Ser solidario: A quién tenerle confianza y a quién no

Si usted quiere ser una persona confiable debe ser una persona ÍNTEGRA. La persona íntegra es aquella honesta, congruente, que actúa de acuerdo a tus valores y a tus creencias, sencillamente ser un ser sólido.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

¿Y nosotros, realmente confiamos en los demás? Stephen M. R. Covey, hijo del famoso creador Stephen Covey de "Los siete hábitos", en su libro, "El factor confianza", habla de cinco ondas de confianza: la personal, de relaciones, la organizacional, la del mercado y la social.

La personal, es la que tenemos en nosotros mismos. Él considera que es fijarnos objetivos y lograrlos, mantener los compromisos y cumplir lo que decimos, además de inspirar confianza en los demás. Así, nos convertimos para los demás, y para nosotros mismos, en una persona digna de confianza.

Lo más importante es tener CREDIBILIDAD. Pero ¿cómo podemos creer en nosotros mismos si tenemos baja autoestima, somos inseguros, y hemos crecido en un ambiente de engaños, deslealtades y traiciones? ¿Cómo creer y confiar en mí y en el otro si no pude confiar en mis padres? ¿Si mi familia en vez de ser un colchón de apoyo y donde dormir seguro y tranquilo, era un infierno de descalificación, criticas, abusos, etc.? De nuevo, es mucho mas profundo, la fiebre no está en las sabanas.

La segunda onda nos habla de la confianza en la relación, ésta se basa, según Covey, en la conducta coherente. Actuar según pregono, ser un ser auténtico, transparente, si no hay congruencia entre lo que digo y lo que hago, entre mi lenguaje verbal y no verbal, entonces no hay confianza, la gente simplemente no cree en personas incongruentes.

Si usted quiere ser una persona confiable debe ser una persona ÍNTEGRA. La persona íntegra es aquella honesta, congruente, que actúa de acuerdo a tus valores y a tus creencias, sencillamente ser un ser sólido.

Un ser sólido es quien no negocia sus creencias, dice lo que piensa y lo que siente y tiene el coraje, la valentía, de defender esto hasta el final. De ahí que una persona así actúa con buenas intenciones, sus relaciones con los demás son justas, no trata de "usar" al otro.

Tan pronto creemos que alguien trata de usarnos o que sus intenciones no son buenas para conmigo, que no estoy en una relación de "ganar-ganar", la confianza se va por una ventana. No podemos confiar en quien tiene una "agenda oculta" conmigo, no podemos confiar en quien no es sincero y transparente conmigo. Si creo que alguien no quiere lo mismo para mí que para él, todo se cae. Ya nuestras relaciones están cubiertas por una nube de desconfianza, sencillamente todo lo que viene de ella es tomado con pinzas.

El vínculo que une a estas dos columnas: la confianza y la capacidad de asumir un compromiso, es la reciprocidad (la capacidad de dar en la misma medida que se recibe).

La reciprocidad parece ser una palabra "dominguera", o sea, que solo la usamos a veces, quizás solo los domingos, porque a fuerza de no practicarla, la hemos olvidado. A reciprocidad podemos buscarle como sinónimo "la correspondencia", "el intercambio". Es recibir en la medida que se da, es ese amigo que esta ahí para ti cuando las cosas van mal, y no solo cuando todo va bien.

Es esa pareja que te da afecto, tiempo, atención, que no te descalifica. Reciprocidad es justicia en las relaciones, es no abusar de ti, es "estar para ti" en la medida en que tú "estas para mí". No solo debe existir compromiso y confianza, sino que ese compromiso y esa confianza deben coexistir en un ambiente de justicia relacional: "yo te doy", "tú me das".

Ni los negocios tienen futuro, sino no son justos. Usted puede engañar a alguien, la pregunta es ¿por cuánto tiempo? Una vez esa persona descubre el engaño, pierde la confianza y no hace más negocios con usted. Es más inteligente seguir ganando dinero, que dejar de hacerlo o ganar solo una vez. Como éste parece ser el lenguaje que mejor se entiende en este mundo loco de hoy, se "lo vendo así".

En una relación significativa puedo ser yo, no tengo que asumir poses, caretas, APARENTAR lo que no soy o no siento, ni mucho menos mentir. En ella la persona se siente segura, validada, reconocida, escuchada y acompañada.

Ese ser que ama con amor y ternura, y a veces con enojo, le dice lo que siente y trata de que usted se vea tal cual es en ese momento. Lo ideal, como en toda relación humana, y aun más en una significativa, es que digamos la verdad sin maltratar, ni descalificar al otro.

En ella podemos no estar de acuerdo, pero seguimos juntos. No se sofoca al otro, no se cela, no se persigue. Cada uno sabe que es especial para el otro y que el otro es especial para él. Nuestros grandes amigos, son relaciones significativas también.

Las relaciones significativas no se miden por la cantidad de personas que se tiene alrededor, sino más bien, por la calidad y profundidad con que estas relaciones se desarrollan. Normalmente, ese grupo no pasa de cinco personas. Para tenerlas, SE NECESITA SER UN SER SOLIDO.

Dra. Nancy Alvarez

Popular in the Community

Close

What's Hot