Cómo mantener el peso después de una dieta

Pasas seis semanas contando cada gramo de comida que entra a tu boca, y cuando te despides de la dieta.... ¡zas! Losya te quedan apretados de vuelta.
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Tal vez esta situación te resulte conocida: pasas seis semanas contando cada gramo de comida que entra a tu boca, haces ejercicio, y cuando llegas finalmente a tu peso ideal y te despides de la dieta.... ¡zas! Los jeans ya te quedan apretados de vuelta.

Lamentablemente para muchas de nosotras, esta situación es bastante común. Las dietas son como novios celosos: nos tratan bien mientras estamos con ellos, pero apenas los dejamos desatan su furia y viene la venganza.

Para que a ti no te pase lo mismo y puedas proseguir con tu vida luego de despedirte de la dieta, he aquí cuatro preguntas que te debes hacer:

1. ¿Cuál es el peso que quiero perder?
Tener sobrepeso es muy frustrante, y es lógico que queramos recuperar una figura esbelta lo antes posible. Pero una cosa es el número que se te ha puesto a ti en la cabeza (por ejemplo, quieres bajar hasta los 50 kilos), y otra cosa es el peso natural de tu cuerpo. El peso con el que tú sueñas puede ser el que tuviste cuando eras adolescente o cuando te casaste... pero ahora estás en otra fase, tu metabolismo ha cambiado y lo que era fácil para ti hace 5 años puede ser un desafío a estas alturas.

No podemos dar marcha atrás en el tiempo ni recuperar el metabolismo que teníamos con 18 años, pero lo que sí es posible es mantener un peso normal para la persona que somos hoy.

2. ¿Cuál es mi peso normal?
Ésta es la pregunta más importante que debes hacerte, y tal vez la más difícil. A todas nos gustaría tener el físico de una actriz de cine o la agilidad de una deportista... ¿pero tenemos acaso el mismo perfil genético y los mismos recursos para invertir, tanto de tiempo como de dinero?

El secreto más grande para no fallar con una dieta es bajar el sobrepeso no hasta llegar al peso deseado, sino al peso normal.

Nuestro peso normal es el que nuestro cuerpo puede mantener sin gran esfuerzo, sin enfermarse y sin tener que privarse constantemente. Tal vez para ti eso sean 54 kg en vez de 50, por eso es muy importante que al hacer dieta llegues solamente hasta tu peso normal, pues llegar al peso ideal implica continuar con una estrategia de restricción que no lograrás mantener, o que se transformará en una dieta crónica.

3. ¿Qué estoy dispuesta a hacer por el resto de mi vida?
Muchas veces creemos que, al hacer dieta y llegar al peso deseado, hemos escalado el Monte Everest y plantado la bandera. Pero nos olvidamos que el verdadero desafío recién comienza allí, y todavía tenemos que bajar la montaña.

Mark Twain dijo muy sabiamente, "Dejar de fumar es fácil. Ya lo dejé como 100 veces". A las que hacemos dieta nos pasa lo mismo: es fácil comenzar la dieta y bajar un poco, pero es muy difícil hacerlo a largo plazo y mantener los resultados. Por lo general tendemos a bajar con estrategias muy restrictivas que hacemos mientras nos duren la fuerza de voluntad y el entusiasmo, pero no estamos dispuestas a perseverar con ese régimen de comida y ejercicio por el resto de nuestras vidas... sin embargo pretendemos que los resultados se mantengan solos.

Por estos motivos, la mejor estrategia para mantenerte en tu peso normal es elegir un plan de comida y movimiento que estés dispuesta a continuar a largo plazo: debe ser lo suficientemente sano como para evitar que recaigas en sobrepeso, pero también lo suficientemente flexible para incorporar la pizza con los amigos y el pastel de cumpleaños de tu colega, por ejemplo.

3. ¿Qué valor emocional tiene la comida para mí?
Éste es, tal vez, el factor más olvidado: tendemos a pensar en la comida y el ejercicio como en una ecuación de calorías que entran y salen. ¡Si así de fácil fuera, estaríamos todas flacas!

Pero los factores emocionales juegan un gran rol a la hora de comer. El alimento significa no sólo valor nutricional sino también cariño, consuelo o refugio... todo depende de cuál sea nuestra historia en relación a la comida, cómo hemos sido criadas, y cuál ha sido nuestra experiencia con el placer y la privación.

Muchas veces asociamos a las dietas con privarnos, y una vez que llegamos al peso deseado pensamos que podemos darnos los gustos por haber alcanzado nuestro objetivos (no tengo que explicarte que si éste es tu caso vas a ganar peso antes de lo que me lleva escribir la palabra "chocolate").

Si tu relación con la comida es ambivalente, te conviene explorar este campo antes de hacer una dieta, para poder ajustar no sólo tus expectativas sino tu estrategia de pérdida de peso.

En Twitter: @ElisaPsN.

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