"Soy guapo, tengo 75 años y busco una buena mujer"...los ojos se me abrieron como platos el día en que recibí este mensaje en mi correo electrónico. Pensé que era una equivocación y me olvidé del asunto, pero, 10 minutos después me llegó otro mensaje. "Tengo 67 años, ojos azules, viudo. Estoy listo para ti". Ah caray, ¿y esto? Me pregunté. La respuesta me llegó 5 minutos después.
"¿Ya recibiste mensajitos amiguita? Te inscribí en un club para buscar novio a través de la Internet. Como te gustan los maduritos, te hice un perfil divino...vas a ver que pronto estarás disfrutando...las mieles de un nuevo amor", me dijo una voz melosa a través del teléfono.
Estaba anonadada. Una de mis grandes amigas se había atrevido a colocar mi correo personal y hacerme un "perfil" en un buscador de "novios".
"¿Maduritos?...condenada, me los buscaste casi casi a punto de pudrirse!"
Yo no sabía si enojarme o echarme a reír. Como siempre trato de tomar las cosas con humor y ver la buena voluntad de las personas, luego de meterle una tremenda perorata y exigirle que arreglara inmediatamente las cosas y que me sacara del mentado club colgamos...en medio de las risas.
"Ay Dianita, llegó el momento de abrirle las puertas al amor...piénsalo nena....vas del trabajo a tu casa, de atender a tus hijos al trabajo, de un trabajo...al otro. Si no te mueves....te quedas".
Tere era una más de mi grupo de amigos empeñada en buscarme un galán, después de mi divorcio. Aunque me separé hace un año, esperé esos 12 meses para hacerlo público, pero en cuanto me atreví a hacerlo me llovieron las propuestas...de todo tipo.
"Mira mi hija, te voy a prestar el caballo, y vas a salir a dar unas vueltas en esta zona de puros ricos. Te vas a encontrar con abogados y doctores....y ahí ya tú haces lo tuyo", la propuesta venía de un señor con mucho dinero a quien entrevisté hace algún tiempo y quien en una ocasión me invitó a su finca para desestresarme...pero la verdad es que su amable invitación no me causó gracia.
"¿Quién se habrá creído este señor? Ni que fuera vaca para salir a exhibirme y que me compre el mejor postor", esa vez si me enojé y mucho.
Pero a través de Facebook, textos, llamadas y correos electrónicos todos se empeñan en buscarme una pareja. No niego que me hacen sentir bien porque se que se preocupan por mí y no me quieren ver sin un amor, pero a la misma vez me provocan ansiedad...y miedo.
"Qué bárbara....¿qué tal si me escribe un violador?... ¿O un tipo asqueroso? ¿O un golpeador?" mi amiga se reía en el teléfono. "Tienes que vivir aventuras fuertes", me dijo.
"Nooooooooooo"... Yo no quiero vivir aventuras, ni citas a ciegas, ni encontrar pareja saliendo desesperadamente a buscarla, ni ponerme un letrero que diga "estoy disponible"... porque no lo estoy. Soy una eterna romántica que sigue creyendo en el amor a primera vista, tal como me sucedió con quien fue mi marido por 20 años.
Y es que después del divorcio, como que le queda a uno un trauma. Una especie de desaliento y desánimo pues aunque sabes que era lo mejor para ambos, para los hijos y la familia en general, siempre te queda la duda si pudiste hacer las cosas de otra forma y salvar tu matrimonio. Y no lo digo sólo por mi experiencia, sino por las confesiones que me han hecho tantas mujeres con las que he tenido la oportunidad de conversar sobre el tema.
"Yo sentí como si me hubieran cortado un brazo", me dijo una vez una mujer en un consultorio médico. "Crecí con él y aunque terminé detestándolo...a veces extraño su compañía".
"El mejor sexo de mi vida....lo tuve con mi exmarido", me dijo otra señora...en el mismo consultorio.
"Welcome to the club...(bienvenida al club)...un día vas a estar muy bien...¡y otro mejor!", dijo una señora como de 60 años que se había divorciado luego de 37 años de matrimonio.
Todas me hablaron de cómo les fue en su primera cita después del divorcio. Algunas experiencias eran magníficas y otras...aterradoras.
Total que recapitulando puedo decir que me siento muy bien, tranquila y feliz caminando en solitario al lado de mis hijos, con el apoyo de mi ex pareja, el de mi familia y el de mis amigos.
Y no voy a negar que aunque me enojé con Tere, le di una repasadita a los mensajes que me enviaron varios caballeros.
"No tengo dinero...pero ofrezco horas de sana diversión"....y entonces sonreí porque efectivamente hay mucha vida frente a mí.