Una momia en Chicago

Eugene Davis nunca pensó que iba a terminar como un egipcio. Momificado. Este ciudadano de la ciudad de Blue Island, a 17 millas al sur de Chicago, fue encontrado el pasado 22 de mayo en el suelo de su casa, cerca de su cama, muerto, momificado --Según el reporte del médico forense, Davis habría fallecido a causa de una enfermedad cardiovascular, de manera natural.
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Eugene Davis nunca pensó que iba a terminar como un egipcio. Momificado. Este ciudadano de la ciudad de Blue Island, a 17 millas al sur de Chicago, fue encontrado el pasado 22 de mayo en el suelo de su casa, cerca de su cama, muerto, momificado -- sin haber sido embalsamado. Según el reporte del médico forense, Davis habría fallecido a causa de una enfermedad cardiovascular, de manera natural.

Pero, ¿cómo es posible que Sonny (como lo llamaban en su comunidad) haya muerto en el olvido, en una casa donde había vivido por décadas, al punto de ser encontrado en estado de momificación?
Los servicios de agua y electricidad habían ya sido suspendidos por algunos meses. La correspondencia se apilaba en el buzón que el agente de correos dejó de despacharla. La maleza había crecido casi tres pies.

¿Es que Davis no tenía familia que se comunicara con él? Algunos reportes dicen que se encontraba alejado de ella. ¿Es que no tenía amigos que extrañaran su presencia en el barrio? Sus vecinos dicen que era un hombre solitario pero "muy amigable".

Cuando me enteré de estos hechos no pude evitar recordar algo que me pasó hace casi cuatro años.
Ya llevaba trabajando dos años en Chicago, viviendo en el mismo condominio por casi un año y medio. Ya estaba acostumbrado a vivir alejado de mi familia, después de más de 10 años en los Estados Unidos. Pero nunca había experimentado lo que era tener limitaciones de movilidad y necesidad de atención, viviendo solo.

Uno crece pensando que es un súper hombre, que no necesita de nadie.

Pero luego de una operación de hernia en la columna, el resultado fue inmovilidad y dificultad en desplazarme. ¿Cómo me prepararía la comida? ¿Cómo limpiaría la casa? Tareas sencillas se habían vuelto desafíos.

Llegué a casa con puntos quirúrgicos en la espalda, muchísimo dolor y claras indicaciones de reposo absoluto. Sólo caminar para ir al baño era un reto.

Pasé dos largas semanas recostado en el sofá de mi sala de estar. Vi todos los capítulos de "La Ley y el Orden" (Law & Order) que pudieron caber en esos 15 días. Comí a diario pan y sopa de lata en el almuerzo y la cena.

Durante ese tiempo recibí unas cuantas llamadas que puedo contar con los dedos de una mano. Llegaron algunos e-mails que me deseaban pronta mejoría y que terminaban diciendo: "Déjame saber si necesitas algo".

Yo me cuestionaba: "¿Saben que no puedo casi ni moverme y me preguntan que les avise si necesito algo? ¿Es una broma?"

Claro que sí necesitaba ayuda. "Anda al supermercado, límpiame la casa, lávame la ropa", me daban ganas de contestar. ¿Se trataba una oferta honesta o un ofrecimiento hecho sólo por decir?
Nunca lo supe pues no tomé la oferta.

Sobreviví, por supuesto. Tuve tiempo de sobra para reflexionar sobre mi vida, el valor de la amistad y filosofar sobre la condición humana, mientras que Olivia Benson y Elliot Stabler continuaban resolviendo crímenes en el televisor.

Meses después, cuando ya andaba recuperándome, en una conversación telefónica de larga distancia con mi madre le dije, aún sorprendido: "Mamá, aquí te puedes morir y nadie se daría cuenta hasta que el olor sea tan fuerte que los vecinos se pregunten que habrá pasado en el edificio".

Después de mi experiencia, la solitaria muerte de Sonny aún me llama la atención. Él había vivido en esa casa desde joven y era amigo de sus vecinos. ¿Por qué tanta indiferencia? Al fin y al cabo, yo era "nuevo" aún en el barrio y en el trabajo.

Estas me parecen claras diferencias culturales. En otros países, diría que la gente actuaría de distinta manera si por casualidad un día desapareces. Quizá sea por pura chismosería, tan común como es en Latinoamérica el estar observando la vida ajena; cuándo entró, salió o que está haciendo el vecino.

Pero la vida por estos lares es más independiente, solitaria y desapegada emocionalmente. Cada quien vive su vida. No es que los norteamericanos sean personas antisociales o desamoradas, pero ciertamente más distantes y desconfiadas, al punto tal que puedes terminar muerto en soledad y convertirte en momia.

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