Un hombre asesinó a seis personas que vivían en su edificio y luego fue acribillado por la policía. Un joven pintor de 18 años murió luego de que la policía de la ciudad de Miami Beach en la Florida le disparara con una pistola eléctrica. Un esposo furioso asesinó a su mujer en la cocina de su casa y luego subió su foto a Facebook confesando el crimen. La hija de 10 años de la mujer, estaba en la casa cuando su padrastro mató a su mamá.
Parecieran titulares del más escandaloso periódico de nota roja... pero lamentablemente son casos reales que sucedieron en menos de una semana, en Miami, la ciudad donde vivo y que me tocó cubrir.
Siempre me he considerado bastante coherente a la hora de enfrentarme a los familiares de las víctimas, pero, por alguna razón, esta vez fue demasiado al grado que he tenido pesadillas.
El llanto amargo y las lamentaciones de la madre de Israel Hernández, el joven pintor de origen colombiano que murió luego de una confrontación con la policía me ha perseguido durante varios días. En mi obligación profesional de cubrir una historia me acerqué a la señora cuya familia aceptó que entráramos a su casa. Su esposo nos daría una entrevista.
-Señora, disculpe....¿qué puede decirnos ante lo sucedido?
-"Por lo menos usted, tenga compasión de mi y no me pregunte algo tan absurdo en un momento como este. ¿Tiene hijos? Si los tiene, busque la respuesta en su corazón y déjeme llorar tranquila a mi muchacho".
No tengo que explicar que me senté en otro lado con la cola entre las piernas, como se dice vulgarmente. ¿Conque derecho me atrevía a acercarme a una madre cuyo hijo, en plena flor de la vida había sido asesinado para preguntarle semejante barbaridad? Aunque no es la primera respuesta fuerte que recibo por parte de un entrevistado, esta me caló muy hondo tal vez porque ya había cubierto tantas tragedias en un periodo corto de tiempo que simplemente mi sensibilidad estaba en un punto límite.
Mi obligación periodística es preguntar hasta obtener una respuesta concreta para mi audiencia, para quienes ven mis reportajes, escuchan mi segmento de radio o leen mi blog, sin embargo a veces las mejores respuestas llegan silenciosas como me dijo la señora....porque vienen....del corazón.