Joe Carrillo: el detective que encuentra jóvenes desaparecidas

Conocí a Joe Carrillo hace casi dos años. Lo vi por primera vez en un programa de televisión. Se trataba de un reportaje sobre la desaparición de Lily Arámburo, una joven de origen mexicano. Carrillo, un detective privado con años de experiencia, aseguraba que las autoridades de Miami, no habían hecho nada para localizarla.
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Conocí a Joe Carrillo hace casi dos años. Lo vi por primera vez en un programa de televisión. Se trataba de un reportaje sobre la desaparición de Lily Arámburo, una joven de origen mexicano. Carrillo, un detective privado con años de experiencia, aseguraba que las autoridades de Miami, no habían hecho nada para localizarla.

"Se trataba de una hispana con problemas de adicciones. No le dieron la debida importancia al caso", decía vehementemente.

A mí me admiró la fuerza de sus afirmaciones y decidí contactarlo para intentar hacer yo también un reportaje sobre el tema. Inmediatamente hicimos química y empezamos a trabajar. El reportaje sobre la desaparición de Arámburo cambió para siempre el rumbo de mi carrera periodística. A raíz de eso, Joe y yo nos embarcamos en una especie de "pacto laboral" para intentar rescatar jóvenes desaparecidos y combatir injusticias.

Para muchos podría sonar iluso, pero puedo decir con orgullo que gracias a las investigaciones de Carrillo, un profesor que mantuvo relaciones sexuales con menores de edad perdió su licencia para dar clases en el estado de Florida y obtuvo cargos por parte de la fiscalía estatal.

Gracias a Joe, se han encontrado a varias jóvenes desaparecidas cuyos padres llamaban desesperados a "A Fondo", el programa de televisión donde trabajo, para contactarme a mí y al "detective" y pedirnos encontráramos a sus hijos.

Juntos hemos trabajado también casos de corrupción local e internacional al igual que un tremendo fraude con boletas ausentes que Joe captó en video y que puso a las autoridades del Sur de Florida en el centro de un escándalo que tomó proporciones a nivel nacional. El trabajo con Joe me ganó dos nominaciones al Premio Emmy a la excelencia periodística.

Por eso, cuando hace unos meses me dijo que un policía de la unidad anticorrupción del condado Miami-Dade lo había nominado para un premio que otorga el FDLE (la policia estatal) por su trabajo en pro de la búsqueda de niños desaparecidos, me sentí muy feliz y orgullosa.

Aunque siempre le agradezco su ayuda y los padres de tantas jóvenes que ha encontrado no saben como recompensarle su labor (Carrillo no cobra un centavo a las familias cuyos hijos desaparecen) por fin, una autoridad tendría la oportunidad de premiar su esfuerzo... Pero las cosas serían muy diferentes.

Por increíble que parezca, la nominación de Carrillo, le valió a Luis Rodríguez, el agente que lo nominó, que lo reprendieran y lo intentaran cambiar de unidad pues no había contado con su jefe para nominarlo... Cuando en realidad en ningún lado de la petición de nominación dice que se debe contar con el permiso del jefe.

Rodríguez renunció a su puesto y ha denunciado el caso públicamente. De hecho, está llevando a cabo una investigación profunda de lo que ha pasado.

Lo que realmente sucede es que le están pasando la cuenta a Joe por haber denunciado el fraude con boletas ausentes en Miami y que ha traído graves complicaciones a varios políticos locales, incluyendo a la fiscal estatal Katherine Fernández-Rundle y al alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez. Quitarle la nominación, es la manera de vengarse de algunas autoridades por haber demostrado públicamente que hay muchos corruptos ocupando puestos de poder en nuestra ciudad.

A mí me parece una verdadera falta de respeto al trabajo de Rodríguez, un buen detective a quien no les importó castigar por haber nominado a Carrillo quien está poniendo en la palestra pública a las autoridades desde hace meses.

Pero lo que más me indigna es que se atrevan a negarle la nominación a Carrillo.

Yo he sido testigo de cómo este hombre se mete en barrios de mala muerte y habla con sujetos de la peor calaña en su deseo de rescatar jóvenes desaparecidas. Ha arriesgado su vida en estas investigaciones y lo mínimo que las autoridades locales podrían hacer por él es darle un premio.

Yo lo nombraría jefe de la unidad especial para el rescate de niños desaparecidos de todo el condado... Que por cierto, no existe en Miami. Aquí, cuando un niño se pierde, los padres acuden a la policía y cuando no hay resultados, acuden a la televisión o a detectives privados que cobran mucho dinero para resolver sus casos. Los que no tienen conque pagar y quieren encontrar a sus hijos... Acuden a Joe.

Afortunadamente Carrillo tiene como recompensa la gratitud y las bendiciones eternas de tantos padres cuyas hijas han vuelto al hogar gracias a él.

"Este es mi mejor premio Diana..." Me escribió un día... E inmediatamente me mandó la foto junto a Giselle Morilla, una chica de 20 años con retraso mental a la que rescató de las manos de un delincuente. La chica sonríe... Y Joe también.

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