Las cosas son en caliente

Dicen por ahí, que uno nunca debe tomar decisiones importantes o definitivas cuando está enojado, triste o de mal humor. Pero yo creo que esa práctica no aplica a todos.
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Dicen por ahí, que uno nunca debe tomar decisiones importantes o definitivas cuando está enojado, triste o de mal humor. Pero yo creo que esa práctica no aplica a todos.

Las mejores decisiones de mi vida han sido tomadas bajo un alto nivel de estrés, decepción o disgusto. Creo que precisamente cuando estás enfadado es cuando tienes, en muchas ocasiones, la sensación más verdadera de lo que te parece inaguantable. No se trata de salir corriendo y golpear a alguien (aunque ganas no falten), sino de verdaderamente discernir qué es lo que realmente te afecta del asunto en cuestión, y no dejarlo pasar.

Quizá algunas personas necesitan días para saber qué van a hacer ante determinada situación... yo necesito... valor. Y ese me llega con perfecta claridad cuando me siento ofendida o lastimada.

El otro día estaba yo verdaderamente colérica por un asunto que explotó una mañana pero venía arrastrando hace tiempo y que, ahora digo lamentablemente, estuve justificando por meses.

"Tiene mal carácter pero es buena persona", "siempre está dispuesto a ayudarme", "es un mal necesario", etc, etc, etc. Hasta que se me acabaron (a mí, no a él) las excusas y la rabia se apoderó de mi interior.

Bajo ese influjo nefasto del coraje, le escribí diciéndole cómo me sentía. Su respuesta fue tan estúpida que me dio la fuerza necesaria para decir adiós... ojalá que para siempre. Me harté de lo mismo. Por lo general cuando te disgustas a un grado mayúsculo, es porque llevas mucho aguantando el desagrado.

Una amiga me sugirió: "no le digas nada hasta que se te pase el mal humor".... Pero, ¿Para qué alargar los problemas y los malos entendidos? Al pan pan, y al vino vino. Como dicen en mi México, las cosas son "en caliente". Y, aunque tal vez no debas decidir si vendes o no tu casa porque se te rompió la tubería una mañana y estás furioso, o renunciar a tu trabajo porque tu jefe te insultó, si hay asuntos importantes que merecen una atención, digamos que inmediata. En mi opinión, esos asuntos son los que tienen que ver con el corazón, los amigos y en general las relaciones humanas.

Pensar y repensar en lo que se va a hacer solo te lleva, en muchos casos a la inactividad. Mi amiga Rebeca me dijo:

"Aqui pisciana con ascendente en Piscis, o sea Piscis al cubo. TODAS las decisiones importantes las tomo en un segundo: ¿me mudo de país? ¿me divorcio? ¿cambio de trabajo? etc. Las difíciles son "qué me pongo", "qué desayuno", "voy o no a la playa" "¿me pongo botox?".

Creo que tiene razón... para cambiar tu vida y avanzar a otros vuelos... no es necesario deshojar la margarita (lo haré, no lo haré....lo haré, no lo haré).

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