El juego político de Marco Rubio y los estudiantes indocumentados

Ahora el senador Rubio, un cubano americano que dice que se opone al DREAM Act, está a punto de lanzar su propia versión del proyecto de ley. Sin embargo, su postura sobre la inmigración no le ha ganado la popularidad entre los latinos en el resto del país.
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El senador republicano de Florida, Marco Rubio, rechazó las especulaciones de que podría ser el candidato a la vicepresidencia, pero se está preparando para hacer otro juego político: el de lanzar su versión del DREAM Act - que ofrecería un estado legal sin una vía a la ciudadanía para estudiantes indocumentados.

La medida podría representar un importante cambio en la política de inmigración.

El DREAM Act federal, que habría proporcionado un camino a la ciudadanía para indocumentados graduados de secundaria que estuvieran inscritos en la universidad o el ejército y cumplían con ciertos requisitos, originalmente contó con el apoyo bipartidista.

Pero las cosas han cambiado.

Los republicanos bloquearon el proyecto de ley la última vez que llegó el momento de la votación en diciembre de 2010. El republicano David Rivera ha presentado una versión militar - es decir, que beneficiaría solamente a voluntarios de las Fuerzas Armadas y no a estudiantes - del DREAM Act, llamado el ARMS Act. Repetidamente, el candidato presidencial republicano Mitt Romney dijo que vetaría la ley DREAM si es elegido Presidente.

Ahora el senador Rubio, un cubano americano que dice que se opone al DREAM Act, está a punto de lanzar su propia versión del proyecto de ley. Sin embargo, su postura sobre la inmigración no le ha ganado la popularidad entre los latinos en el resto del país.

Si el proyecto de ley cobra impulso en el Congreso, sería un golpe para el Partido Republicano - un partido que se ha ido desplazando cada vez más hacia la derecha para apaciguar a un sector de nacionalistas conservadores, con candidatos principales como Romney que públicamente defiende puntos de vista en contra de los inmigrantes.

Si son capaces de llevarlo a cabo, los republicanos serían capaces de hacer lo que ningún demócrata podía hacer, y como lo hizo el Presidente republicano Richard Nixon al viajar a China, pasarían a la historia como el partido que adelantó la reforma de inmigración (aunque sea poco a poco) y de forma simultánea mejoró sus posibilidades con los votantes latinos en las elecciones presidenciales de 2012.

Pero la versión de Rubio del DREAM Act no es un sueño. De hecho, un editorial en el New York Times lo llamó "Un Dream Act sin el sueño".

Es más parecida a la versión 2012 de la política llamada "Ni preguntes, ni digas" del ex Presidente Bill Clinton, respecto a la participación de individuos gay en las Fuerzas Armadas. En su momento se consideró su propuesta como una mejora. Después de todo, era preferible a la prohibición expresa y total de las personas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros) hasta aquel momento. Pero en última instancia, creó un estatus de ciudadano de segunda clase para el personal militar LGBT, en lugar de la igualdad de derechos.

Al igual que "Ni preguntes, ni digas," la versión de Rubio del DREAM Act podría ser mejor que nada. Pero al negar un camino a la ciudadanía a los estudiantes indocumentados, se les atrapa en una situación legal en donde son una especie de ciudadano de segunda clase. Mejor dicho, un no ciudadano.

Los defensores de los derechos de los inmigrantes están auscultando el panorama político para determinar qué posibilidades tiene el proyecto de ley para imponerse en el Congreso. Tendrán que decidir si apoyarán o no el proyecto de ley. En realidad, ésta podría ser la única opción viable para mejorar la condición jurídica de los estudiantes indocumentados aquí. La alternativa: esperar la versión original del proyecto de ley que ofrecería un camino a la ciudadanía y la igualdad real, incluso si ha perdido su impulso inicial.

Al igual que los activistas LGBT en 1993, los defensores de los derechos de los inmigrantes de hoy se enfrentan a un dilema sin salida, donde dando un paso hacia la igualdad consolidará al mismo tiempo su condición de "ciudadanos de segunda clase".

De hecho, las similitudes entre los dos movimientos van aún más lejos.

Al "salir del closet" como soñadores indocumentados, los estudiantes indocumentados que apoyan el DREAM Act repiten la historia del movimiento de los derechos LGBT. Activistas DREAM conocidos como José Antonio Vargas y Gaby Pacheco, en algunos aspectos están continuando en la tradición de Harvey Milk, que consideraba el salir del clóset como un acto político.

Da la casualidad que la ley "Ni preguntes, ni digas" fue derogada el mismo día que el DREAM Act fue derrotado en el Senado: el 18 de diciembre de 2010. El día fue "agridulce" para algunos activistas de DREAM, muchos de los cuales son LGBT o aliados del movimiento y tenían la esperanza de que los dos votos les favorecieran.

Para ambos movimientos, la política es personal.

Ambos enfrentan una firme oposición que ha llevado a nueva legislación en varios estados. En Maryland, por ejemplo, un referéndum que podría aparecer en la boleta electoral de noviembre anularía la recientemente aprobada ley de igualdad en el matrimonio. Otro derrocaría el Dream Act de Maryland que permite a algunos estudiantes indocumentados calificar para la matrícula universitaria estatal.

Mientras legisladores como Rubio presentan sus propias versiones del DREAM Act federal - una típica movida política en un año electoral - no está claro qué pasará con la gente afectadas por estas políticas: los estudiantes indocumentados que no tienen una manera de trabajar legalmente después de graduarse de la universidad.

Parece que por ahora, el camino hacia delante para los defensores de la inmigración podría ser un túnel oscuro y sin salida.

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