De intrigas, cizañas, calumnias y más

Supongo que todos hemos sido víctimas de envidias, resentimientos, intrigas, cizañas, mentiras, calumnias y demás barbaridades que atentan contra nuestra integridad y reputación.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

Supongo que todos hemos sido víctimas de envidias, resentimientos, intrigas, cizañas, mentiras, calumnias y demás barbaridades que atentan contra nuestra integridad y reputación.

En el ambiente en que trabajo abundan el celo profesional y el ego malentendido que lleva a muchos a hacernos blanco de sus propias carencias.

Hace poco, varios amigos y profesionales con los que he trabajado me contaron que un personaje a quien algún día consideré alguien de fiar, se la pasaba hablando mal de mí y de la empresa en la que trabajo. Todo a raíz de que simplemente no quiero seguir laborando con él.

Su ética profesional ya no es la misma y no arriesgo por nadie el pan que llevo a casa. Es mi decisión, estoy en mi derecho de escoger cómo, dónde y con quién me junto para laborar, disfrutar o pasar un rato.

Los supuestos comentarios que este hombre habría hecho eran un verdadero cuento de horror. Cosas que nunca sucedieron, inventos... verdaderas calumnias. Uno de ellos me sugirió hablar con él y pedirle que dejara de calumniarme.

"Tienes que detenerlo, está manchando tu imagen y estás quedando mal".

La realidad del caso es que como cualquiera, efectivamente he sentido el enorme deseo de llamarlo y darle una descarga verbal con los clásicos "nunca esperé eso de ti", "no es verdad", "me estás afectando"... pero para bien o para mal soy de las que detestan la confrontación, los alegatos y los pleitos. Escojo muy bien y detenidamente mis batallas y esa, la de las calumnias... nadie las puede ganar.

"¿Que voy a lograr con eso?", le dije a mi amigo. "Obviamente es un animal herido en busca de venganza. Nada detiene a un intrigoso. Hacen de la calumnia y las mentiras su modo de vida. Es su problema, no el mío. Yo soy responsable solamente de lo que hago, no de lo que la gente piensa de mí".

Particularmente tengo tan poco tiempo libre que no me da la gana gastarlo pensando en como voy a detener a los que hablan mal de mí. La gente que lo quiere a uno bien y la que realmente me importa saben como soy. Así que simplemente los borro de mi vida. Así, como si se hubieran muerto o fuesen una enfermedad terrible a la que hay que arrancar de raíz de nuestro sistema inmunológico. Ya lo dijo Cervantes en su extraordinario Don Quijote de la Mancha:

"Deja que los perros ladren Sancho.....es señal de que vamos caminando".

Popular in the Community

Close

What's Hot