El último romántico

"Lo más romántico que he hecho en mi vida fue divorciarme", me escribió Marian, madre de una de mis mejores amigas en mi muro de Facebook. El comentario vino a colación porque un amigo me aseguró que los hombres son más románticos que las mujeres, dando inicio a un debate que me llevó a publicarlo en esa red social. Supongo que Marian tiene razón, pues creo sinceramente que no hay nada más hermoso y romántico que amarse a uno mismo.
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"Lo más romántico que he hecho en mi vida fue divorciarme", me escribió Marian, madre de una de mis mejores amigas en mi muro de Facebook. El comentario vino a colación porque un amigo me aseguró que los hombres son más románticos que las mujeres, dando inicio a un debate que me llevó a publicarlo en esa red social. Supongo que Marian tiene razón, pues creo sinceramente que no hay nada más hermoso y romántico que amarse a uno mismo.

"Amiga, no hay que confundir lo cursi con lo romántico. Romántico-ca: Relativo al romanticismo; partidario de ese movimiento. Adjetivo: sentimental, fantaseador. Que da demasiada importancia a los sentimientos y a la imaginación", me aseguró Abimael Guzmán, un querido amigo de la época de la universidad quien tiene un humor muy irónico y particular.

"Las mujeres somos más románticas que los hombres prima, pero estoy tan decepcionada de ellos que ya no me brota el romanticismo", me comentó mi pariente.

Celestino Mazotti y Juan José Román aseguraron que "el dinero acabó con el romanticismo. Antes enviabas flores, cartas, poemas... Ahora a todo el mundo lo que le interesa es... el cash".

Prácticamente a nadie le importó mucho responder si son ellos o nosotras los más románticos, sino que en general, quedan muy poco románticos.

Yo sigo creyendo que las mujeres somos más románticas. Ya está científicamente comprobado que somos mucho más sensibles que los varones. O díganme ¿a cuántos varones ven llorando en una película romántica comparado a las mujeres?

No dudo que los señores tienen su coranzoncito y son quizá incluso más vulnerables que nosotras, pero de eso a ser más románticos hay una gran diferencia.

"Deja que te conquiste, deja que sea él el que tome la iniciativa y te mande un regalo o te escriba una carta", me dice constantemente mi querida amiga Nancy cuando le cuento que algún prospecto a galán ronda mi puerta. Pero la realidad es que si me espero a que "el hombre" tome la iniciativa, seguramente me quedaré soltera el resto de mi vida.

La última vez que recibí flores fue gracias a una amiga cuyo novio le mandó un precioso arreglo a la oficina.

"Te las regalo Dianita. Se quiere disculpar porque anoche según él no traía la tarjeta de crédito y tuve que pagar la cuenta. 'Florecitas a mí'...pedazo de imbécil", me dijo una compañera de trabajo fúrica con su ex pareja.

Con una emoción indescriptible me llevé las rosas a mi casa, y las puse en mi recámara. La chica ni siquiera se quedó con la tarjeta y... la leí. "La próxima vez pago la cuenta. Gracias por la cena". Romantiquísimo el tipo.

"Mamá ¡qué bonitas! ... que detalle", me dijo mi hija de 11 años cuando vio el arreglo.

"Si cariño, me las dio... el último romántico".

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