Atención plena a cada momento de la vida: Una forma novedosa de rehabilitar

La atención plena a cada momento de la vida, "ponerle el corazón a cada momento" como si fuera el único, el último o el primero, como una herramienta para vivir mejor, no es en realidad un descubrimiento reciente. Tiene sus orígenes en las tradiciones milenarias del budismo que datan de hace más de 2,500 años. La idea es estar complemente presente en cada momento que pasa, no con el objetivo de crear un resultado positivo, sino simplemente de apreciar el único pedazo de vida en el cual podemos vivir, "el momento presente".
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La atención plena a cada momento de la vida, "ponerle el corazón a cada momento" como si fuera el único, el último o el primero, como una herramienta para vivir mejor, no es en realidad un descubrimiento reciente. Tiene sus orígenes en las tradiciones milenarias del budismo que datan de hace más de 2,500 años. La idea es estar complemente presente en cada momento que pasa, no con el objetivo de crear un resultado positivo, sino simplemente de apreciar el único pedazo de vida en el cual podemos vivir, "el momento presente". Apreciar lo que está presente "aquí y ahora" tiene una gran importancia para todas las personas, pero es quizás un concepto crítico en el cuidado de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Un estudio colaborativo liderado por mí, en 600 pacientes con EPOC severo, que se enfocó en el valor de la percepción subjetiva sobre bienestar, actividad física y emociones en el momento para predecir hospitalizaciones, mostró que los individuos que percibían su estado como bueno aún en el contexto de una enfermedad severa tenían una reducción del riesgo de hospitalizarse de hasta 50 por ciento (Respiration, 2010). Estos datos generaron la hipótesis de que la percepción de lo que ocurre "aquí y ahora", tiene un efecto significativo en el pronóstico de la enfermedad y que quizás un "método que cultive" una percepción balanceada, menos afectada por lo que "no se puede hacer" y más influenciada por lo que "todavía es posible" pueda ser útil en muchos individuos que sufren de EPOC.

Se diseñó un estudio para fomentar la atención plena o presencia plena "vivir de todo corazón cada minuto" (mindfulness, en inglés), estar completamente presente, viendo las cosas como realmente son y no como queremos que sean. Creemos que un cambio en este sentido puede ayudar a mejorar la percepción de los pacientes de lo que les pasa y también mejorar sus resultados de salud. Cuando planteamos el estudio, profesionales de experiencia en el manejo de pacientes con enfermedades terminales expresaron: "muchos pacientes desarrollan esa actitud en el final de su vida y se lamentan muchas veces no haber vivido 'más presente' o 'más con el corazón que con la cabeza". Esos comentarios fueron críticos para determinar la necesidad de un programa que ayude a estar presente y encontrar valor a la vida en cada minuto, no hay para qué esperar a estar en el final de la vida para decidirse a estar presente y vivir cada minuto como el último.

Los pacientes que participaron en las pruebas clínicas del estudio siguieron un programa activo de rehabilitación de ocho semanas donde recibieron entrenamiento para aprender a estar conscientes de las sensaciones de su cuerpo y de sus movimientos mientras hacían movimientos físicos simples guiados por la respiración. Dentro de este programa, un entrenador de salud usó la entrevista motivacional, la cual es un estilo de comunicación que enaltece principios muy importantes para un cambio del estilo de vida: considerar al paciente como experto, escucharlo con mucha atención, entender su situación y estimularlo a intentar nuevas posibilidades. A este entrenamiento activo le siguen llamadas mensuales de seguimiento para mantenerlos motivados.

Para las personas que sufren EPOC, estar activos significa actividades muy simples como poder moverse con confianza en su propia casa, hacer compras, trabajar en su casa, mantener su trabajo actual, visitar amigos, hacer visitas sociales o religiosas. En este programa cualquier actividad física es significativa y válida mientras que se haga con atención plena. Este proceso es como una espiral positiva con pacientes "re-conociendo" lo que es posible e importante para ellos. La atención plena (presencia plena o el "ponerle el corazón a cada momento") permite descubrir "una vida que vale la pena vivir" aún en el contexto de una enfermedad crónica, desarrollar una flexibilidad de la mente para tratar los momentos difíciles y fundamentalmente ver claramente la vida que está frente a nuestros ojos y conocernos más a nosotros mismos (respondiendo las preguntas fuente de creatividad: ¿quién soy? y ¿para qué estoy aquí?)

El proceso es simple pero no fácil. Mi propia experiencia como atleta (triatlón) y como estudiante de meditación, me permitió entender la necesidad de trabajar conmigo mismo todos lo días y ver cómo la atención plena, la presencia plena, "ponerle el corazón a cada minuto", le da a los atletas una ventaja competitiva (cuando nado solo nado, cuando corro solo corro, cuando me siento a meditar solo hago eso: evitando la multitarea). Y ésta es la ventaja que espero darles a mis pacientes. Fundamentalmente, el espíritu de trabajo, este trabajo de apreciar la vida es la clave, hay que tomar un compromiso personal con la vida. Cuando los pacientes aprenden a aceptar (lo que era inaceptable) y empiezan a sentirse contentos con la vida como es, entonces empezarán a sentirse contentos, lo cual estimulará mecanismos (psicológicos, biológicos, epigenéticos) que mejorarán sus resultados de salud.

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