Cuando la belleza cuesta... la vida

Coralia Espinoza no pudo contener las lágrimas mientras me contaba, para un programa de televisión en vivo, la última vez que habló con su hija. "Me dijo que ya estaba en la mesa de cirugía y que luego me llamaba". Esa llamada nunca llegó. Su hija, Suyima Torres, de 28 años de edad, murió víctima de un mal procedimiento para engrandecer los glúteos.
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woman back surgery

Coralia Espinoza no pudo contener las lágrimas mientras me contaba, para un programa de televisión en vivo, la última vez que habló con su hija.

"Me dijo que ya estaba en la mesa de cirugía y que luego me llamaba". Esa llamada nunca llegó. Su hija, Suyima Torres, de 28 años de edad, murió víctima de un mal procedimiento para engrandecer los glúteos.

"Desde el primer momento todo estuvo mal. La primera vez que fue a esa clínica iba sólo para enterarse del procedimiento y del precio. Pero mi sorpresa fue grande cuando recibí una foto por mensaje de texto, eran los glúteos de mi hija, ya con el tratamiento hecho".

La tragedia ocurrió menos de una semana después del primer tratamiento. Según nos contó Espinoza, el médico que atendió a su hija en la clínica "Cuerpos Health & Aesthetic", ubicada en Miami, Florida. La citó 4 días después para quitarle los puntos. Le dijo que ya estaba muy bien y le dijo que volviera a los 3 días para hacerse la segunda sesión pues debía aprovechar ya que tenía que irse a Venezuela.

La mañana del 11 de abril la chica volvió al consultorio. Se realizó la segunda intervención pero antes de que pudiera abandonar el lugar, se desmayó. Llamaron entonces a los paramédicos quienes la llevaron urgentemente al hospital. A las 9:50 de la noche, Suyima, quien tuvo oportunidad de ver a su padre mientras estaba supuestamente recuperándose de una baja de presión, murió de un fallo respiratorio.

Las autoridades están investigando el caso como un homicidio en conexión con el tratamiento que la muchacha recibió. Las autoridades de Miami y del Departamento de Salud de Florida están buscando al supuesto médico venezolano que le practicó el tratamiento, cuya identidad no ha sido revelada.

Desafortunadamente el establecimiento no contaba con la licencia necesaria para realizar ese tratamiento médico. El primer tratamiento costó 1.500 dólares en efectivo, el segundo 800. Se trataba de inyectar una sustancia a los glúteos de la chica quien se sometía por primera vez a un tratamiento estético.

"Mi hija era preciosa....pero entendíamos que quería verse mejor" me dijo su padre Juan Luis Torres, que al igual que su esposa, todavía no logra entender cómo y bajo qué circunstancias murió su hija mayor, la primera de 3 mujeres.

Lo más triste del caso es que quizá la muerte de Suyima pudo haberse evitado. Una enfermera que acompañó a la joven desde la clínica donde le realizaron el tratamiento hasta el hospital donde la atendieron, jamás dijo al equipo médico que a la chica se le había inyectado una sustancia para aumentar sus glúteos.

"Si esa mujer hubiera hablado, tal vez mi niña estaría viva" dijo Coralia.
La familia de Suyima busca justicia para su hija quien dejó huérfanas a dos niñas de 7 y 8 años y a un viudo.

"Yo les pido a todas las mujeres que antes de hacerse cualquier operación o tratamiento, investiguen bien...la belleza cuesta cara, muy cara".

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