Millonarios, el génesis del éxito madridista

Enhorabuena, como dirían los españoles, el Real Madrid invitó a Millonarios en 1952 a que hiciera parte del cuadrangular internacional para conmemorar sus bodas de oro. Así el denominado 'Ballet Azul' empañara la fiesta blanca con el triunfo categórico de 2-4 en el antiguo Chamartín, al presidente merengue Santiago Bernabéu le atrajo la velocidad y contundencia de un rubio delantero rival que celebraría en doble oportunidad.
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alfredo di stéfano

Enhorabuena, como dirían los españoles, el Real Madrid invitó a Millonarios en 1952 a que hiciera parte del cuadrangular internacional para conmemorar sus bodas de oro. Así el denominado 'Ballet Azul' empañara la fiesta blanca con el triunfo categórico de 2-4 en el antiguo Chamartín, al presidente merengue Santiago Bernabéu le atrajo la velocidad y contundencia de un rubio delantero rival que celebraría en doble oportunidad.

Apuntó en una libreta el nombre: Alfredo Di Stéfano. Gracias a su amistad con su homólogo del equipo colombiano,Alfonso Senior, logró que el argentino en cuestión de un año, aterrizara de nuevo en Madrid y no en Barcelona que ya le tenía la azulgrana lista.

Con litigio ante FIFA de por medio ante el interés culé, el Real se quedó con 'La Saeta Rubia', la leyenda que luego de tres títulos con Millonarios y más de 150 goles en 200 partidos, se encargaría de hacer historia en España y Europa entera, o mejor, de partirla en dos a punta de gritos y vueltas olímpicas (ocho de liga y cinco europeos por si acaso).

Hoy, en el estadio que lleva por nombre al máximo directivo madridista de la historia, Di Stéfano a sus 86 años será testigo de excepción de un partido que enfrentará a sus dos amores porque uno no pudo ser sin el otro.

Millonarios, que le dio la cuota inicial del éxito al Real Madrid por allá en el año 1953 al cederle al más grande jugador que haya vestido la camiseta blanca, lo visita en la disputa de la edición 34 del Trofeo Santiago Bernabéu, pero más que el honor de enfrentar a uno de los mejores clubes del mundo, está la oportunidad de homenajear a 'Don Alfredo', el cordón umbilical de ambos.

Gracias a él, nacieron no sólo triunfos memorables de azules y merengues representados en estrellas, también marcaron épocas, como las del Dorado en Colombia y el dominio madridista en España y el Viejo Continente.

A Millonarios no le alcanzó para brillar a nivel continental, pero al menos localmente es uno de los dos más ganadores de la historia del rentado cafetero junto al América, con 13 consagraciones cada uno. Hoy no tiene a un Di Stéfano en nómina que pueda ser considerado por Florentino Pérez como un futuro galáctico, pero a la medida de sus posibilidades, el equipo bogotano construye un plantel que pueda devolverle la grandeza extraviada durante décadas. Y el liderato de la Liga II, después de 10 fechas, parece ser una señal de esperanza.

Su actual presidente, Felipe Gaitán, se ilusiona con gritar campeón en diciembre, pero su tarea principal pasa por recuperar la imagen del equipo que llegó a ser considerado a mediados del siglo pasado como el mejor del mundo y por eso contempla la opción de devolver los dos últimos títulos, logrados en 1987 y 1988, manchados por el narcotráfico.

Es una iniciativa moral que tiene adeptos y detractores. Alfredo Di Stéfano en cambio, sólo cuenta con adoradores y no es para menos porque primero de azul y luego de blanco, se encargó de impregnar las canchas con un aroma que sólo los grandes pueden emanar, el de los goles y títulos.

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*Fabián Mauricio Rozo (@fabianrozo) es redactor del periódico colombiano El Tiempo.

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