Cuatro comidas que no sabías que engordaban

Identificar alimentos dañinos es una de las labores más difíciles dentro de la nutrición. Por un lado, somos conscientes que cada cuerpo es diferente y reacciona desde su bio-individualidad...
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Identificar alimentos dañinos es una de las labores más difíciles dentro de la nutrición. Por un lado, somos conscientes que cada cuerpo es diferente y reacciona desde su bio-individualidad; es decir, lo que es bueno para mí puede caerte mal a ti. Por otro lado, tenemos que establecer cuáles son las cantidades que pueden ser consideradas como desaconsejables (como el antiguo proverbio dice, "la dosis hace al veneno").

Si el tema qué comer y qué no comer es tan importante como estresante para los especialistas, más lo es para quienes quieren perder un par de kilos y están cansados de escuchar información contradictoria: por cada doctor que aconseja seguir una dieta paleo encontramos otro doctor igualmente calificado que nos anima a ser vegetarianos. ¿Cómo saber entonces qué es lo que nuestro cuerpo necesita y qué es lo que nuestro cuerpo rechaza? Te proporcionamos aquí cuatro consideraciones básicas para que tengas en cuenta a la hora de bajar de peso:

1. Las comidas que no van con tu bio individualidad, engordan: sí, ya sé que la vecina de enfrente bajó siete kilos con una dieta líquida y no ha vuelto a poner un gramo en las caderas. Pero ese es su cuerpo y su metabolismo. El tuyo funciona distinto, y lo primero que tienes que descubrir es cuáles son sus características. Comienza por cuestionarte: ¿Tienes hambre por la mañana? Entonces no te recomiendo el ayuno. ¿Te gustan más los salados que los dulces? Te será más fácil hacer una dieta Macrobiótica. ¿No puedes vivir sin queso? Si no estás muy comprometido a nivel social, tal vez el veganismo no sea una opción para ti.

Solamente conociendo tus sensibilidades, tus gustos y tus hábitos podrás decidir si un plan de salud puede o no funcionar para tu cuerpo. De lo contrario estarás invirtiendo tiempo y energía en un sistema de alimentación que no te haga bajar ni un gramo.

2. Las comidas que comes inconscientemente, engordan: la mayoría de las personas que sigue un plan de comida puede describir con lujo de detalles lo que han comido de desayuno, almuerzo y cena. Por lo general se trata de opciones muy saludables y de cantidades limitadas. A estas personas (que a pesar de estar a dieta no logran bajar de peso) yo debo preguntarles: ¿qué comiste entre el desayuno y el almuerzo, después del almuerzo y después de la cena?

Esas cantidades de comida oculta son el conocido picoteo, el snack, la comida que ponemos en la boca sin pensarlo dos veces, porque estamos nerviosos, cansados o aburridos. Cuando comemos por hábito y no por hambre tendemos a olvidarnos de lo que hemos comido, a subestimar las cantidades ingeridas y a elegir comidas de valor nutricional pobre.

3. Las comidas que comes a las apuradas, engordan: a veces el problema no es comer inconscientemente, sino negarnos el tiempo para disfrutar de la comida. Es la barrita de chocolate que abrimos rápidamente en la oficina para que nadie sepa que estamos rompiendo la dieta, el paquete de chips que devoramos antes de salir a cenar con los amigos porque ya tenemos hambre, el almuerzo que comemos a lo loco porque tenemos una reunión en 15 minutos... Tal vez creas que porque estás comiendo conscientemente o por un motivo concreto tu acción esté justificada, pero tu cuerpo no ignora ni las calorías ni el estrés por el que estás pasando. Si comes a las apuradas estás digiriendo mal y comprometiendo la absorción de los nutrientes - y si tu cuerpo no los absorbe, adivina dónde los guarda...

4. Las comidas que no te gustan, engordan a largo plazo: esta categoría parece un poco ilógica, pues por lo general tendemos a asociar las comidas ricas en grasa y azúcares con aumento de peso, y la lechuga y los espárragos con la salud y la dieta. Pero vivir la vida comiendo comida "sana" sin ganas y sin placer solamente genera resentimiento y privación a nivel psicológico. Lo más probable es que puedas hacerlo por algunas semanas, pero apenas pase ese período, termines consumiendo grandes cantidades de aquellos alimentos que durante tu dieta consideraste "prohibidos".

Para finalizar, recuerda que estas categorías de alimentos están íntimamente ligadas a tu comportamiento y a tu relación emocional con la nutrición. Elegir conscientemente tu dieta y trabajar sobre tus necesidades emocionales es la base de una alimentación sana, cualquiera sea tu bio individualidad y tu historia alimenticia.

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