"No tienen pareja porque no buscan a Dios"... "Andan de hombre en hombre"... "Enamórense de Dios y nunca estarán solas"... Las palabras de la mujer me dejaron francamente atónita. Yo estaba platicando del amor, las relaciones personales y los caballeros con unas amigas en un restaurant, cuando una señora se nos acercó con una perorata religiosa apoteósica.
"Las invito a que vayan a mi iglesia. Si quieren yo hablo con el pastor para que él hable con ustedes y les explique el valor de su cuerpo y del matrimonio". Me levanté de la mesa sin discreción alguna y me salí un momento. Luego de dejar unos panfletos la señora desapareció, y yo volví a la mesa para continuar nuestra charla, y por supuesto comentar la actitud de la mujer a quien ¡ni siquiera conocíamos!
Ciertas personas con doble moral a veces en verdad me sacan de quicio. Supongo que todos hemos conocido a alguien así. ¿Cómo se atreven en nombre de Dios meterse en la vida de otras personas? ¿Qué saben de la relación personal que cada quien tiene con su Dios interno? ¿Quién se creen para dar lecciones de moral cuando son tan o más pecadores que otros? ¿Quién les dijo que una mujer soltera está necesariamente buscando un marido o una pareja? ¿Será que Dios está enojado porque mi amiga se divorció de un hombre que la golpeaba? ¿O estará tal vez el pobre Dios al pendiente de con quién salgo o dejo de salir? Por favor, dejen de inmiscuir a Dios en cosas tan banales como una cita romántica, y sobre todo no lo embarren con temas que solo tienen que ver con sexo. Sinceramente dudo que Dios, como quiera que lo percibas, ande preocupado por saber quién se esconde entre tus sábanas.
A mé me impresionó su soberbia al sentirse con derecho de recriminar nuestra vida "pecaminosa" de "divorciadas" solo porque ella salvó su matrimonio "gracias a Dios".
Me parece fantástico que se tengan buenas intenciones pero la verdad es que hay maneras y formas y sobre todo momentos para aconsejar a otro. El fanatismo religioso y las malas interpretaciones de los libros sagrados han llevado a muchas guerras que hasta el día de hoy persisten.
Yo a todas estas personas fanáticas e intransigentes les digo: Si quieren cambiar a las almas "perversas" solamente oren, recen mucho....y en silencio ¡Por favor!