Gastritis, cuando el día a día nos quema por dentro

Seguramente les sorprenderá enterarse que ocho de cada diez personas en Estados Unidos sufren de algún tipo de reflujo gastroesofágico o como lo conocemos mejor, acidez o gastritis. Aun cuando sólo un 10 por ciento de nuestra población en el país lo desarrolla como enfermedad, hay síntomas que nos confunden.
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man in bathrobe with medication ...
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gastritis

Seguramente les sorprenderá enterarse que ocho de cada diez personas en Estados Unidos sufren de algún tipo de reflujo gastroesofágico o como lo conocemos mejor, acidez o gastritis. Aun cuando sólo un 10 por ciento de nuestra población en el país lo desarrolla como enfermedad, hay síntomas que nos confunden. Muchas veces a mi consulta, llega algún paciente convencido de que su corazón le está jugando una mala pasada y se encuentra con que son los niveles de acidez de su estómago los culpables.

¿Cuáles son los síntomas de la acidez o gastritis? Pues básicamente es esa sensación de quemazón que se siente en el estómago o incluso, sentimos en la parte superior, es decir, el tórax y que nos lleva a pensar que se trata de un problema cardíaco. En ocasiones, hay vómitos, diarrea y puede manifestar también falta de apetito, náuseas, tos, gases y un sabor desagradable en la boca, entre otros síntomas.

Seamos honestos, en general, los grandes culpables de estos y de la mayor parte de nuestras dolencias somos nosotros mismos. Verán a qué me refiero. La gastritis se produce cuando la mucosa del estómago se inflama y esto ocurre por distintas causas. En muchos casos, los responsables son virus, parásitos y bacterias, especialmente aquella llamada Helicobacter Pylori, la cual también genera úlceras duodenales y gástricas, e incluso cáncer de estómago. Pero los grandes responsables de esta dolencia que puede llegar a convertirse en una lesión crónica, son nuestra dieta, pésimos hábitos de alimentación y estilo de vida.

Tal como lo leen. El tener un horario irregular para comer, comer demasiado rápido, los excesos de café, bebidas gaseosas, cigarrillo, alcohol, la comida extremadamente condimentada y por supuesto, el infaltable estrés, son los grandes causantes de los estragos en nuestro sistema digestivo.

Aun cuando existen medicinas recetadas para el tratamiento de la gastritis, éstas logran básicamente suavizar la molestia. La solución real involucra un cambio radical en la forma de manejar a estos "terroristas" de nuestro organismo.

La mayoría del tiempo lo primero que se menciona es tomar un antiácido efervescente, pero la verdad es que normalmente el remedio es peor que la enfermedad puesto que aumenta el nivel de ácido interno. Tampoco es recomendable tomar aspirinas, que son excesivamente ácidas.

Hay una infinidad de remedios caseros que pueden ayudar a calmar en una crisis de gastritis, como una bolsa de hielo sobre el estómago para calmarlo, un batido de agua y perejil a diario, comer gelatina bien fría cuando hay mucho ardor, entre otros. Un vaso de batido de papaya con agua por la mañana y otro por la noche también puede ayudar a estabilizar el correcto nivel de acidez, gracias a las enzimas de esta fruta, así como una cucharada de aceite de oliva por las mañanas.

La primera recomendación es dejar de comer por unas horas y tomar bastante agua para limpiar nuestro estómago. De inmediato, cortar (y ojalá, para siempre) los alimentos sazonados, grasosos, salsas picantes, exceso de aderezos, y todo aquello que pueda irritarlo.

Aumente la cantidad de fibra y cereales integrales a su dieta. Opte por sumar frutas como manzanas y peras, mejor aún si las come con cáscara. Incorpore más las leguminosas como las lentejas y frijoles de soya, y sobretodo, apórtele a su organismo más vegetales crudos o cocidos.

Si fuma, aquí otra razón más para dejar de hacerlo, especialmente antes del desayuno, como lo hace la mayoría de fumadores, pues el humo es un potente irritante estomacal.

Junto con la dieta, lo más importante es incorporar un cambio de hábitos alimenticios y de estilo de vida. Hay detalles simples que marcan una gran diferencia:

  • Evitar jornadas largas sin comida.
  • Comer en pequeñas porciones, mayor cantidad de veces durante el día.
  • Sentarse a comer en forma tranquila.
  • Masticar correctamente, darse tiempo para degustar los alimentos.
  • No acostarse de inmediato tras una comida.
  • Evita usar ropa muy apretada en el área del abdomen.
  • Evita utilizar medicamentos anti-inflamatorios en exceso (Motrin, Advil, Aspirina etc.). Mejor utilizar Acetaminofén para el dolor que no afecta la pared estomacal.

Por supuesto, es imprescindible bajar nuestro nivel de estrés. Nada fácil, lo sé. Busque métodos de manejo de estrés a través de actividades como el yoga, meditación, musicoterapia, etc. Hay decenas de opciones y lo mejor de todo, es que no sólo terminará con la gastritis, sino con una larga lista de problemas, que nacen de este enemigo mortal de nuestros tiempos.

¿QUÉ TE PARECIERON ESTOS CONSEJOS?

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