Tony Saca abrazado con El Salvador del Mundo

No sé si comenzar a escribir con una risa disimulada (ji, ji, ji), con una carcajada estrepitosa (JA, JA, JA), o montarme en un monociclo y salir directo a las vías del tren a esperar que me destroce mientras me balanceo con una bolita mágica sobre mi cabeza.
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San Salvador - No sé si comenzar a escribir con una risa disimulada (ji, ji, ji), con una carcajada estrepitosa (JA, JA, JA), o montarme en un monociclo y salir directo a las vías del tren a esperar que me destroce mientras me balanceo con una bolita mágica sobre mi cabeza.

Todavía no sé, lo juro, si es conveniente prestarle atención al personajillo que me habla, aferrado a mi oreja, y me aconseja que convierta mi casa en una gigantesca pira para quemar a todos los malos espíritus que nos atormentan cada noche.

En serio, no se si hacer gárgaras de ácido muriático para aliviar el aburrimiento o ya de al tiro tirarme colina abajo para practicar mi escena del osito adolorido.

Es que de verdad, tengo una indecisión que me atribula y no termino de decidirme: es que desde que leí que Tony Saca es patrimonio de los salvadoreños no sé qué hacer.

Uno puede pensar que se trata de una treta de mercadeo electoral, que bajo aquella premisa de explotar las emociones pone al ex presidente al nivel de una pupusa gigante, un viejo edificio del Centro Capitalino, o con aquel mosaico que tenía la Catedral que un curita mandó destruir porque le pareció pagano y contrario a las leyes de la madre iglesia católico romana.

Uno puede pensar que, con lo hirvientes (fervientes, hirientes, dolientes) que somos los salvadoreños, nuestros crucifijos ya no estarán adornados con la imagen de aquel colochito barbudo que llaman Jesús, sino que estará nuestro flamante ex presidente que ahora es patrimonio de todos los salvadoreños.

Se acabaron los días en que los "hermanos lejanos" llevaban, de regreso a sus exilios, miquitos de coco, cruces de madera, camisas de "mi amigo que fue a El Salvador me trajo esta m...", Pollo Campero y queso duro con loroco. No, ahora van a llevar estatuillas de Tony Saca luciendo su abultado estomago que solo lo puede esconder su elegante saco.

Tony Saca remplazará a la semita mieluda y tostada que los viejitos meriendan en las tardes con café caneludo. No se si es cálculo electoral o cultural, pero creo que de ahora en adelante toda nuestra idiosincrasia girará alrededor de la figura de nuestro ex presidente.

"La obsesión ideológica no les permite entender que están cometiendo otro grave error estratégico de lectura de la realidad nacional, la cual nos dice a gritos que Tony Saca no pertenece a GANA, Tony Saca es patrimonio de todos los salvadoreños y cada ataque lo fortalece más", escribió Guillermo Gallegos.

El moretón que deja esta frase al intelecto es digno de todos los elogios; y pensar que las construcciones propagandísticas tenían que ser una fina elaboración tejida con los más variados hilos de la psicología, la sociología, la antropología y la publicidad.

¡Cuantos días perdidos, oh querido Chepito Goebbels!

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