Todos los días alguien o algo pueden hacerte cambiar las perspectivas de la vida. Esta semana, cuando regresaba de dejar a mis hijos en la escuela y venía sola en el carro pensando en la "inmortalidad del cangrejo" me pasó algo inesperado.
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women hug

Todos los días alguien o algo pueden hacerte cambiar las perspectivas de la vida. Esta semana, cuando regresaba de dejar a mis hijos en la escuela y venía sola en el carro pensando en la "inmortalidad del cangrejo" me pasó algo inesperado.

Yo estaba manejando tranquilamente cuando de pronto, vi que en el vehículo de al lado, una mujer lloraba angustiadamente. Parecía sufrir muchísimo. Pensé que quizá le acababan de dar una mala noticia, o había muerto algún familiar querido. Me la quedé mirando profundamente y en un momento sus ojos hicieron contacto con los mios. Pensé simplemente verla, pero por una razón desconocida aún para mi, bajé la ventanilla de mi auto y le hice señas para que hiciera lo mismo.

La muchacha bajó su ventana y estas palabras me salieron del alma: "no sé porque lloras, pero créeme, yo he estado ahí....todo pasa".

La chica entonces hizo lo inimaginable. Apagó su carro en plena calle y vi como se preparaba para bajarse del auto, ahí, en plena calle. Por unos segundos me quedé petrificada y pensé en pisar el acelerador, de pronto recordé un feo episodio en mi vida y pensé en la posibilidad de un asalto...pero al verla tan desesperada mis miedos desaparecieron.

La joven caminó hacia mí. Armándome de valor yo también bajé de mi auto sin saber a que me atenía. Por ridículamente extraño que parezca la jovencita se tiró en mis brazos mientras lloraba aún más fuerte.

Yo, que toda la vida tengo mucho por decir y que pocas cosas me impresionan, me sentía verdaderamente apabullada por la calidez de su abrazo y la necesidad imperiosa de hacer algo por ella. Yo misma había provocado la situación, ahora tenía que coger al toro por los cuernos.

No pude decirle mucho, sólo que fuera lo que fuera lo que tanto la atormentaba tenía que pensar en que todo pasa. Nos abrazamos por unos momentos calladamente. Yo no le quise preguntar absolutamente nada. Quizá esa famosa intuición femenina que se supone tenemos, me hizo pensar que lloraba por amor.

"Mañana ya no te acordarás de él...todo pasa...búscate a otro" le dije. Y entonces sonrió...mientras a mí las lágrimas me brotaban a borbotones.

"Tiene razón" y entonces se empezó a reír conmigo. "Muchas gracias señora" me dijo y así, sin más se subió a su auto y se fue mientras me decía adiós y me mandaba un beso.

Curiosamente, ninguna otra persona presenció el encuentro. La calle estaba vacía. Parecía que todo se había confabulado para que esa chiquilla pudiera llorar a gusto conmigo y recibir un abrazo de consuelo.

Fueron unos cuantos minutos de conexión con una extraña en mi vida, pero la experiencia me dejó una vibra magnífica en el corazón...y donde quiera que esté le digo..."todo pasa".

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