobreviviente digital:

  • Capacidad de conectarse, fuera de la zona de confort. Generalmente con móviles como hotspots de wifi.
  • Manejo básico pero suficiente de un sistema operativo más populares: Windows, Apple OS y, en la esfera móvil, iOS y Android. ¿Ubuntu, Lynux? No por el momento.
  • Posibilidad de generar los documentos más elementales: textos, presentaciones, hojas de cálculo.
  • Habilidades con dispositivos móviles para que sean más que un teléfono y central de mensajes de texto.
  • Gerencia editorial mínima en espacios para publicar: sitio web, blog, almacenaje de documentos tipo Scribd, posts en la web. La traducción del superviviente perfecto al mundo digital es el bloguero. He allí la confluencia de capacidades que hacen un aventurero "bital".
  • Manejo de cuentas de social media: Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y cualquier otra que el usuario juzgue necesario en su estrategia o en su mero deseo.
  • Habilidades elementales de edición de imágenes, videos y otros objetos multimedia.
  • Criterios de calidad de información al consultarla, producirla o compartirla.

Con este kit básico de habilidades ¿estamos listos para caer en la "isla desierta" digital y "vivir y prosperar"? Sería interesante explorar algunos de estos puntos en futuros artículos.

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Imágenes del autor.

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