El otro día fui a una boda, cosa rara en mí, ya que por lo general las ceremonias de todo tipo, me aburren. Para mi sorpresa sólo tuve en desacuerdo con el cura en dos cosas. Todavía más raro esto, tiendo a disentir en muchos aspectos con los religiosos, aunque en lo básico estamos de acuerdo: ayudar a los demás, amar al otro y dentro de lo posible, no hacerle daño, pedir por justicia social, etc. Las dos cosas en las que disentí del sacerdote fueron en que debemos amar aunque no nos amen, y en el famoso: lo que Dios ha unido, no lo deben separar los hombres.
Siempre digo, y es cierto, que mi personaje favorito es Jesús. Él se adelantó XXI siglos a la ciencia psicológica. Hoy sabemos que la mayoría de las enfermedades, tanto físicas como emocionales, se encuentran muy unidas a no perdonar, a no amarse a sí mismo, a tener relaciones injustas, a la falta de fe, y al hecho de aferrarse al dinero, y a las cosas que no son importantes en la vida. Somos una sociedad orientada al TENER y olvidada del SER. Nada lo demuestra mejor que este pasaje de mi libro favorito, "El Principito".
Como bien dice Antoine de Saint Exupery, su autor:
"Las personas mayores aman las cifras. Si le hablas de un nuevo amigo, no nos interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás nos dicen: ¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere?..."
El sacerdote insistía en que debemos amar aun cuando no nos amen. Lo siento padre, no estoy de acuerdo con usted, ni tampoco pienso que lo esté Jesús. Él dijo:
"Ama al otro COMO A TI MISMO".
Hoy la ciencia sabe que es esa la base de la autoestima, y por ende es determinante en la estabilidad emocional. El amor debe comenzar por casa, si no nos amamos no podemos amar. No es sano ni funcional amar a quien no nos ama, el que ama más se siente rabioso, molesto, agresivo, depresivo, muchas veces se torna gruñón, se vive quejando (la queja es agresividad velada, impotencia). Esta en una posición injusta, dando lo que no recibe, se siente un mendigo, recogiendo migajas, pudiendo tener el pan.
La pareja se basa en relaciones de igualdad, nadie puede ser feliz si se siente inferior a otro, si siente que el otro abusa y lo utiliza. Pedirle esto a alguien es decirle que no se auto respete, que permita a los demás jugar con su dignidad.
Una de las funciones de la pareja es servirle de modelo a sus hijos, no sólo en la construcción de su identidad, sino también en lo que será su relación de pareja futura. ¿Como podremos lograr ésto si nuestros hijos lo que ven es una pareja disfuncional, infeliz, injusta, donde uno de ellos está depresivo, distante, triste y agresivo? Nuestra elección de pareja está DETERMINADA por la relación que tuvimos con papá y mamá, y POR LA RELACIÓN QUE PAPÁ Y MAMÁ TUVIERON.
El matrimonio debería ser para toda la vida, sería lo ideal para los hijos, para los padres, para la pareja. Pero una vez más las estadísticas nos traicionan. El divorcio es una triste realidad, sobre todo porque NO ESTAMOS EDUCANDO a la gente para ser esposo, esposa, madre, padre. Insisto, la educación formal ha olvidado lo más importante: educarnos para la vida.
Lo siento anciano, estoy de acuerdo con usted en que el matrimonio nos ayuda a crecer, en que debemos amar y cuidar nuestra pareja, y muchas cosas más que dijo de manera amena y corta, sobre todo corta... me evito el aburrimiento de los sermones, pero en esas dos cosas paso, le subo los vidrios, protesto, NO ESTOY DE ACUERDO.
RESUMEN:
La psicología sabe hoy que Jesús se adelantó XXI siglos a la ciencia, la base de la salud y funcionalidad emocional se encuentra en el amor a sí mismo y el perdón.
Aunque estoy de acuerdo con los religiosos en muchas cosas, difiero en amar a quien no nos ama, y en que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre... ¿Por qué?
El matrimonio sería idealmente para toda la vida... La realidad dice lo contrario, ¿por qué?
Nunca debemos amar más de lo que nos sentimos amados, ya Jesús lo dijo:
"Ama al otro como a ti mismo".
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