La industria de teléfonos inteligentes debe actuar y parar el robo

En las comunidades grandes y pequeñas, la historia es la misma. La mayoría de los delitos contra la propiedad han disminuido, pero una categoría se ha disparado: el robo, a menudo violenta, de los teléfonos inteligentes. Con estos crímenes que alcanzan niveles epidémicos, una llamada internacional a la acción se ha levantado, exigiendo una solución generada por la industria dirigida a una disuasión efectiva.
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En las comunidades grandes y pequeñas, la historia es la misma. La mayoría de los delitos contra la propiedad han disminuido, pero una categoría se ha disparado: el robo, a menudo violenta, de los teléfonos inteligentes. Con estos crímenes que alcanzan niveles epidémicos, una llamada internacional a la acción se ha levantado, exigiendo una solución generada por la industria dirigida a una disuasión efectiva.

Recientemente nuestras oficinas se unieron con expertos de seguridad estatales y federales para probar las características anti-robo de productos de Apple y Samsung.

Fue parte de la Iniciativa Teléfonos Inteligente Seguros - una coalición de fiscales de distrito, jefes de policía y otros funcionarios preocupados, que ahora incluye también el alcalde de Londres Boris Johnson - para persuadir a los fabricantes de teléfonos celulares a instalar mecanismos de seguridad, tal vez interruptores automáticos para "matar" o hacer que los dispositivos sean inoperables en caso de robo.

Apreciamos los esfuerzos de Samsung y Apple para mejorar la seguridad de sus equipos hasta ahora. Pero los riesgos son demasiado altos para dar por sentado que ellos y otros fabricantes de teléfonos inteligentes harán lo correcto.

A nivel nacional, uno de cada tres robos implica un dispositivo de comunicaciones móviles. Es tan frecuente, que esta nueva categoría de delito tiene su propio nombre: " "Apple Picking" (Recolección de manzanas). El año pasado, el 50% de los robos en San Francisco tuvieron como objetivo un dispositivo de este tipo. En la Ciudad de Nueva York, el número fue de 20%, un aumento del 40% respecto al año anterior. Consumer Reports estima que 1,6 millones de estadounidenses fueron víctimas de los ladrones de teléfonos inteligentes el año pasado.

Tampoco se trata de que la violencia se limite a los EE.UU. En Londres, los robos de teléfonos inteligentes han causado un aumento del 15% en los robos este año, aun cuando la tasa de criminalidad en general ha disminuido.

Muchos de estos casos se tornan violentos, incluso mortales, ya que personas inocentes son apuñaladas o baleadas por sus teléfonos. Una de esas víctimas fue, Megan Boken, de 23 años de edad, que visitaba St. Louis en agosto pasado, cuando fue asesinada por un ladrón, arma en mano, que quería su iPhone.

Las fuerzas de seguridad locales no pueden detener esta marea mortal solo. Los ladrones están alimentando un mercado global masivo que es sencillamente demasiado lucrativo para detener sin una solución en toda la industria.
Los ladrones venden a los comerciantes sin escrúpulos que pagan cientos de dólares para móviles - sin preguntas - y luego "lo desbloquean". Ellos desbloquean las unidades, borran sus datos, lo reprograman y lo ponen a la reventa. Algunos incluso se venden a comerciantes de buena reputación, incluso el teléfono que usted compra en tienda local o de una cadena de electrónicos importante podría ser contrabando.

Pero las grandes ganancias están en las ventas al exterior. En Hong Kong, por ejemplo, iPhones pueden costar hasta $2.000 dólares cada uno, e incluso unidades aisladas de las redes celulares nacionales se pueden reactivar para trabajar en el extranjero. Hay tanto dinero de por medio que Hezbollah escogió el tráfico de teléfono celular para financiar sus actividades terroristas.

En cuanto a los fabricantes, están llenándose los bolsillos con un estimado de $ 30 mil millones al año reemplazando los teléfonos perdidos o robados.

Hay una solución. Una medida de seguridad de fábrica- que los propietarios de teléfonos tendrían que optar por rechazar, en lugar de optar por obtener- que podría hacer automáticamente los dispositivos robados inoperables en cualquier red, en cualquier lugar del mundo. Ningún valor de reventa, no robos.

Los fabricantes deben aceptar la responsabilidad por la seguridad de sus clientes. Hay precedentes. En la década de 1960, el público exigió el cinturón de seguridad en los coches, pero los fabricantes de automóviles se resistieron. No fue sino hasta el que gobierno intervino que los cinturones de seguridad se convierten en el equipo estándar. Ahora, nadie consideraría la compra de un vehículo sin esta medida de seguridad básica.

Tres décadas más tarde, los robos de Automóvil alcanzaron niveles de epidemia, los fabricantes de automóviles tomaron la iniciativa e implementaron correcciones tecnológicas para frustrar a los ladrones.

Los fabricantes de teléfonos celulares tienen una elección: Seguir el ejemplo equivocado o hacer lo correcto. Ellos deben actuar antes de que se tome la decisión por ellos.

Eric T. Schneiderman es Fiscal General del Estado de Nueva York, y George Gascón es Fiscal de Distrito de San Francisco. Son los co-presidentes de la Iniciativa Aseguremos Nuestros Teléfonos Inteligentes

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