La semana pasada estalló el escándalo del espionaje telefónico masivo en Estados Unidos. Que el "gran hermano" nos vigila no es nada nuevo, pero conocer la dimension de las escuchas telefónicas sorprende y asusta (http://www.elcomercio.com/mundo/Espionaje-telefonico-EstadosUnidos-Obama-criticas_0_933506724.html).
Digamos rápidamente que el comportamiento de las administraciones estadounidenses es hipócrita cuando hablan de democracia y critican a otros gobiernos que --dicen-- no la practican. Estamos muy lejos de ser la democracia perfecta que la propaganda politica de Washington insiste en pregonar.
Y la administración Obama es la mejor prueba de esta hipocresía.
Además del asunto del espionaje telefónico, consideremos la promesa electoral de Obama en 2008 de cerrar la prisión de Guantánamo, donde se encuentran detenidos decenas de sospechosos de ser "terroristas", aunque no se les haya formulado cargos en años. Peor aún, en Guantánamo se practica la tortura --no la tradicional tortura que incluye descargas eléctricas o golpizas diarias, se trata de torturas mas sofisticadas, de tipo psicológico, que terminan produciendo daño mental a los detenidos. Las condiciones de "vida" son tan precarias que una reciente huelga de hambre de los detenidos puso en evidencia esta situación.
Debido a esta inesperada publicidad, Obama volvió a hablar del cierre de Guantánamo, pero como no podia ser de otra manara, no hay nada claro y menos todavia una posible solución.
Hace falta que hablemos de otra promesa no cumplida por Obama, como es la reforma migratoria.
Claro, se dirá que ahora busca concretarla, pero ademas de ocurrir años después de la promesa electoral, ¿qué tipo de reforma tendremos? ¿La que los inmigrantes piden o la que el gobierno firmará, con sus condiciones y castigos --incluyendo multas y esperas de años para lograr plenos derechos como ciudadanos? Y todo esto mientras estos inmigrantes pagan impuestos pero sin posibilidades de recibir nada a cambio, como por ejemplo seguro de desempleo.
¿Es este el comportamiento de una democracia?
La actitud de padre enojado, punitivo, que asume el gobierno con los inmigrantes no solo es denigrante e injusta, sino que es también síntoma de un régimen autoritario e irracional.
¿Quienes castigan a los inmigrantes? ¡Los mismos congresistas y políticos que también son hijos y nietos de inmigrantes!
Y Obama, ¿escuchará los pedidos de los inmigrantes? Obviamente, no. No solo no los escucha sino que justifica estos castigos, como justifica su programa de deportaciones masivas. Y como ahora justifica el espionaje telefónico.
Muchos de mis amigos dicen que a pesar de esto, Obama es mejor que cualquiera de los dos candidatos republicanos a los que derrotó en 2008 (John McCain) y en 2012 (Mitt Romney) debido a que su política social es más incluyente.
Una cosa no quita la otra. Aunque una administración tenga aspectos positivos no podemos dejar de criticar sus malas políticas o errores, especialmente cuando los que pagan son siempre los mismos.
La intrasigencia de un gobierno autoritario se evidencia de muchas maneras. Los argumentos de Obama y su administración al justificar el espionaje telefónico, las deportaciones, el no-cierre de Guantánamo, el atraso de concretar la reforma migratoria (y el lavarse las manos ahora y dejar que esta propuesta en el Congreso sea controlada por los conservadores) son parecidos, tienen el mismo tono y casi identico lenguaje.
La actitud de castigo por parte del poder --con aspectos de venganza-- lo podemos ver en el juicio al soldado Bradley Manning, acusado de haber pasado miles de documentos militares no-tan-secretos a Wikileaks.
¿Buscarán Obama y sus amigos hacer lo mismo con quien divulgó detalles sobre el espionaje telefónico?
Simpatizantes de Obama nos recuerdan que la posibilidad del espionaje interno está en la ley llamada Acta Patriótica, aprobada por la administración de George W. Bush en 2001, después de los atentados del 11 de Septiembre.
La decepción respecto a Obama es, precisamente, su comportamiento autoritario, propio de los conservadores. Y el justificarse con el Acta Patriótica es su condena.
Pero, ¿cual será nuestra justificación por dejar que el gobierno nos controle cada día más?
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