En guardia ante la influenza: siete consejos para evitarla

En los últimos días, la actualización de estado de varios amigos en facebook y la voz fatal de otros tantos al teléfono cuando los llamé para saludarlos me hicieron recordar que la época de la influenza ya hizo su entrada triunfal. No importa si están en Nueva York, Miami o Los Angeles, todos estaban debutando con la primera gripe de la temporada y los desagradables síntomas que generalmente nos dejan una semana literalmente fuera de combate. Afortunadamente en el caso de mis amistades ninguno tuvo complicaciones. Sin embargo, cada año, 36 mil estadounidenses mueren a causa de esta enfermedad.
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prevenir influenza

En los últimos días, la actualización de estado de varios amigos en facebook y la voz fatal de otros tantos al teléfono cuando los llamé para saludarlos me hicieron recordar que la época de la influenza ya hizo su entrada triunfal. No importa si están en Nueva York, Miami o Los Angeles, todos estaban debutando con la primera gripe de la temporada y los desagradables síntomas que generalmente nos dejan una semana literalmente fuera de combate. Afortunadamente en el caso de mis amistades ninguno tuvo complicaciones. Sin embargo, cada año, 36 mil estadounidenses mueren a causa de esta enfermedad.

Entre los síntomas de alerta que debemos tomar en cuenta están: dolor de cabeza, ojos, garganta y cuerpo, cansancio extremo, tos, congestión nasal, fiebre alta y en ocasiones, diarrea y vómito. Hay que estar atentos a la intensidad y duración de estos síntomas pues pueden comenzar similares a los de un resfriado común, pero con consecuencias totalmente distintas.

La mayoría de las personas en buen estado físico y de salud, en general, pueden recuperarse sin mayor problema. Pero hay grupos de mayor riesgo que pueden complicarse, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, los ancianos y aquellas personas con una salud en general más deteriorada. En casos como esos, muchas veces la influenza deriva en una deshidratación extrema, sinusitis, infección de oídos, neumonía o bien se intensifican problemas como insuficiencia cardíaca, asma y diabetes si la persona ya los padece.

Como la influenza la causa un virus, se transmite básicamente a través del contacto con focos ya infectados en el aire o superficie. Por ejemplo, nos podemos contagiar con las gotas microscópicas que salen cuando una persona enferma tose o estornuda. También ocurre cuando llevamos a nuestros niños en el carrito del supermercado que antes utilizó alguien enfermo. El virus permanece en la superficie, el niño lo adquiere tocando el área infectada y al tocarse la cara con las manos, el virus logra entrar al sistema a través de la nariz, ojos o boca. La infección es extremadamente fácil, pero hay medidas que aunque parezcan obvias, normalmente olvidamos y marcan la gran diferencia para prevenir la influenza.

VEAMOS:

  1. Lo primero es lavarnos las manos frecuentemente con agua y jabón. Lo mismo en el caso de los niños. También podemos usar, en el caso de adultos, un desinfectante con alcohol que tengamos disponible en el automóvil o en nuestra oficina.
  2. Mantenerse alejado de personas enfermas. Si alguien está enfermo en casa, evitar entrar en su habitación al menos por una semana, y luego, lavar y desinfectar la ropa de cama, utensilios, etc.
  3. Si se está enfermo, hay que quedarse en casa. No se trata sólo de cuidarse sino también de ser responsable ante los demás y evitar el contagio. Se debe permanecer lo más aislado posible por lo menos hasta 24 horas luego de que la fiebre desaparezca.
  4. Llevar una vida saludable manteniéndose hidratado, comer no sólo rico, sino nutritivo y mantenerse activo es importante para mantener las defensas del cuerpo fuertes.
  5. Hay opciones de medicamentos antivíricos como amantadina, rimantadina y oseltamivir, que se pueden adquirir sólo con receta médica. De contraer la infección, es importante que estos medicamentos se comiencen en las primeras 48 horas. Familiares de un individuo infectado pueden tomar el medicamento aun sin tener síntomas para lograr prevenir totalmente la enfermedad.
  6. Obviamente, es recomendable optar por vacunarse (mayores de 6 meses de edad sin alergia al huevo), especialmente si se está en un grupo de riesgo (niños, adultos mayores de 65 años, mujeres embarazadas y pacientes inmunocomprometidos). Cada año, el virus de influenza va mutando, haciéndose más resistente y a veces más fuerte. Las vacunas anualmente también se van modificando según el virus va cambiando.
  7. Si ya se está contagiado, es importante el descanso y mantenerse hidratado. No se debe usar aspirina, especialmente en niños y jóvenes, pues puede producir sangramiento y Síndrome de Reye, una condición que causa daño cerebral y hepático y podría causar la muerte. Para combatir la fiebre y el dolor se puede utilizar el acetaminofén. Finalmente, es importante mantenerse alerta a señales como dificultad crónica para respirar, respiración acelerada o la piel azulada. Si esto ocurre, se debe llamar de inmediato a su médico o al servicio de emergencia.

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