La Primera Comunión

Hace algunos meses, cuando mi hija me dijo que no creía en Dios me quedé perpleja. Angela sólo tiene 10 años y yo me he encargado de llevarla a la iglesia y para decir verdad siempre ha estado rodeada de manifestaciones religiosas católicas. ¿Cómo entonces mi hija no cree en Dios?
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Hace algunos meses, cuando mi hija me dijo que no creía en Dios me quedé perpleja. Angela sólo tiene 10 años y yo me he encargado de llevarla a la iglesia y para decir verdad siempre ha estado rodeada de manifestaciones religiosas católicas. ¿Cómo entonces mi hija no cree en Dios?

"Mamá, simplemente no creo. No creo que un señor de barbas hizo el cielo y la tierra y mucho menos puedo creer que hizo a la mujer sacándole la costilla a otro señor. Tu eres una mujer inteligente. No te hagas, tú tampoco lo puedes creer", me contestó una tarde en la que prácticamente me dejó sin mucho que decir mientras yo intentaba explicarle La Creación. Ella y su hermano estaban a punto de irse de vacaciones a México donde el plan era que tomaran el catecismo.

Mis dos hijos están bautizados y mi sueño era que hicieran su primera comunión. El traje blanco, la vela, el rosario, la ceremonia.

El hecho de que mi hija no creyera en Dios me ponía a dudar sobre si obligarla o no a tomar las clases de religión. Pero, como buena madre mexicana, decidí que con sólo 10 años, la responsable de todos los aspectos de su vida soy yo.

Estoy divorciada, sin pareja y prácticamente a cargo 100 por ciento de mis hijos. Además, como le expliqué, todos los miembros de mi familia han tomado el sacramento y ellos no romperían con la tradición. Mi preciosa niña, que tiene alma de vieja me dijo: "Yo voy a hacer la primera comunión....porque te quiero mucho mamá".

Y así, rezongando y rezongando porque tuvo que aprenderse de memoria oraciones y respuestas y compartir con su hermano las clases...aprendió su catecismo.

Llegó el gran día. Viajé ex profeso a mi tierra natal para celebrar el evento junto a mi familia. Mi hermana y mi primo fueron los padrinos. Habría una comida para festejar.

Mi niña apareció vestida de blanco con una sonrisa angelical. Diego estaba guapísimo... con un ojo morado porque el día anterior le habían dado una pedrada en el campamento de verano.

Al verlos rezar con devoción, supe que había hecho lo correcto... Sembrar en mis hijos, la semilla de la Fe.

cominion

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