Mi hija no cree en Dios

"Mamá, no hay prueba científica de que Dios existe. No creo que existe". Las palabras de mi hija de 10 años me dejaron sorprendida y anonadada. Todos los domingos acudimos a la iglesia y ella se ve muy contenta y animada de asistir a sus clases de religión, entonces... ¿Qué pasa? Me pregunté. La respuesta vino rápido en boca de Angela.
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"Mamá, no hay prueba científica de que Dios existe. No creo que existe". Las palabras de mi hija de 10 años me dejaron sorprendida y anonadada. Todos los domingos acudimos a la iglesia y ella se ve muy contenta y animada de asistir a sus clases de religión, entonces... ¿Qué pasa? Me pregunté. La respuesta vino rápido en boca de Angela.

"Me gusta escuchar los 'cuentos' de Adán y Eva, la del arca de Noé... Y de cómo se destruyó el paraíso".

De más está decir que nos enfrascamos en una larga, intensa y densa conversación sobre la existencia de Dios que me llevó a recurrir a San Agustín. No la convencí.

Yo sabía que conforme mi niña fuera creciendo seguramente las conversaciones se pondrían intensas, pero la realidad es que se están poniendo peliagudas.

"Oye mamá, ¿porqué nunca le hablas a tu papá y quieres que yo le hablé al mío? -el tuyo es un buen papá Angelita- ¿y el tuyo no?". No supe que responder. Jamás me hubiera percatado que mi hija se daba cuenta que no tengo una relación estrecha con mi padre.

"¿Te cae mal tu papá?, te entiendo, hay cosas que no me gustan del mío... Ni de ti". Así, sin más mi hija estaba de frente dispuesta a decirme lo que le disgusta... De su madre.

"Si mi papá es tan bueno....¿porqué te divorciaste de él?...dime la verdad, no me mientas". Sus hermosos ojos verdes se clavan en los míos escudriñando mis más ocultos pensamientos.

Desde hace días, mi primogénita me ataca con preguntas a las que intento responder de la mejor manera posible. ¿No se suponía que esto empezaría en la adolescencia? Casi a diario entramos en debates y alegatos sobre el tema más insignificante o el más profundo. Diego, mi hijo de 7 años, intenta seguirnos el paso y entra al quite... Ya sea del lado de su hermana o del mío.

Por supuesto, ya hablamos del sexo, la homosexualidad, el alma, los fantasmas y los ovnis. Mi hija está convirtiéndose en una mujer valiente... ¡Y pensante!

"Mamá, ¿en serio crees que Dios hizo a la mujer de la costilla de Adán?... Ay nooo mamá...no inventes. Tu eres una mujer inteligente. Mírale las patas a mi gato, su cara, sus bigotes, parece un conejo, fue un conejo, evolucionó y no me mirse así madre, yo soy más evolucionada que tú"... Y sí, lo es.

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