SE BUSCA: ¿dónde quedaron mis metas para el 2014?

Bajar la panza, caber en los, comer más sano y hacer mucho ejercicio... ¿te acuerdas de lo que te prometiste, o estabas bajo los efectos de la copita de champán de fin de año?
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Bajar la panza, caber en los jeans, comer más sano y hacer mucho ejercicio... ¿te acuerdas de lo que te prometiste, o estabas bajo los efectos de la copita de champán de fin de año?

A estas alturas del mes de abril no hay dónde esconderse: si has tenido suerte, todas las promesas que te hiciste el primero de enero ya están a punto de realizarse, pero si eres como la mayoría de los mortales tus buenas intenciones han quedado relegadas para el 2015.

A juzgar por la creciente lista de libros de dieta que se publican cada año (¿no nos cansamos nunca de leer lo mismo?), los objetivos de salud y peso son de los más difíciles de obtener. Por eso en esta entrega te propongo cinco preguntas para revaluar tus metas para este año, de modo que no te des por vencida aún y logres alcanzarlas en los ocho meses que van quedando:

¿Qué tipo de objetivo me he propuesto?
No se trata solamente de comprender cuál es el área que queremos trabajar (nutrición, salud, trabajo) sino de la característica de la meta en sí. Es decir: podemos clasificar a los objetivos como personales o colectivos, generales o puntuales, reales o irreales, y holísticos o restringidos.

Si te has propuesto correr una media maratón con tu pareja, tu objetivo es colectivo y, dependiendo de tu condición física y entrenamiento, puede ser real o irreal. Por el contrario, si deseabas dejar de fumar, tu objetivo es individual. Pero en ambos casos se trata de objetivos generales: para que estos objetivos se vuelvan puntuales, debes formularlos de otra manera, por ejemplo "deseo fumar 3 cigarrillos por día durante enero, 2 por día las tres primeras semanas de febrero". Lo mismo sucede con correr la media maratón: tienes que tener un plan específico para cada semana de entrenamiento.

Lamentablemente, muchas personas elaboran con gran entusiasmo objetivos individuales en torno al peso y a la nutrición, pero se trata de objetivos generales y por lo tanto difíciles de aplicar en medidas concretas.

¿Cuándo fue la última vez que alcancé ese objetivo en mi vida?
Si lo que querías era bajar 20 kilos y la última vez que pesaste esa cantidad fue hace 15 años, probablemente estés frente a un objetivo irreal e improbable de conseguir. Pero si el año pasado diste a luz a tu hijo y quieres recuperar el peso que tenías al inicio del embarazo, las probabilidades de alcanzarlo son mayores.

En definitiva: cuanto más lejano sea tu objetivo al estilo de vida que has estado llevando por los últimos 5 años, más motivación y planeamiento serán necesarios a la hora de ejecutarlo.

¿Cómo me siento cuando pienso en alcanzar ese objetivo?
Esta pregunta es muy importante, puesto que la mayoría de los objetivos irreales conllevan una gran carga emocional. Si tienes años de acarrear sobrepeso y una imagen corporal muy negativa, probablemente tu objetivo de pérdida de peso no esté evaluado racionalmente y quieras bajar la panza de repente o en menos de tres meses (lo cual es bastante improbable y aumentará no sólo tu frustración, sino también la carga emocional negativa).

¿Cuál es el costo de alcanzar ese objetivo, y por cuánto tiempo puedo mantener esta estrategia?
Tal vez te hayas propuesto comer más sano y estés almorzando ensaladas todos los días. Pero la idea de comer lechuga por el resto de tu vida no es muy apetecedora, y por eso debes revaluar y diversificar tu estrategia.

O quizás te has anotado para una maratón y tienes que entrenar seis veces por semana, aparte de trabajar, estudiar por la noche y atender a tu familia (y dicho sea de paso, no te gusta tanto correr, pero quieres la medalla). En este caso conviene evaluar si puedes mantener la estrategia hasta el día de la carrera, o si te conviene buscar otro tipo de evento o deporte que se ajuste más a tu estilo de vida.

Una vez que hayas contestado honestamente estas preguntas podrás revaluar los objetivos que te propusiste en enero y ajustarlos a tu realidad actual. Tal vez logres llegar a tu meta original, o tal vez te propongas otra meta más puntual y más pequeña, pero definitivamente alcanzable.

En todo caso recuerda: un objetivo cumplido, por más pequeño que sea, es mucho más dulce que miles de planes grandiosos que no concretamos nunca.

Te invito a compartir en los comentarios qué metas tenías para este año y cómo las estás adaptando para que, cuando abras la botella de champán el próximo 31 de diciembre, puedas brindar con gusto.

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