Mercado de Ideas: Como producen riqueza los trabajadores inmigrantes

Quienes se oponen a la inmigración dicen que los inmigrantes no representan algo positivo para la sociedad porque abusan de los recursos públicos recibiendo más beneficios que los impuestos que pagan.
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Quienes se oponen a la inmigración dicen que los inmigrantes no representan algo positivo para la sociedad porque abusan de los recursos públicos recibiendo más beneficios que los impuestos que pagan.

Por ejemplo, dicen que la mayoría de las salas de emergencias de los hospitales está llenas de indocumentados. O que saturan los salones de clases, forzando a los gobiernos a construir mas escuelas. Y cosas por el estilo.

Sin embargo, estos argumentos no son la clave real para analizar la participación social de los inmigrantes --o de otros grupos.

Esta propanda antiinmigrante es el trabajo de organizaciones como la Fundación Heritage, una millonaria institución ultra conservadora que alimenta con argumentos a otros grupos interesados en apoyar la agenda conservadora. Y uno de esos temas es, precisamente, el costo de los inmigrantes usando la ecuación de los impuestos.

Por ejemplo, Conn Carroll escribió lo siguiente en 2008: "en el año 2004, a nivel estatal y local, el hogar promedio de inmigrantes no calificados, recibió $14,145 dólares en beneficios y servicios, mientras que pagó solamente $5,309 en impuestos. Una familia inmigrante común no calificada representa una carga fiscal de $8,836 dólares al año a nivel local y estatal".

Aunque parece un argumento bien documentado y preciso, oculta algo muy serio: el principal aspecto de la economía es la productividad del trabajo, no los impuestos que pagan los trabajadores. Y respecto a los impuestos, es obvio que quien gana menos paga menos.

De acuerdo con los escritos de los economistas clásicos, una mercancía contiene un valor correspondiente al tiempo de trabajo necesario para su producción. Por ejemplo, si consideramos una silla, su valor depende de las horas que llevó fabricarla --incluyendo sus accesorios, como clavos, pintura, etc.

El trabajador que fabrica esta silla recibe un salario por su jornada laboral. Pero fabricar la silla lleva menos de ocho horas. El tiempo adicional que el trabajador (o trabajadora) dedica a seguir produciendo, genera bienes que beneficia al empleador. Esta productividad adicional genera entonces una plusvalía, lo cual produce y aumenta el capital del empleador.

O sea que el salario no refleja la productividad de los trabajadores. El salario pagado a un trabajador sirve para que este pueda recuperar su energía (alimentarse y descansar) para poder seguir produciendo al día siguiente. La plusvalia es la parte "adicional" del trabajo de un empleado. La palabra "riqueza" significa en realidad capital. Y el capital es creado por los trabajadores, particularmente por la parte no pagada de su trabajo.

El capital que los trabajadores crean es mucho mas grande que los impuestos que pagan debido a sus bajos salarios.

El capital no es estático, siempre busca crecer --puede decirse mejor: los empleadores buscan hacer crecer el capital de manera permanente. Por esta simple razón, sería ingenuo creer que nuestra sociedad aceptaría la existencia de millones de personas improductivas.

O sea que el capital tiene una voracidad incontrolable y crece sin parar --gracias a la productividad de los trabajadores.

El capital es controlado por una pequeña fracción de la población que se apropia de la plusvalia. Este grupo de personas también controla los medios de producción (por ejemplo, las propiedades de las fábricas y las herramientas de trabajo). En cambio, los trabajadores no tienen más que sus habilidades de trabajo.

En el caso de la agricultura, los salarios tan bajos (jamás conocí un jornalero que gane más de $16,000 dólares al año... ¡En un buen año!) significa que el valor de la plusvalía generada por los campesinos es inmensa.

Esta afirmación tiene más sentido cuando consideramos que un solo condado de Estados Unidos, el condado de Fresno, en California, generó ganancias por $6.8 billones de dólares en productos agrícolas en 2011, según el reporte de la Comisionada de Agricultura de Fresno, divulgado en septiembre del 2012.
Recordemos a los lectores que para evitar que los jornaleros se organicen y exijan un mejor reparto de la riqueza que generan, su condición de "ilegales" es muy práctica y conveniente: ¡si se portan mal, los deportamos!

Y estos son trabajadores considerados no calificados por los senadores que presentaron la propuesta de reforma migratoria el 16 de abril (S-744, "Acta de Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización Migratoria).

Me pregunto cuáles son las calificaciones necesarias para ser senador y cuántos de ellos son capaces de reconocer las diferencias entre un olivo y un durazno --para ponersélas fácil.

El truco de los impuestos es un esfuerzo de ciertos grupos de interés para mantener el estado de ignorancia sobre cómo opera la economía y sobre quién produce la riqueza que disfrutamos. Además, es una manera fácil de mantener vivo el mito de que los "otros" (inmigrantes, particularmente personas de color) abusan de nuestra sociedad.

La actual propuesta de reforma migratoria ayudará a la industria agrícola a disponer de cuantiosa mano de obra barata disponible en el futuro. Aún así, los agricultures y corporaciones agrícolas pelean para no conceder nada de la riqueza producida esos trabajadores, tales como viviendas decentes, salario mínimo más alto y seguro de salud.

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