"Allí nomás tras lomita, se ve Dolores Hidalgo. Yo allí me quedo paisano, allí es mi pueblo adorado".
José Alfredo Jiménez
Voy rumbo a Dolores Hidalgo, siguiendo la ruta del Bicentenario. Por estos caminos de Guanajuato se formó la historia del México Independiente. Estoy por llegar a la "Cuna de la Independencia Nacional", pero me detengo en un modesto taller de carpintería, a las afueras del pueblo, en donde encuentro el primer detalle de lo que ando buscando. Quiero descubrir lo que significa el futbol en ese lugar histórico. Y es precisamente un vieja, y aparentemente inservible, mesa de futbolito la que me proporciona una señal positiva.
DOLORES HIDALGO: 135 000 habitantes
Prácticamente podríamos llenar el estadio Azteca y dejar vacía la ciudad, en un acto ocioso. Pero mejor me dirijo rumbo a la escuela "Josefa Ortiz de Domínguez", construida en 1910, para conmemorar el centenario del inicio del movimiento insurgente. Ahí tienen una pequeña y terrosa cancha de futbol, en dónde dos futbolistas, con historias opuestas, iniciaron su recorrido personal, pero antes de conocer a estos celebres personajes, tracemos un contexto con algunos datos duros.
En Dolores Hidalgo, el futbol llegó en la década de los cuarenta. Tienen la segunda liga de aficionados más grande del estado de Guanajuato: la Liga Miguel Hidalgo y Costilla. Bien dicen los lugareños que el futbol es la mitad de la vida y si no es que un poquito más.
Bofo, Bofo, Bofo
Ahora sí podemos continuar. Estoy de regreso en la canchita. Al fondo se puede ver una casa color verde pistache. Pregunto por los inquilinos y me mandan al palacio municipal. Me dicen que busque la oficina de Predial y Catastro, y ahí pregunte por el señor Alfonso porque él me puede contar la historia que estoy buscando.
Alfonso Bautista Herrera es el hermano del Bofo. Habla rapidísimo y me cuenta que Adolfo no podía pronunciar su nombre cuando era pequeño. Que cuando le preguntaban ¿cómo te llamas? Él decía: Bofo, Bofo, Bofo. Y que ahí se le fue quedando el nombre.
El Bofo Bautista es dolorense. Su mamá lo llevaba a la plaza central a refrescarse con las tradicionales y exóticas nieves del lugar, que incluyen sabores como la de pulpo con camarón o chicharrón. Pero la de limón era su favorita. "El More", uno de los neveros con mayor prestigio, me cuenta que tienen un coraje guardado con el que consideran la primera figura indiscutible que Dolores Hidalgo le ha dado al futbol mexicano. "Él nos dice que no es nacido aquí, que él es nacido en Guadalajara. Por eso mucha gente de aquí como que no lo ve muy bien, porque se niega a aceptar que es dolorense".
Cada vez que las fiestas patrias se apoderan del pueblo, al Bofo le gusta escuchar a José Alfredo Jiménez, cantando la canción del "15 de septiembre", aquella que dice: Es el 15 de septiembre una fecha/que todos los mexicanos recordamos/con honor...
El Cuervo
Aquel portero del Oviedo que contrató el Marte siempre vestía de negro. Tenía 21 años. A él le pusieron un ultimátum. Una vez su entrenador le dijo: Oye Cuervo, tu tienes unas magníficas piernas para llegar a ser un gran arquero pero como te quita el tiempo la tontería de tus canciones. Ya decídete.
"José Alfredo Jiménez se decidió por sus tarugadas y por supuesto que no le fue tan mal", me dice Don José Sánchez Jiménez, sobrino del cantautor más famoso de la música vernácula mexicana.
La casa donde nació José Alfredo está casi enfrente de la casa de los Bautista. Y en la canchita de la escuela "Josefa Ortiz de Domínguez", los dos iniciaron coincidieron en épocas y circunstancias distintas.
Si algún día pasan por Dolores, visiten la casa-museo del ídolo dolorense y busquen la foto del Cuervo.
La vida no vale nada
Como en las letras del compositor, Dolores Hidalgo tiene sus tragedias en el futbol. A mediados del año 2010, los tres hermanos Vázquez Gallegos murieron en un accidente de carretera. Los tres eran buenos futbolistas pero, el menor de ellos, Octavio, al que le decían "Pelé" había firmado contrato con la Universidad Autónoma de Guadalajara. Como diría el propio José Alfredo: no vale nada la vida.
Servicio completo
La afición de dolorenses por alguno de los equipos profesionales de futbol se reparte de manera similar a las preferencias nacionales. Predominan los seguidores del América y del Guadalajara. Nada que destacar. Sin embargo, como a las diez de la noche, cuando todos los comercios estaban cerrados y la gente lista para dormir, vi un resplandor en uno de los locales. Era la funeraria de los Zapiain. Ahí, pude ver algo insólito: un ataúd de las Chivas. "En la bodega tengo los del América", me dijo Angel Ferado, encargado del negocio a esas horas. "El servicio completo, con todo: capilla, carroza, flores, misa y panteón está en cinco mil pesos".
Sin duda que en la Cuna de la Independencia Nacional, el futbol también es un grito de libertad.
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