Un año nada más: oda de una mujer divorciada

Lo mío fue sin darme cuenta. Ni infidelidades, ni maltratos. El divorcio llegó como un huracán imposible de parar. Soñaba con terminar mis días al lado de quien fue mi esposo por 20 años, pero la ausencia, el aburrimiento y la soledad hicieron mella en mí.
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diana montano

Lo mío fue sin darme cuenta. Ni infidelidades, ni maltratos. El divorcio llegó como un huracán imposible de parar. Soñaba con terminar mis días al lado de quien fue mi esposo por 20 años, pero la ausencia, el aburrimiento y la soledad hicieron mella en mí.

Mi pareja tuvo que viajar por cuestiones laborales y prácticamente nunca estaba en casa. Aunque la tecnología puede ayudar mucho para mantener una comunicación, la realidad es que nada reemplaza un buen abrazo, cuando más se necesita. No entraré en detalles pero en menos de 5 meses mi matrimonio estaba terminado. Supongo, que muchos que viven un divorcio han pasado por los mismos sentimientos y emociones que he vivido en este año que llevo "soltera", "divorciada"....sola.

Miedo, angustia, depresión, culpa, coraje, resentimiento, dudas,...alivio. Los primeros meses fueron una locura. No tener al hombre con quien compartí mi vida y la toma de decisiones me causaba un gran stress. ¿Adquiero un carro nuevo o me quedo con el que teníamos juntos y está a su nombre? ¿Todavía debemos hacer juntos los impuestos? ¿Le gustará a mi exmarido como decoré mi nueva casa? A él no le gustaba que me vistiera de negro ¿me compro este vestido?

Muchas veces, mientras hacía las compras del supermercado, llenaba el carrito con sus golosinas o productos preferidos. Y al darme cuenta que ya no tenía porque llevarlas a la casa, me entraba la tristeza. Y si escuchaba una canción que le gustaba....me abrazaba la melancolía.

En un momento me comparé con una casa. Era como si de pronto, me hubieran quitado el piso. Otro día se iba el techo y al otro las paredes. Y entonces quedaba ahí...parada en el medio. Era como si me faltara un brazo o una pierna. Confieso que me movía con torpeza alrededor de la casa y yo, que siempre he dormido como un lirón, empecé a tener insomnio. A veces me daban pesadillas...o ataques de verdadero pánico.

Durante mucho tiempo creí que para la mayoría, el divorcio era una especie de liberación, pero la realidad es muy diferente. Y aunque, obviamente quienes nos divorciamos tuvimos razones poderosas para seguir por caminos separados el dolor es profundo. Entendí entonces a tantas amigas que me decían "tiempo al tiempo" cuando les contaba mis penas. "Tienes que vivir tu luto...el duelo de la separación".

Aunque mi exmarido y yo intentamos mantener una buena relación por el bien de nuestros hijos, la verdad es que tampoco somos los grandes amigos y prácticamente nos tratamos con pinzas para evitar conflictos.

Pero, no todo ha sido malo. En este año he aprendido a conocer mi capacidad para salir adelante y dar mi mejor sonrisa a mis hijos, el verdadero valor de los amigos, la familia y la pareja y mejor aún....finalmente entiendo como soy...y a donde voy.

Cuando alguno de los dos trabaja jornadas muy largas

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