Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero lo cierto es que la palabra es importante, y demuestra nuestra personalidad, nuestros propósitos: la palabra es voz, y la voz es decreto.
Muchas veces hablamos con nosotros mismos, bueno, al menos yo lo hago. ¡Y no creo estar loca! Comprendo el poder que mis pensamientos, mis palabras, tienen sobre mi vida. Estoy cocinando un pastel exquisito, suena el timbre, me distraigo... el pastel se quemó. ¡Por supuesto me da fastidio! Pero tengo un truco que resulta infalible. Comienzo a repetir en voz alta "Todo está bien". A veces todo está bien al instante, a veces lo repito 10 veces... hasta que comienzo a reírme y realmente "todo está bien". Uso una afirmación.
Una afirmación es una declaración, un decreto, algo que nos ayuda a cambiar nuestra manera de pensar; y nuestros pensamientos son preciosos, de modo que no debemos desperdiciarlos, por el contrario, debemos aprovechar su potencial.
Algunas consideraciones antes de adentrarnos en las afirmaciones: para que sean efectivas, debes escribirlas en tiempo presente, y como si la meta ya hubiera sido alcanzada. Olvídate de cosas como "yo deseo", "yo quiero", "yo haré". También deben ser acompañadas por cierto entusiasmo, no tiene mucho sentido decir "yo tengo el poder", si estás sosteniendo una taza de té mientras miras televisión distraídamente, ahora, si tienes el control remoto y cambias de canal, ¡eso es otra cosa!
Al hacer las afirmaciones, debes estar relajado y tranquilo, la tensión le quita fuerza al mensaje. Si te sientes tenso por algún motivo, relájate mediante una respiración profunda y sostenida, y luego deja salir lentamente el aire: el oxígeno aclara las ideas, purifica el cuerpo y favorece el control de las emociones.
Compartimos algunos ejemplos, aunque no hay nada mejor que lo que brota de tu corazón:
"Me amo, me acepto tal como soy"
"La abundancia me rodea de muchas maneras"
"Mis relaciones afectivas son armoniosas"
"Merezco todo lo bueno"
"Mi vida está llena de amor y gratitud"
Algo muy importante que debes tener en cuenta: haz lo que piensas. Trata de evitar las conductas contradictorias, sobre todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso existencial. Si tu afirmación es "me amo y me acepto", ¡actúa en consecuencia!
¿Las razones para practicar las afirmaciones? ¡Muchas! Aumenta la confianza en nosotros mismos, aporta seguridad y la certeza de que estamos en el camino correcto. De manera sutil, comenzamos a actuar como si ya tuviéramos lo que deseamos. Al concentrarnos en nuestras afirmaciones, entramos en un estado de contento y serenidad, y atraemos a nuestra vida circunstancias que nos conducen a donde queremos llegar. Las afirmaciones no son mágicas, pero te ayudan a apreciarte, a respetarte a ti mismo, y a elegir un camino de vida más pleno y positivo.
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