Hermosa cotidianidad

Durante mucho tiempo luché contra el aburrimiento y la cotidianidad. Ser diferente, no pasar desapercibida, hacer la diferencia eran parte de mi visión de vida. Hacer todos los días algo distinto, ir al trabajo por diferentes rutas, cambiar estaciones de radio como una loca, no repetir la ropa (en eso sigo igual) formaban una especie de "rutina" en mi diario vivir.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

Durante mucho tiempo luché contra el aburrimiento y la cotidianidad. Ser diferente, no pasar desapercibida, hacer la diferencia eran parte de mi visión de vida. Hacer todos los días algo distinto, ir al trabajo por diferentes rutas, cambiar estaciones de radio como una loca, no repetir la ropa (en eso sigo igual) formaban una especie de "rutina" en mi diario vivir.

Pero de pronto esa necesidad fanática de ser distinta se aplacó. Llegué a los 40 y con la llega de esa década también hizo acto de presencia una crisis existencial tan grande que me llevó al divorcio, cambiar de casa y hacerle frente a la vida en solitario.

Empecé entonces a disfrutar de las cosas comunes y la más aletargada de las rutinas. Tomar el café a la misma hora, sentarme en la misma banca cuando voy a misa, escribir y dormir en horas precisas. Yo, que antes gozaba de vivir un día a la vez como si fuera el último... Ahora me asustan las sorpresas y no me interesa esquivar los lugares comunes.

Hasta en el amor odiaba lo apacible. Una aventura cada día, nuevas caricias, otros lenguajes. Pero hasta de eso me aburrí y así de pronto le encontré el gusto a la monotonía. Un "buenos días" por la mañana, "buenas noches" al dormir, "¿como fue tu día?". Frases simples y sencillas de una hermosa... Cotidianidad.

Close

What's Hot