Me encanta encontrarme frente a frases que de pronto cambian mi vida, como por ejemplo, una de Henry Ford que vi en el consultorio de un quiropráctico que decía: "Si crees que lo puedes hacer, lo podrás hacer y si crees que no lo podrás hacer... tienes razón".
Y estoy totalmente de acuerdo con esa frase. Esa es la famosa convicción de hacer las cosas. A mí, en lo personal, les cuento que gracias a Dios, la mayoría de las veces en que me he sentido medio apachurrado, me digo a mi mismo: "¿Cómo de qué se murió, si me debía?". Entonces agarro más fuerzas, más valor y me obligo a salir adelante y entonces me esfuerzo más y ahora sí... "Agárrense porque ahí les voy".
Estaba leyendo un poco sobre la vida de Hugo Sánchez, uno de los mejores jugadores de fútbol que hemos tenido en México al ser cinco veces campeón de Europa. El cuenta que un día había reunión familiar en su casa, y que estaban todos sus tíos, tías y primos. El estaba jugando fútbol en el patio de su casa con todos sus primitos, y cuando el partido acabó, él entró a su casa, todo sudado, y su papá le preguntó: "¿Cuántos goles metiste hijo?", y él respondió: "11". Entonces su papá lo abrazó y levantó la voz, dirigiéndose a todos los allí reunidos, y les dijo: "¡Su atención por favor!... quiero que conozcan al que va a ser el mejor jugador de fútbol de México".
Y Hugo cuenta que eso lo marcó y que el poder de las palabras de su papá entraron directo a su corazón, a su mente y él, en ese momento asumió y aceptó el compromiso. Lo que es el poder de la palabra.
Ayer mismo escuché otra frase anónima que me encantó que dice así; "Hay personas que sueñan con triunfar y hay otras, que se levantan temprano, que se esfuerzan y trabajan duro... y triunfan" Ahí les dejo la tarea.