Sin ningún lugar a dudas la historia de la humanidad está llena de mitos. No me estoy refiriendo a la Grecia antigua y sus dioses, sino a la cantidad enorme de creencias absurdas que mucha
gente todavía sigue creyendo.
Ni siquiera me estoy refiriendo ahora a los mitos del infierno y el paraíso, de eso ya hablaré más adelante. Empecemos por las supersticiones, que en definitiva no son más que mitos. Hay millones de personas que todavía creen que si un gato negro se les cruza en el camino tendrán mala suerte, o aquellos que el número 13 los llena de pánico, angustia y terror.
Y no nos olvidemos de las personas que creen que si se les rompe un espejo tendrán que afrontar siete años de maldición y mala suerte. Señores y señoras empiecen a sacarse todas estas ideas de la cabeza porque todas estas creencias son mentiras, puros mitos.
Durante cientos de años la iglesia Católica sostuvo que los gatos negros estaban asociados brujerías y el diablo. Lamentablemente en países muy supersticiosos como por ejemplo Italia, se siguen matando anualmente miles de gatos negros. Durante muchos siglos los gatos negros fueron matados por órdenes directas de sacerdotes.
Es así como se van creando los mitos, y con el correr del tiempo la gente llega a creer que son verdades. O bien tenemos el caso vergonzoso de aquellos que creen en algo por "por si acaso".
La posición del "por si acaso" o "por las dudas" es la más hipócrita de todas, y hay millones de
personas que "creen por si acaso".
Uno de los más trágicos mitos es el del infierno y el paraíso. Dos palabras que no merecen ser escritas con letras mayúsculas, porque no son más que puras creencias mitológicas. Nadie nace
creyendo, sino que las creencias se van aprendiendo primero con los padres, luego en la escuela,
luego en alguna iglesia o templo, luego con los amigos, etc. La gente que permanece encerrada
en su propia prisión de creencias no logrará nunca ver la realidad a menos que decida abrir
dicha prisión.
Pero la única persona que tiene la llave para salir de ese encarcelamiento es la persona misma.
Digo que son trágicos porque han causado y siguen causando pensamientos muy traumáticos
a millones de personas.
A los filósofos les gusta filosofar, y a los religiosos les gusta robar a los filósofos aquellos pensamientos que les conviene. El mito de Er por Platón fue una gran influencia en algunos filósofos y desde luego en muchas religiones, particularmente la Cristiana.
Er que fue muerto en una batalla vuelve a la vida luego de 12 días para contar a la gente viva aquello que él vio. Durante esos 12 días su alma fue en un viaje en donde pudo ver cuatro entradas, dos hacia arriba para llegar al cielo (paraíso) y dos hacia abajo (infierno) que conducen
debajo de la tierra.
Almas flotando y jueces ordenando a cada alma el destino que les toca. La recompensa está en el cielo, y el castigo debajo de la tierra.
Es decir que en este mito Platónico podemos ya ver la idea de la vida después de la muerte y también la idea que las personas morales son recompensadas y las inmorales son castigadas después de su muerte. Otro elemento importante son los jueces quienes deciden el destino de
aquellas almas.
En Gorgias, Platón explica cómo los hombre eran juzgados antes de su muerte cuando Crono gobernaba el universo. Dante Alighieri quien escribió "La divina comedia", que de divina no tiene nada y de comedia mucho menos (si bien él la llamó simplemente comedia), sin duda ayudó a inculcar y a afianzar todos estos mitos sobre el infierno en la mente de aquellos que siguen a la religión Cristiana.
El Cristianismo supo aprovechar muy bien estos mitos para poder así controlar las mentes de millones de personas por largos siglos.
Es decir que la religión que formalizó el mito del infierno fue el Cristianismo, luego seguido por el Islamísmo. Es interesante ver que éstas dos religiones pueden dar una idea sobre qué es el infierno (siempre un lugar mucho más caluroso que la Florida), pero no logran dar una clara descripción del mito del paraíso.
En casi todas las civilizaciones que han existido, aparecen los mitos de una vida después de la muerte, y hasta que el ser humano no logre superar el miedo a la muerte continuará auto engañándose con paraísos e infiernos.
Los fundadores de las religiones sabían muy bien sobre este tremendo temor del ser humano, y se aprovecharon de esta profunda debilidad para crear una larga lista de mitos, es decir mentiras que con el correr del tiempo fueron aceptadas como verdaderas.
El sentido de la vida lo da la propia muerte. Qué sentido puede tener la vida si pensamos que hay otra vida y que viviremos eternamente, lo cual es un absurdo ya que seguramente luego de vivir unos 500 años tal vez uno se puede llegar a aburrir. Vivir el presente, de eso se trata. Mucha gente deja de vivir porque está muy preocupada por la vida que le espera. Y finalmente ni viven antes ni después de la muerte.
Si existiese una vida después de la muerte, podríamos preguntarnos ¿con qué ropa llegaremos, a
qué edad llegaremos, en qué estado físico, etc. ¿Y qué pasaría si uno llega al infierno y se muere nuevamente en el infierno? ¿y si hay vida luego de la muerte pero no hay ni paraíso ni infierno?
¿Y si no hay vida luego de la muerte pero hay un dios? ¿y si hay un dios pero no hay vida luego de
la muerte? ¿y si hay un dios pero no es el dios que Abraham hipotéticamente creyó? O como dijo
Aldous Huxley: "Cómo podemos saber si la tierra no es el infierno de otro planeta?"
Es decir que podríamos desarrollar todo tipo de hipótesis alrededor de las creencias super naturales, pero ninguna es cierta sino que cómo lo ha demostrado la historia son todos inventos de nuestra mente humana.