Bienvenida, soledad

Cuando me divorcié, Miriam, una amiga a la que quiero mucho me dijo sabiamente: "Tienes que decir adiós a tu vida anterior y abrirle la puerta cariñosamente a una nueva compañera. Le vas a decir: Bienvenida, Soledad".
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Cuando me divorcié, Miriam, una amiga a la que quiero mucho me dijo sabiamente: "Tienes que decir adiós a tu vida anterior y abrirle la puerta cariñosamente a una nueva compañera. Le vas a decir: Bienvenida, Soledad".

En ese momento sus palabras no hicieron mella en mi. Había tanto en mi mente y en mi corazón que simplemente empecé a vivir como podía. Unos días eran mejores que otros. Había dolor, tristeza, melancolía y quizá esos sentimientos me hacían sentir irónicamente... acompañada.

Mi matrimonio de 20 años se fue al traste mientras llegaban a mi vida nuevas aventuras de todo tipo y que he ido relatando en una especie de diario cibernético liberador a través de Facebook, mi red social preferida.

"Compré mi casa nueva", "tengo un nuevo proyecto", "por primera vez me voy de vacaciones sola", "¡ya se como cambiar una llanta!", todas mis anécdotas se han sido plasmando en unas cuantas líneas a través de la Internet. Todo iba bien, hasta que empecé a recibir unos mensajes.

"Amiga...me voy a divorciar. Tu experiencia me ha dado fuerza". "Doña Diana... es verdad, una puede vivir sola", "Ánimo señora, yo ya también ¡me largo de mi casa!".

Varias personas me estaban diciendo que seguían mi ejemplo y se iban a divorciar, a separar o simplemente dejar a sus parejas. Al principio el asunto me cayó como un balde de agua fría. Yo no quería incitar a nadie a divorciarse, ni mucho menos provocar problemas. Varios de los que me escribían eran amigos de mi infancia, otros eran personas a las que conocí a través de mi trabajo. Empecé a contestar los mensajes y me convertí para algunos en una especie de "doctora corazón".

En realidad se muy poco de la vida y el amor pero me alegra pensar que de una u otra forma la forma en que he llevado mi vida después de mi divorcio ha servido para algo...ojalá que para bien.

La mayoría alegaba sentirse listo y motivado para cortar de tajo una mala relación, pero cuando tocábamos el tema de estar solos... sentían miedo.

"La soledad es mala consejera" me dijo alguien. "Una mala compañía también" le respondí. Entonces volvió a mi mente la frase de Miriam y ahora a todos los que me escriben les digo que la repitan "Bienvenida Soledad".... Se va a instalar en tu casa y puede que te traiga... paz.

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