Un mal presentimiento: el asesinato de Víctor Navarro

"Yo creo que mi hijo...es el muerto". Las palabras de Víctor Navarro me impresionaron mucho. En mi trabajo como reportera me ha tocado cubrir prácticamente todo tipo de noticia, desde farándula hasta política... Pero creo que no estaba preparada para ver cómo un padre agonizaba de angustia afuera de una farmacia, donde un hombre había resultado muerto por el dueño del negocio, quien supuestamente había disparado en defensa propia al intentar ser asaltado con una pistola.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

"Yo creo que mi hijo...es el muerto". Las palabras de Víctor Navarro me impresionaron mucho. En mi trabajo como reportera me ha tocado cubrir prácticamente todo tipo de noticia, desde farándula hasta política... Pero creo que no estaba preparada para ver cómo un padre agonizaba de angustia afuera de una farmacia, donde un hombre había resultado muerto por el dueño del negocio, quien supuestamente había disparado en defensa propia al intentar ser asaltado con una pistola.

Durante varias horas el hombre se mantuvo ahí junto a su otro hijo. Yo estuve con él platicando mientras en medio del llanto me decía que llevaba horas buscando a su hijo y que no le respondía al teléfono.

"¿Porqué cree que se trata de él?" Le pregunté. "Ayyy mi'ja....no sé, tengo un mal presentimiento".

La policía no había realizado el levantamiento del cadáver y no podían darnos a los periodistas, más información. En varias ocasiones me acerqué al señor que estaba a punto de un colapso mientras las averiguaciones continuaban y muchos medios de comunicación nos preparábamos para dar la noticia en vivo.

Al otro día, las autoridades revelaron el nombre del muchacho: Víctor Navarro Jr. Yo no sabía el nombre del señor ni el de su hijo. En las carreras, ni siquiera se lo pregunté. Me dirigí a una dirección donde se suponía vivía el fallecido.

Ya otro reportero se encontraba en el lugar, pero no le habían abierto la puerta. Toqué en una sola ocasión y me abrieron. Era el hermano de Víctor. "Era mi hermano señora.... nos lo mataron"...

El joven me dijo que pasara. Lo primero que vieron mis ojos fue una fotografía de dos niñitos el día de su primera comunión.

"Mi hermano era bueno y nos lo mataron a tiros". En un momento, apareció el papá. "Se lo dije, era mi hijo... Yo lo sentía en mi corazón".

El hombre lloraba amargamente mientras yo le tomaba la mano y con la otra sostenía el micrófono para hacerle una entrevista. Me contó que su hijo tenía depresión severa y que la pistola que llevaba era de salva.

"Llevábamos más de 20 años yendo a esa farmacia. El dueño conoce a mis hijos, ¿cómo tuvo el valor de dispararle?".

Por otro lado, averigüé que el dueño de la farmacia es un señor mayor que ya había sido asaltado varias veces. Aún no se sabe que pasó exactamente y la investigación continúa.

Esa tarde, mientras veía a mis hijos jugar en el patio e inundaban mi corazón con sus risas, pensaba en don Víctor y su muchacho. En sus problemas, en cómo la vida te cambia de un momento a otro y en cómo el corazón de un padre, pocas veces se equivoca. Nada, hay historias... Uuy duras de contar.

Popular in the Community

Close

What's Hot