La decadencia de las religiones

Estamos viviendo un momento histórico muy importante: la decadencia de las religiones. Del mismo modo que grandes imperios han caído a lo largo de la historia, las religiones van por el mismo camino.
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Se cuenta que cuando el prestigioso científico Pierre S. Laplace introdujo su hipótesis sobre el sistema y mecanismo del universo, Napoleón preguntó a Laplace dónde Dios encajaba en su trabajo matemático. Laplace respondió: "Señor , no tengo necesidad de esa hipótesis". Unos 250 años más tarde, el famoso científico Stephen Hawking dice: "El universo no necesitó ayuda de Dios para existir".

Gracias a la existencia de potentes telescopios espaciales y sofisticados microscopios puede hoy la ciencia presentar teorías muy bien sustentadas sobre la existencia del universo. Por ejemplo el Telescopio Espacial Hubble (HST) nos da a conocer que hay cientos de miles de millones de galaxias en el universo, tantas como 500 billones de galaxias. Como dijo el científico Richard P. Feynman: "El escenario es demasiado grande para el drama".

Vivimos en un universo que existe desde hace unos 13.8 billones de años y en un planeta tierra que tiene 4.54 billones de años.

Según la Biblia, nuestro planeta existe desde hace menos de 10 000 años, y es justamente a partir del libro de Génesis que comienzan los errores de la Biblia.

La curiosidad y el saber son parte natural de nuestra condición humana como seres racionales que somos. Sin embargo la Iglesia mostró durante los últimos dos mil años una constante posición de intolerancia hacia aquellos que tuvieron la curiosidad de investigar y saber, y sobre todo aquellos que cuestionaban sus estrictos dogmas.

Tales fueron los casos de los grandes científicos y pensadores Galileo Galilei y Giordano Bruno. Éste último fue condenado por la Inquisición, y fue quemado vivo en Roma. ¿Y cuál fue el delito? Pensar. Sin duda hoy estaríamos mucho más avanzados científicamente si la Iglesia no se hubiera dedicado a quemar vivos a sus más brillantes pensadores.

Siempre hablamos de las tres principales religiones monoteístas: Judaísmo, Cristianismo e Islamismo, a pesar de que existen otras religiones monoteístas como el Sijísmo. El Judaísmo representa menos del 0,2% de la población mundial, mientras que el Islamismo representa el 23 % y el Cristianismo el 32%.

Durante el año 2013 se realizó un estudio dentro del Judaísmo que resultó en que el 22% de Judíos no se identifican con ninguna religión en particular. De hecho aproximadamente la mitad de la población Judía de Israel es secular.

Todos los estudios realizados durante los últimos años demuestran que también el cristianismo está perdiendo muchos seguidores en todas partes del mundo, y el islamismo no se queda muy atrás.

Si bien nos resulta más complicado tener números precisos, sabemos gracias a los circuitos de la internet que hay un gran número de libres pensadores que actualmente viven en países Islámicos, particularmente en Egipto.

Estamos viviendo un momento histórico muy importante: la decadencia de las religiones. Del mismo modo que grandes imperios han caído a lo largo de la historia, las religiones van por el mismo camino, y es sin duda algo positivo.

Las religiones organizadas son un verdadero fracaso (algunas en mayor grado y otras en menor grado). Oscar Wilde dijo una vez: "Cuando pienso en todo el daño que [la Biblia] ha hecho, me desespero de tener que escribir nada que se le asemeje".

Las religiones organizadas lo único que han logrado es dividir a la humanidad: "Mi dios es mejor que el tuyo, mi religión es la verdadera, etc".

Guerras religiosas a lo largo de toda la historia, discriminación, persecuciones, intolerancia, culparse unos a otros, mitos y mentiras. Pero mas allá de la violencia que la religión trajo al mundo, pensemos qué beneficios le puede dar hoy, en la era de la información, a la sociedad. Qué puede ofrecer la religión que de otra forma no podríamos obtenerlo. Hay gente que dice: "a mí me hace bien creer".

Creer porque es conveniente no es lo mismo que creer porque es verdad. Este auto-engaño puede traer muchas desilusiones.

Mientras la ciencia avanza a una velocidad bien acelerada, la religión continúa repitiendo año tras año las mismas cosas, los mismos versículos de la Biblia, las mismas historias y los mismos mitos. Una de las cosas sin duda más molestas de la religión es que rechazan todo aquello que contradiga sus creencias o escrituras.

Con todas las pruebas delante de sus narices, los religiosos continúan repitiendo como loritos lo que leyeron en un libro escrito hace más de dos mil años atrás, diciendo que es la palabra de Dios. Si fuera ésto cierto, la Biblia no diría que la Tierra es plana o que un murciélago es un ave (es un mamífero).

¿Podría ser posible que el creador se haya equivocado en la descripción?

Ninguna institución religiosa tiene hoy en día alguna autoridad en el campo del conocimiento y la ciencia. La existencia de algún dios nunca fue probada, pero incluso si existiera tal dios, sería indiferente para nosotros, dado que las leyes de la naturaleza actúan sin ningún ser divino.

En un mundo donde mueren nueve millones de niños al año (datos oficiales de Unicef) antes de cumplir los cinco años, resulta no sólo ridículo pensar que hay un Dios que se ocupa de nosotros, sino una ofensa hacia nuestro intelecto, nuestra integridad personal como seres racionales y pensantes que por suerte somos.

Epicuro dijo correctamente: "Si Dios quiere acabar con el mal, pero no puede, entonces no es omnipotente. Si Dios puede acabar con el mal, pero no quiere, entonces es malévolo. Si Dios puede y quiere acabar con el mal, entonces ¿por qué hay males en el mundo? Si Dios no puede ni quiere acabar con el mal, entonces ¿por qué llamarlo Dios?"

David Hume observó que las viejas preguntas de Epicuro no fueron nunca respondidas.

Cada vez hay más gente en todo el mundo que se hace este tipo de preguntas. Hasta el mismo René Descartes dijo que para llegar a la verdad es necesario que al menos una vez en la vida dudemos sobre todas las cosas. Sin duda para el año 2050 las religiones estarán casi extintas, y quedarán guardadas en los museos.

Un buen consejo a seguir es este de Christopher Hitchens, que sirve de inspiración para millones de personas: "Toma el riesgo de pensar por ti mismo. Mucha más felicidad, verdad, belleza y sabiduría llegarán a ti de esa manera".

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